Noticias acerca de ‘ otoño ’

El rincón de Paco Teva… DE NUEVO, OTOÑO

Va muriendo septiembre y un nuevo otoño está a punto de empezar con su astronómica puntualidad. Un otoño, que viene cargado de sequía real y social. Los estertores del verano nos han traído la sequía y el ardor fragoroso de una serie de acontecimientos, que por ser el tema de todos los TELEDIARIOS y estar en todas las tertulias no voy a mencionar. Sí quiero advertir que no son temas para el olvido, todo lo contrario, pueden marcar los tiempos venideros si no se tratan con la energía institucional, que merecen y aplicando todo el peso de la CONSTITUCIÓN y las leyes vigentes. Deseo clarividencia y valentía a nuestros gobernantes para torear ese MIURA de cinco años y seis hierbas.

La vieja ESPAÑA, que sabe llorar, reír, cantar, divertirse, luchar y pelear con denuedo, está haciendo esfuerzos ímprobos, sobre todo en sus miembros más vulnerables, para salir de este paso de penitencia de una Semana Santa amarga y dolorosa. No quisiera ser pesimista, pero no puedo obviar la situación y olvidar que nos espera un “Otoño” con caminos escarpados, difíciles e inciertos.

Siempre, a pesar de la negrura, se ven atisbos de claridad y esa es la fe, que yo tengo y la que quiero infundiros. Nada mejor para recibir ese atisbo de luz que leer unos poemas, que nos eleven de esta pérfida realidad. Os presento dos poemas sencillos, pero con el poso de una reflexión tranquila y relajada.

DESDE MI VENTANA

Desde mi ventana veo el cielo azul,
los pájaros que cantan la hermosa
melodía de la paz, la vida y la quietud.

Las hojas, con su oscuro verdor,
contrastan con la plata de los troncos:
espejos que quieren expandir el Sol
en un abanico de hermoso resplandor.

Siento que mi corazón se quiere derramar
para inundar con sus pétalos de amor
la limpia hermosura de una mañana otoñal,
que me aleja, en una sublime ilusión,
de la realidad pérfida y vulgar
de un día cualquiera, con su trágico pasar.

Los tibios y brillantes rayos de Sol
reverberan en los rojos ladrillos,
que exhalan como un vaho misterioso,
y espejean en la recatada albura
de una multitud de fachadas, escalonadas sin fin,
como rocas caprichosas, que van buscando la luna.

Desde mi ventana quiero recibir intacta
la nueva canción del calor, la luz y la alegría;
no quiero los falsos acordes del fragor
de la guerra, el hambre, la muerte y el horror.

APUNTES

La canícula estival
va perdiendo su justicia;
las blancas nubes inciertas
van preñándose de lluvia
y el viento, que juega absorto,
va cambiándolas de sitio
mientras los viejos olivos
se abanican con sus hojas,
exhalando sus suspiros.

El olivar duerme inquieto
mirando el cielo plomizo
y se despierta sediento
en un cielo azul y limpio,
que lo envuelve con su luz,
que lo abrillanta y lo adorna
con infinidad de espejos
en la plata de sus hojas.

Septiembre va agonizando
y esperamos con anhelo
que la lluvia, tibia y fina,
envuelva con su misterio
la corona de la “Peña”
con singular esclavina.

Aceitunas alargadas,
de puntiaguda semilla,
verdean en el olivar
con siluetas delgadas.
Tienen miedo que la luna
de “llena” pase a “menguante”,
no quieren ser arrancadas,
de las ramas una a una,
para el honor de las mesas,
para halagar paladares
curadas con blanca sal
del estero de los mares.

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho