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Martos, motivos para venir!

Miguel Caballero | Siempre pienso que estoy un poco en deuda con mi pueblo, ya que  he tenido oportunidad de poder escribir y hablar de muchos lugares y pueblos de nuestro Paraíso Interior Jienense, y siempre he dejado un poco de lado mi ciudad, mi Martos.

Os invito a descubrir Martos

Y lo hago, siendo consciente del gran potencial turístico que tiene mi ciudad y que no ha sido explotado en absoluto. Lo hago por justicia, pues hace escasos días se ha celebrado en Madrid, Fitur la Feria Internacional del Turismo, donde Jaén ha tenido gran presencia y éxito de participación. En el que varios municipios y comarcas de Jaén se han promocionado y en el que por desgracia Martos ha sido la gran ausente, mientras que pueblos mas pequeños estaban allí y ciudades a las que nada tenemos que envidiar mostraban lo mejor de sí mismas.

Digo sin temor a equivocarme, que Martos con un pequeño esfuerzo podría equipararse y atraer turismo al igual que lo hacen muchos de nuestros vecinos.

Pero para eso, el Ayuntamiento debe estar por la labor y al igual que en otros municipios, debe ser éste el que ponga la base para el inicio de la industria turística en Martos… algo que por desgracia no está ocurriendo incomprensiblemente.

No se entiende que una ciudad de la entidad de Martos no apueste para nada por el turismo, cuando resulta que en 2013 esta industria, la más importante de España, representa el 12% del PIB andaluz, que atrajo el año pasado a 22,5 millones de turistas (un 4,1% más que en 2012) que dejaron en nuestra comunidad 16.300 millones de euros…

Pues bien…siempre pienso que los cambios empiezan por uno mismo.

¿ Existen motivos para venir a Martos ? Mucha historia que contar

Los marteños y marteñas tenemos el privilegio de vivir en una ciudad con mas de 2500 años de historia. Numerosos vestigios arqueológicos demuestran que, desde la prehistoria, los antiguos pobladores se interesaron ante todo por la Peña de Martos, por las oportunidades para la defensa que proporcionaba y para poder poblar tan inexpugnable montaña. Así comenzó a formarse el primer poblado llamado Tuss, que con el paso de los siglos fue creciendo pasando a ser el Tukke o Tucci íbero. Los muchos vestigios de esta cultura en nuestro pueblo, descansan algunos en museos privados o en el provincial, sin una muestra apenas visible.

Mayor presencia tiene aún la mezcla entre íberos y romanos que se produjo en toda Hispania, que en nuestro pueblo formó una población de gran importancia, que llegó a proclamarse República Tuccitana y a ser bautizada como la Colonia Augusta Gemella Tuccitana, una población de las de mayor entidad de toda la región y de la que sí queda buena muestra en nuestras calles, como el gran Lapidarium del Ayuntamiento de Martos, formado por muchas columnas y losas romanas.

Un curioso ejemplo de arte íbero-romano podrían ser los Leones del Pilar de la Fuente Nueva, reutilizados para tan magna obra como es el pilar, aunque eran mucho más antiguos y la mayoría de las personas que disfrutan viéndolos apenas si conocen su origen.

O el reloj de sol al inicio del paseo del Calvario (un gran desconocido incluso para los marteños) que data del 20 a.C y que se cree que pudo estar situado junto a un santuario dedicado al dios Hércules.

De nuevo, muchos vestigios y restos arqueológicos han surgido de nuestra ciudad a lo largo de los siglos, sin que apenas exista un lugar al que poder dirigirse para obtener una visión clara y uniforme de tan importantes restos.

Tal importancia histórica en nuestra ciudad no hizo más que crecer con los Visigodos, periodo en el que llegó a convertirse en Sede Episcopal y tener su propia moneda, algo que muy pocos lugares llegaron a conseguir. De los visigodos nos queda el mayor hallazgo arqueológico de nuestra localidad, como es el Sarcófago Paleocristiano de Martos.

Una vez más, se hace necesaria la presencia de un Museo Municipal en Martos, que pudiera dar cobijo a tal descubrimiento y acoger también una colección de monedas acuñadas en Tucci.

Llegó el turno a la dominación árabe, que convirtieron nuestra ciudad en un bastión defensivo, creando un auténtico castillo sobre los recintos fortificados que anteriormente construyeron íberos y romanos.

Con los árabes, Martos participó en numerosos conflictos de uno u otro lado de Al Ándalus que concluyeron con la entrega de la ciudad al Rey Fernando III gracias al pacto surgido tras la Batalla de las Navas de Tolosa.

Así llegaría una etapa de prosperidad a Martos convirtiéndola en Tierra de Castillos y Fronteras

Y es que nuestra localidad, incluida actualmente en la Ruta de los Castillos y las Batallas,es la única de toda la ruta que cruza de Ciudad Real a Jaén terminando en Granada, en incluir 3 castillos todos ellos en donde la marca de la Orden de Calatrava queda palpable.

El más importante, La Fortaleza Inexpugnable de la Peña de Martos, que corona hoy la citada peña, símbolo de nuestra ciudad, impresionante mirador visible a más de 90km de distancia y que para nuestra desgracia, se encuentra en una lamentable situación de abandono.

El Castillo de la Villa, integrado hoy en el caserío del casco antiguo, en el que parece que poco a poco se comienza a trabajar por una lenta recuperación, coronado por la Torre Del Homenaje, baluarte y joya arquitectónica de la ciudad.

Y el Castillo del Víboras, cercano a la pedanía de Las Casillas y rodeado de un hermoso entorno natural vigila desde hace siglos el valle del río Víboras (que recibe el nombre de la antigua población romana Bora, antecesora de la citada pedanía).

Leyendas Milenarias

En el boca a boca de todo marteño, surge siempre la leyenda de una cueva, de un pasadizo que surgiría de las iglesias más importantes de la ciudad y que se adentraría en las entrañas de la peña, que oculta desde hace siglos un secreto, una gran cueva a la que accedieron las distintas culturas que por aquí pasaron, dejando tremendas fortunas y donde incluso pudo llegar a ocultarse la Mesa de Salomón.

La Cueva de Hércules pudo o puede encontrarse en Martos, una ciudad creada según también la leyenda por el legendario Hércules, que formó sus famosas 3 ( que no 2 ) columnas.

Y todos conocen también la historia del Rey Fernando IV El Emplazado, que llegó a nuestra ciudad persiguiendo a unos supuestos asesinos que identificó en los inocentes Hermanos Carvajales, a los que condenó a ser despeñados desde la Peña, no sin antes ser Emplazado por los hermanos ante Dios en el plazo de 30 días por el crimen que iba a cometer.

La leyenda cuenta que fueron despeñados los Carvajales y encerrados en una jaula de espino llegaron rodando a la Cruz del Lloro bautizada así por el llanto arrojado por los marteños ante la visión de los hermanos muertos que se detuvieron en aquel lugar y construyeron un monumento que aún se conserva, mientras que los restos de los hermanos descansan hoy en la Real Parroquia de Santa Marta.

Para que 30 días después, cumplido el plazo del Emplazamiento, encontraran muerto al rey castellano tal como Dios había querido.

Destellos del Renacimiento

Conforme las fronteras y batallas de la reconquista se iban retirando y la ciudad de Martos comienza a ser segura, la población comienza a salir de las murallas buscando nuevos barrios, al mismo tiempo que las ideas del renacimiento van llegando, cambiando la imagen de la ciudad.

Se construyen iglesias donde antaño hubieron mezquitas y surgen otras nuevas ermitas, algunas nada más alejarse las tropas guerreras, como la Ermita de San Bartolome.

Un hombre, tuvo mucho que ver en este cambio: Francisco del Castillo, arquitecto y cantero que creó grandes obras de las que aún hoy perviven algunas (no todas para nuestra desgracia)

Como la Real Parroquia de Santa Marta y su campanario que preside la Plaza de la Constitución, centro neurálgico de la ciudad desde hace milenios.

Junto a la Antigua Cárcel y Cabildo, actual Ayuntamiento, cuya portada sigue siendo referente artístico en toda la provincia.

O el Pilar de la Fuente Nueva, salvajemente arrancado de su original emplazamiento y maltratado en los tiempos de la dictadura franquista, que afortunadamente pudo recuperarse y reconstruirse en un rincón del Parque que no le hace honor.

También se construiría el Santuario de la Virgen de la Villa (se cree que sobre un santuario íbero) destruido durante la Guerra Civil, del que aún queda su hermoso Campanario.

Y pasados los siglos, Martos volvería a vivir una etapa de esplendor con la llegada de la revolución industrial, el ferrocarril (tristemente desaparecido también, hoy reconvertido en la Vía Verde del Aceite ) y el Modernismo, que quedó patente en muchos edificios de los nuevos barrios que fueron surgiendo en la ciudad, creados por familias pudientes que se instalaron en Martos atraídas por la floreciente industria olivarera que se generó en el pasado siglo.

Al mismo tiempo que se expandían también, los barrios populares u obreros que fueron creciendo con un marcado aire andaluz, que regala espléndidas estampas e invita al paseo y al sosiego.

La ciudad de Martos, al estar construida gran parte sobre las faldas de la Peña y sobre el cerro de la Villa, ofrece una curiosa red de miradores (no señalizados lamentablemente) que son un auténtico regalo para la los sentidos en cualquier momento del día, especialmente al amanecer y al anochecer.

Una ciudad con mil y una caras, capaz de sorprender al visitante y de mostrarse como un regalo para artistas, desde pintores a fotógrafos

A cada paso una torre, una muralla…

A cada paso, un rincón olvidado mostrando una nueva perspectiva…

A cada paso, una iglesia y la sombra imponente del castillo siempre en alto…

Paseos con historias antiguas y nuevas.

Naturaleza, una gran desconocida.

Los marteños y los jaeneros en general tenemos la mala costumbre, de no apreciar lo que tenemos y buscar fuera constantemente nuevos horizontes, olvidando siempre lo que puede ofrecer nuestra propia tierra.

¿ Quién conoce siquiera la situación de la Sierra de la Caracolera ? ¿ Quién ha sido capaz de coronar su cima y disfrutar de la visión de casi todo el término municipal ?

Incluso, ¿ quién sabe que esta montaña es utilizada por aficionados al parapente como trampolín para sus saltos ?

Martos, Las Casillas, La Carrasca y el Pantano del Víboras desde la Caracolera
Esto mismo, en el vecino pueblo de Alcaudete es utilizado para atraer a un buen número de visitantes y así, varios municipios de nuestra provincia.

Por no hablar de la Sierra de la Grana, esa gran olvidada a la sombra de la Peña que guarda un poblado pinar, salpicado por bosque mediterráneo, donde los antiguos usos agrícolas y ganaderos están muy presentes mostrándose casi como un museo al aire libre, al mismo tiempo que sigue siendo también usado por aficionados al parapente que llegan a esta sierra sin apenas una señalización o infraestructura.

Otra gran desconocida para muchos es la Laguna del Hituelo, de las imágenes más famosas y utilizadas de nuestro pueblo sobre todo para la promoción turística de la Sierra Sur de Jaén

Este humedal, un superviviente de otros muchos que existieron en Martos, da cobijo a numerosas especies vegetales y sobretodo animales, entre las que destacan los flamencos y mas aún las Fochas Morunas, especie en peligro de extinción que tiene en el Hituelo una zona importante de cría.

¿Y qué decir del Pantano de Las Casillas ? Un remanso de paz rodeado de naturaleza a los pies de la Sierra de la Caracolera con el Castillo del Víboras de fondo…una belleza sin igual que sigue a día de hoy desconocida y apenas visitada por un puñado de pescadores y bañistas.

Y la Vega del río Víboras, ya en el límite entre Martos y Alcaudete, otro lugar olvidado enclavado en la antigua aldea de Venta de Pantalones, que sin ningún tipo de infraestructura atrae todos los veranos a un puñado de bañistas a sus aguas frescas y transparentes.

Fiestas y tradiciones multitudinarias

Muchas fiestas de la ciudad de la Peña han cobrado especial protagonismo con la declaración de Fiesta de Interés turístico de Andalucía como es la Romería de la Virgen de la Victoria, que moviliza a todo el pueblo y la Semana Santa declarada de Interés turístico Nacional de Andalucía.

Muy vistosas son las celebraciones y verbenas de barrio como la de San Miguel con sus tradicionales puestos hortofrutícolas, San Juan junto a la hoguera donde se queman los malos augurios o San Amador en el histórico barrio de La Cornacha, donde se da culto al santo que nació en esta misma ciudad.

El patrón San Amador en el Corpus Chico
Otras como las del Corpus, que engalana gran parte del casco antiguo siguen creciendo y recuperando antiguas tradiciones, como la del Corpus Grande y Chico.

Y cómo no, la Feria Grande de Martos, la de San Bartolomé, la más popular entre los marteños ya sean mayores o pequeños.

Y la multitudinaria Fiesta de la Aceituna, donde se da el pistoletazo de salida a la recolección y se degustan los tradicionales hoyos aceituneros.

De aceituna y aceite saben un poco los hijos de la Peña de Martos, por algo sigue siendo esta ciudad considerada la Mayor Productora de Aceite de Oliva del Mundo y su término municipal está poblado casi al completo de un mar de olivos, entre los que se pueden encontrar auténticos gigantes, como los Olivos Centenarios de la Candonga, el Estacón del Chinche o la Ruta de los Olivos Centenarios, apenas señalizados una vez más.

Y se espera que el futuro sea más esperanzador, si algún día el Polígono Olivarero llega a cuajar y las cooperativas marteñas llegan a hacer esa unión que hace siempre la fuerza para vender ese Oro Líquido y conseguir una merecida Denominación de Origen.

Queda mucho por hacer…

Está claro que  me quedan muchos detalles en el tintero de los que podría hablar…

Sé que apenas pongo fotos de nuestras fiestas o Semana Santa, pero también que otros muchos artistas marteños sabrán contar las maravillas y mostrar tan hermosas imágenes.

Y termino como empecé, si se quiere, si queremos y obligamos a quien corresponde a hacerlo, Martos en poco tiempo podría convertirse en un foco de atracción para turistas.

Muchas cosas están por hacer, la muy probable declaración de la Sierra Sur de Jaén como Reserva Starlight que llamaría mucho la atención a nuevos turistas aficionados a la astronomía.

Por no hablar de un patrimonio perdido en la actualidad, como es el bélico del que por desgracia quedan en Martos multitud de vestigios hoy en día olvidados, pero que a tiro de piedra de nuestra localidad, atraen cada vez a más gente siendo una nueva forma de turismo en alza.

Refugios antiaereos…esos olvidados

Queda mucho por andar y me queda aun mucho por contar…



El Castillo de la Peña de Martos, una joya que Salvar!

Miguel Caballero | Soy de la opinión de que todo buen marteño/a que se precie, debería subir al menos una vez en la vida al castillo de la Peña de Martos, para descubrir tan impresionante atalaya medieval y el magnifico entorno natural que desde la cima de la Peña se puede apreciar.

A lo largo de los siglos, han sido varias las ocasiones en las que se a intentado recuperar esta fabulosa fortaleza y por desgracia la mayoría de los intentos han sido siempre vanos. Pero, quien la sigue la consigue y el sueño de ver al símbolo de la Ciudad de Martos recuperando parte de su antiguo esplendor es una constante en las mentes de muchos ciudadanos no solo de Martos, si no también de fuera que nunca pierde fuerza.

Al contrario, recientemente han sido varias las iniciativas para pedir la restauración de este castillo y en estos momentos existe una oportunidad magnifica para que esta obra tan deseada se convierta por fin en una realidad.

La restauración del Castillo de la Peña de Martos llega al Senado de España, para pedir al gobierno ayuda económica para su recuperación.

Una recuperación, como digo reivindicada por cientos de personas que queremos que este cachito de nuestra historia se salve del imparable peso de los siglos que amenaza con destruir sus ya menguadas ruinas.

Algunos dirán, que este no es un buen momento para tamaña obra. Yo les diré, que este es sin duda un momento mas que propicio, ya que la restauración no seria un gasto, si no una inversión que proporcionaría muchos puestos de trabajo, no solo en sus obras, además para atraer el turismo a nuestra ciudad. Como lo están haciendo muchos pueblos de nuestro entorno como Torredonjimeno, Alcaudete, Alcalá la Real que han conseguido que el turismo se haga un hueco en sus economías.

También alguien podría pensar que arreglar el Castillo de la Peña es imposible por lo complicado de acceder a este. A esos les digo, que se fijen en la restauración de Castillos «imposibles» como el de Albanchez de Magina, encaramado a la pared de una roca a varias decenas de metros de altura o el Castillo de Tíscar, para cuya restauración se debió construir una pasarela metálica que salvase la gran altura que tiene el castillo.

El castillo de Albanchez a varios cientos de metros sobre el pueblo Castillo de Tíscar, de acceso casi imposible
O como el Castillo de Calatrava la Nueva, en Castilla la Mancha, que después de dos décadas de trabajos aun sigue recuperándose, aunque ya se a convertido en un gran reclamo para esta comunidad.

Sobran motivos para Salvar al Castillo de la Peña de Martos.

También motivos históricos. Fue en la Cima de la Peña, donde surgió el germen que daría lugar a la Ciudad de Martos. Hace mas de 2000 años, los íberos comenzaron a construir un recinto defensivo «Oppidum» en el alto de la Peña, que serian testigo de las famosas hazañas de Viriato contra los romanos. Los mismos que tras la llegada a Hispania y conforme nuestra ciudad, la antigua Colonia Augusta Gemella Tuccitana iba ganando importancia y población, ampliaron dicho baluarte.

Rocas lunares de la peña, llegando al castillo

Con la llegada de la dominación árabe, la Villa de Martos cobro una importancia extraordinaria que se alargo durante los cinco siglos de dicha ocupación, creando un gran castillo sobre los cimientos del antiguo recinto ibero-romano: el «Hisn-tuss» el castillo de Tucci.

Y fue con la Batalla de las Navas de Tolosa, cuando el rey Fernando III el Santo consiguió la entrega de la ciudad a manos cristianas, iniciando un nuevo proceso de ampliación del castillo aumentando su ya vital importancia como plaza fuerte, que tuvo que soportar además los numerosos ataques de varios reyezuelos árabes, creando verdaderas leyendas, como la defensa de Doña Mencía de Haro y de todas las mujeres del castillo que en ausencia de su marido y de la gran parte de la tropa, se armaron para salvar tan importante plaza.

O la tragedia de los hermanos Carvajales, que fueron despeñados desde el castillo por orden de Fernando IV que murió emplazado ante Dios, por cometer dicho crimen y que a pasado a la historia como Fernando el Emplazado.

Tras la entrega del castillo a la Orden de los Caballeros Calatravos, la reconquista fue llegando a su fin y el castillo fue quedando deshabitado, que no olvidado, pues ya en el siglo XVI se intento rehabilitar el castillo, una idea como queda en evidencia continua presente.

Sobran pues motivos para la Restauración del Castillo de la Peña.

Y ya es hora, de poner en valor esta Fortaleza Inexpugnable como fue conocida durante mucho tiempo.

Para que propios y extraños podamos seguir impresionándonos de las vistas que proporcionan los 1003 metros de altura de esta montaña que gobierna un mar de olivos, donde surgen las siluetas de infinidad de pueblos: Baena, Jamilena, Torredonjimeno, Higuera de Calatrava, Los Villares, Porcuna, Arjona, Luque…

La peña llega a verse desde mas de 90 kilómetros de distancia

Y para que el ascender a la Peña, el pasear por sus murallas junto a sus torres, el detenernos a observar su Alberca y su Aljibe o el sentarnos a la sombra de su Torre del Homenaje sea siempre un paseo enriquecedor …

Alberca y Aljibe

No como ahora, lleno de melancolía y tristeza por lo mucho que tenemos que salvar .

Esta en nuestra mano..

SALVEMOS EL CASTILLO DE LA PEÑA



La Grana, una Sierra Humanizada I . Por la Protección de la Sierra Sur de Jaén

Miguel Caballero | Hacia ya mucho tiempo que estaba reservando esta ruta, reivindicada por muchos de los seguidores de mi blog, pero debido a la enorme extensión de esta sierra y a los infinitos lugares por fotografiar, me a costado un tiempo poder realizar este reportaje y aun así, lo he dividido en varias partes pues hay mucho por contar de la Sierra de la Grana: una Sierra Humanizada, I Parte.

Hoy tan solo os voy a contar una parte pequeña, para también informar a los muchos marteños comprometidos con el cuidado del medio ambiente y la protección de la naturaleza, de ese gran proyecto bautizado ya por muchos como «Movimiento24N» para dotar de nuestra comarca de una figura de protección ambiental, ya sea Zona de Especial Protección para las Aves, ZEPA o cualquier otra como la Red Natura 2000.

Motivos sobran para ello, y desde este blog ya son muchas semanas hablando de tantísimos tesoros ambientales de los que disfrutamos en la Sierra Sur de Jaén.

Hoy recalo en Martos y os invito a venir de ruta senderista, a conocer seguramente una de las zonas olvidadas de nuestra ciudad, pues muchas veces es tal la admiración de los marteños y marteñas por ese símbolo nuestro por excelencia que es la Peña de Martos, que nos olvidamos de las demás alturas de nuestra ciudad.

Vamos a conocer tan solo una de las múltiples formas de ascender a la Sierra de la Grana, ya que esta montaña habitada y explotada por el hombre desde hace milenios a sido moldeada, modificada y esta totalmente surcada por sendas, veredas y caminos, vestigios de la actividad agrícola y ganadera que aquí se desarrollo.

Comenzamos en el hermoso Barrio de la Cornacha y tomamos la carretera de Los Villares. Pocos metros después de salir del casco urbano, con la imagen de las ultimas casas a nuestras espaldas nos topamos con el Pilar del Sapillo, antiguo abrevadero de ganado donde surge una pista asfaltada y señalizada a la izquierda.

Vamos subiendo…

Mientras vamos ganando altura, caminamos junto a novísimos olivares que ocupan lo que hasta hace pocos años eran zonas de cultivo de cereal, del que se alimentaba a la población de Martos y a su cabaña ganadera, antaño muy numerosa.

Los olivos van quedando atrás conforme nos vamos acercando al entorno de La Maleza, donde se recogen las aguas subterráneas acumuladas en toda esta montaña para el consumo de una parte de el pueblo Marteño.

En este punto, el liviano camino asfaltado desaparece y nos toca «escalar» el primer tramo del Sendero de la Raspa, que inicialmente podrá ser calificado hasta por el mas experto senderista, como un rompe piernas, por su considerable inclinación.

El Sendero de la Raspa en sus primeros metros

Pero la subida merece la pena. Poco a poco nos adentramos en el bosque y en el matorral, mientras la panorámica que va surgiendo tras nuestros pasos se va engrandeciendo.

Podremos realizar un alto en el camino, para recuperar aire y fuerzas en la Era de los Jimenes, donde se construyo hace unos años un pequeño refugio para el descanso del caminante y donde encontramos una muestra palpable de la ocupación tradicional que aquí tuvo lugar, donde se limpiaba y recogía grano cultivado en estas laderas.

Era de los Jimenes

Laderas que en algún momento de la historia estuvieron pobladas por bosque mediterráneo, que desapareció hace siglos aprovechado o explotado por el hombre y que hoy están convertidas en un gran pinar de repoblación que nos acompaña en nuestra subida, junto a antiguas cabrerizas y chozas ganaderas, con manchas de matorral propio de nuestra zona.

Casi toda la senda señalizada, aunque varias señales son actualmente ilegibles por el deterioro del sol y de las inclemencias meteorológicas que soportan en estas alturas.

A mitad del ascenso, nos topamos con un carril, que circunda toda la sierra. Se trata del Sendero de la Grana. En este punto abandono el Sendero de la Raspa que había seguido hasta el momento ( y que continuare en una próxima edición ) para seguir por este camino a veces rocoso y otras terrero para seguir a la izquierda, hacia el Pilar del Marchante, histórico abrevadero donde el paisaje cambia momentáneamente.

El bosque cede espacio a olivares, que en esta zona se convierten en un obstinado capricho del ser humano de cultivar una zona tan complicada. Junto al pilar, surgen también almendros, higueras, majoletos y nogueras, para que el caminante que por aquí pasase, pudiera echarse algo al estomago mientras, quizás sus ganados bebían agua y reponían fuerzas.

En nuestro caminar por La Grana, disfrutaremos de unas inmejorables vistas de Martos, Jamilena, Torredonjimeno y de toda la campiña olivarera jienense.

Entre los pinares podremos comprobar de nuevo, como el hombre adapto completamente esta sierra, pues entre los troncos aun aparecen claramente las terrazas que allanaron terreno para facilitar el acceso y el cultivo.

Algunas encinas que han sobrevivido al paso del tiempo nos acompañaran hasta las estribaciones de la Bermeja, ya en el termino municipal de Jamilena, donde recientemente se construyo un sendero que conecta la antigua cantera y dicho municipio con esta sierra eterna: http://mangelcaballero.blogspot.com.es/2013/10/jamilena-el-sendero-de-sierra-bermeja.html

Y aquí terminan nuestros pasos. Con la solemne promesa de volver a La Grana y continuar contando todo cuanto esconde, llenando también un hueco importante en Internet, que apenas si enseña lo que realmente es…

http://mangelcaballero.blogspot.com.es/2013/10/martos-la-grana-una-sierra-humanizada-i.html



Venta de Pantalones, mucho por descubrir

Miguel Caballero | Y hoy quiero escribir esta entrada que hacia ya mucho tiempo que tenia pendiente, por numerosos motivos:

Primero para dar a conocer una zona de esta provincia, completamente desconocida, tanto que si uno consulta esta enciclopedia mundial que es Internet, en donde existen millones de paginas y datos (otra cosa es que sean ciertos o falsos) no encontrara nada de este enclave llamado Venta de Pantalones.

Segundo, por justicia, ya que la Venta de Pantalones es un lugar «con mala fama» según algunos,como el Diario Abc, que califico a la Venta de Pantalones, junto a otros muchos lugares de España, como «el pueblo de Jaén con peor fama digital». Seguramente esos periodistas ni siquiera conocían ninguno de los lugares de los que escribían.

Tercero y ultimo, para reivindicar no solo que se de a conocer esta pequeña aldea, si no para que se tenga consciencia de todo cuanto guarda y de como se podría poner en valor.

En estas ultimas semanas habéis conocido de mi mano, el Nacimiento del Río San Juan, o el Nacimiento del Río frío, o el Área Recreativa del Charco del Aceite, hermosos lugares, en los que en algún momento los ayuntamientos, o la Diputación se fijaron en ellos para acondicionarlos y adaptarlos para disfrute de todo el mundo.

Pues bien, aquí en este lugar conocido y visitado sobretodo en verano, también podría crearse una pequeña área recreativa, muy necesaria para el disfrute de las muchas personas que lo visitan hoy en día, sin

ningún tipo de infraestructura y de muchas otras que seguro serian atraídas hasta este lugar.

Y te preguntaras: ¿ Que es esto de la Venta de Pantalones ?

Se trata de una pequeña aldea, situada en la frontera de Martos con Alcaudete.

Para llegar hasta aquí se debe tomar la carretera que une los

dos pueblos y pocos metros después del cruce hacia Las Casillas de Martos, surge un desvío hacia la carretera a-6051, antigua carretera que hoy en día apenas soporta trafico alguno.

La Venta de Pantalones, seria una de tantas aldeas surgidas junto a las vías pecuarias y carreteras transitadas que comerciarían con los transeúntes, todo tipo de productos e incluso ofrecerían hospedaje y comida.

Probablemente en esta aldea, existiría algún tipo de confección de pantalones que alcanzo cierta fama y ese sea el origen de su actual denominación.

Actualmente la Venta esta despoblada y a quedado como zona de veraneo, pero sus casonas aun guardan todo su esplendor de antaño, y aun siguen sus pequeñas calles junto al recuerdo de un horno de pan, su tienda y de sus antiguos habitantes.

Aun así, esta zona es muy concurrida en verano, sobretodo por marteños y alcaudetenses, ya que muy cerca de las casas discurre el Río Víboras ( del que hablare muy pronto y que no tiene absolutamente nada que ver ni con serpientes ni víboras ) que forma varias pozas y profundos remansos en todo el entorno próximo a la aldea.

Discurre además por un puente histórico, construido en tiempos de Isabel II en el que se refugian los bañistas ya que bajo sus pilares, construyeron una obra hidráulica para el riego, que forma un improvisado tobogán y una zona para colocar mesas o sillas. Unos pilares además que guardan mas de una historia, ya que algunas de sus piedras están toscamente labradas y dejan entrever inscripciones como: «Viva Rusia» o «Viva la Cnt» que apenas ya se aprecian pero que nos cuentan historias quizás, de los maquis que estuvieron escondidos por estas sierras o de algún trabajador que vivió por la zona en tiempos de Alfonso XIII o la Guerra Civil.

Las frescas y transparentes aguas del río, son un regalo para los niños y adultos que pueblan sus orillas en este tiempo, y algunos incluso pasan semanas acampados en las alamedas que crecen alrededor del río.

Como digo, si esta zona ya es bastante concurrida sin existir apenas nada, mas que lo que da la propia naturaleza…con un poco de esfuerzo aquí podría surgir una bonita zona de baño.

Pero la Venta de Pantalones guarda aun muchas sorpresas. Por aquí también pasa la Vía Verde del Aceite y si seguimos su trazado desde este punto, a escasos dos kilómetros hacia Alcaudete nos encontramos un particular y curioso trozo de historia.

Un puente romano, con restos de lo que fuera su antigua calzada se alza como símbolo del esplendor de la antigua Roma por estos lares.

Pero la estampa de este puente se torna aun mas curiosa cuando a escasos metros, se construyo en el siglo XIX un puente metálico para el Tren del Aceite, que fue una autentica obra de ingeniería para la época ya que era uno de los mas grandes y mas largos construidos en España.

La imagen de ambos puentes unidos por la historia es muy especial y fotogénica.

Pero no termina aquí, nuestra ruta.

Si uno se aventura a discurrir por el cauce del río, entre floridas adelfas y chopos, se adentra en un corto cañón fluvial de considerable profundidad, en el que son muchas las personas que también encuentran una zona de baño, ya que también debajo de este formidable puente, bautizado como «El Pontón» se construyo una pequeña presilla, para embalsar agua de riego, que forma una hermosa zona húmeda rodeada de flores y de cascadas.

Como veis, son muchos y numerosos los motivos para conocer este pequeño rincón olvidado de Jaén y muchos mas para darlo a conocer.

Espero que lo disfruten.

http://mangelcaballero.blogspot.com.es/2013/08/venta-de-pantalones-mucho-por-descubrir.html