Noticias acerca de ‘ La Pandera ’

XI Ruta Cicloturista ascenso a la Pandera

Ayto. Martos | La Asociación para el Desarrollo de la Sierra Sur de Jaén (ADSUR), en colaboración con la Concejalía de Deportes, organiza el próximo domingo 15 de septiembre, la undécima edición de esta prueba que tiene entre sus objetivos el fomento del deporte en esta ocasión a través del ciclismo y dar a conocer los importantes recursos turísticos y deportivos de los que dispone nuestra comarca y Martos, según explicó el concejal de Deportes, Antonio Javier Jaén, durante el acto de presentación de la ruta.

La prueba constará de dos recorridos: el primero de ellos tendrá una longitud de 107 kilómetros y está pensado para los ciclistas de carretera, el mismo partirá desde Martos, pasando por Fuensanta de Martos, Castillo de Locubín, Valdepeñas de Jaén, Alto de la Pandera, Los Villares y regreso a nuestra ciudad; el segundo de ellos con una longitud de 73.5 kilómetros para bicicletas de montaña, partirá desde la localidad de Castillo de Locubín y finalizará también en Martos.

Antonio Javier Jaén, animó a participar en esta prueba al gran número de aficionados al ciclismo que existen en nuestra localidad en sus diferentes variantes, carretera y montaña, ya que será una oportunidad inmejorable de mejorar la relación social entre los habitantes de la comarca, así como de fomentar el respeto por nuestros espacios naturales.



Ruta de senderismo: La Pandera, Los llanos de la Nava, Puerto de la Hoya

El próximo día 18 de mayo, tendrá lugar la ruta de senderismo «Martos – Los llanos de la Nava, el Puerto de la Hoya, la Pandera» salida a las 8:00h. de la estación de autobuses. Recorrido en autobús hasta el Puerto Cobertera. Se realizará la ruta y os recoge el autobús en Riofrío. Unos 15 km. de recorrido no os olvidéis del bastón, agua, bocadillos. Resulta difícil estimar la hora de regreso en Martos. Reservar plaza en el bus solo si tenéis la seguridad de poder venir.

Hoja de Ruta

La experiencia de esta Ruta, que realizamos por primera vez en abril de 2011, me acompaña. Fue una ruta accidentada. Penosa. La dificultad de una novel senderista nos complicó a todos. Complicación que disparó deseos de nuevas infraestructuras para los voluntarios de protección civil. Acciones voluntarias, poco acertadas, que recordamos con risas ahora. Cuando el acierto de Javier nos puso a salvo de mayores complicaciones.

Tenía, tengo ganas de repetir esta ruta. Necesito una experiencia reparadora. Lo intentaremos.

En mi recuerdo está presente el recorrido. Aparcamos en el Puerto Cobertera. 1150 metros de altitud. A nuestra derecha se alza el Cerro de la Luna, en Ventisqueros, 1763 m. Lo reconocemos. Estamos en la cara sur de la gran mole: La Sierra de la Pandera, 1872 metros sobre el nivel de mar.

Nos sale al encuentro un cortijo próximo. Sus enormes perros guardianes nos informan de la vida cotidiana ganadera del mismo. Un estante circular, repleto de agua, es el punto de encuentro de unos patos. Indicadores de la biodiversidad que se concentra en los entornos habitados de los cortijos de la sierra.

Nos acoge una vereda. Nuestra vereda, nuestra amiga. Nuestra guía. Vereda que abraza suavemente la Sierra , por la cara este, y nos introduce en un inmenso paisaje. Es necesario pisar en el lugar oportuno. La vereda, firme, antigua, cargada de historia, cargada de caminantes de antaño, nos acepta. La subida es fácil. Los pequeños altos nos permiten otear al próximo y conocido Pitillos. El Pantano, espejo matinal, nos lanza reflejos solares molestos. Un hilillo acuoso, serpentea por la superficie.

La vereda nos va a mostrar su sabiduría acumulada. La mano del hombre queda patente. Para salvar la subida se han construido muros de piedra, que dan consistencia a la vereda. Nos permite pisar firmes, seguros. La superficie ganada a la sierra nos ofrece un piso amplio. Subimos. Respiramos. Subimos. Un poco más.

Alcanzamos la cara sur de la Pandera. Nos alejamos. Las vistas se multiplican. En primer plano La Cresta de Matamulos. Aun no vemos la cima de la Cruz de la Chimba. (1125 m.). El telón de fondo lo conforma Grajales. A su izquierda Puerto Alto. A su derecha los Llanos de Palomares. Muy al fondo El Almaden.

La vereda nos ha permitido conquistar los Llanos de la Nava. Estamos arriba. La nieve, La Pandera está a nuestro alcance. Una alfombra mullida nos soporta, nos mece. Extensa llanura, en lo alto, impensable. Gozosa.

Envueltos en plena naturaleza, acunados por un tapiz natural de flores nos dejamos llevar. Si queremos podemos gozar de estas sensaciones íntimas que son fruto del esfuerzo realizado.

Nos espera el Puerto de la Hoya. Ya nos asomamos a la civilización. En esta ocasión vamos a acortar nuestro descenso. En Riofrío tomaremos el autobús. Ojala que en esta ocasión podamos reparar la experiencia pasada.

Ciriaco Castro Toro.

Psicólogo municipal.

C/ Triana, 7

953 704307



«Aplazada» la Ruta de senderismo: La Pandera, Puerto de la Hoya

APLAZADA SIN FECHA POR CAUSA DE LLUVIA LA RUTA PREVISTA PARA ESTE SÁBADO

Nueva ruta de senderismo programada para el próximo día 23 de Febrero, se presenta como una ruta de alturas. Se desplazarán en autobus, importante  reservar plaza. No olvidarse el bastón. Se estará  pendiente del tiempo, porque  amenaza lluvia, estad atentos por si es necesario aplazarla, en ese caso se les comunicará por correo.

La  Pandera, Puerto de la Hoya

Un paisaje de alturas.

HOJA DE RUTA

El autobús nos deja en  el Puerto Cobertera. 1150 metros de altitud. A nuestra derecha se alza el Cerro de la Luna, en Ventisqueros, 1763 m. Lo reconocemos. Estamos en la cara sur de la gran mole: La Sierra de la Pandera, 1872 metros sobre el nivel de mar. Puerto conocido, partida cargada de interrogantes, de posibilidades.

El camino que conduce a un cortijo próximo nos acerca al saludo amistoso de unos enormes perros, guardianes de las ovejas. Unos patos se pasean ajenos a su entorno por el estanque circular del agua. Nos acoge una vereda.  Nuestra vereda, nuestra amiga. Nuestra guía.

Vereda que abraza suavemente la Sierra , por la cara este, y nos introduce en un inmenso paisaje.  Es necesario pisar en el lugar oportuno. La vereda, firme, antigua, cargada de historia, cargada de caminantes de antaño, nos acepta. La subida es fácil. Los pequeños altos nos permiten otear al próximo y conocido Pitillos. El Pantano, espejo matinal, nos lanza reflejos solares molestos. Un hilillo acuoso, serpentea por la superficie.

–         Parece que fuera el agua del río, que por diferente temperatura se adentrara camino de la presa.

–         Eso parece.

La bruma empieza a disiparse. La vereda nos va  a mostrar su sabiduría acumulada. La mano del hombre queda patente. Para salvar la subida se han construido muros de piedra, que dan consistencia a la vereda.  Nos permite pisar firmes, seguros. La superficie ganada a la sierra nos ofrece un piso amplio. Subimos. Respiramos. Subimos. Un poco más.

–         En las subidas lo mejor es no mirar a la meta, no pensar en el camino. Sólo recorrerlo.

–         Acepto tu sabio consejo.

Aunque acudo a preguntas fáciles que me permiten dejar de hablar. Descansar. Y continuar con la conquista de la primera meta.

Ya en la cara sur nos alejamos. En primer plano La Cresta de  Matamulos. Aun no vemos la cima de la  Cruz de la Chimba. (1125 m.).  El telón de fondo lo conforma Grajales. A su izquierda Puerto Alto. A su derecha los Llanos de Palomares. Muy al fondo El Almaden.

Estamos arriba. Primera batalla.  Nuestra próxima meta el Pilar. Un último esfuerzo, ascendemos suavemente. Sin querer, casi sin notarlo, llegamos a los Llanos de la Nava, 1477 m. La nieve, La Pandera está a nuestro alcance. Una alfombra mullida nos soporta, nos mece. Extensa llanura, en lo alto, impensable. Gozosa. Toca descender. El Cagasebo nos sirve de referencia. Más abajo Peñablanquilla. Dejamos a la derecha la Fuente del Obispo. La casa, en piedra, abandonada. Antigua casa forestal. Los hitos recientes nos permiten ascender hasta el Puerto de la Hoya. Civilización.  En total unos cuantos kilómetros de disfrute. Tan próximos y tan alejados. Tan llenos. El esfuerzo merece la pena.

Ciriaco Castro Toro.

Psicólogo municipal.

C/ Triana, 7

953 704307