Un marteño desde Murcia…LOS BANCOS DEL PASADO
De Redacción | 28. septiembre 2011 | Categoría: Clásica, En Portada, Opinión | 1 Comentario » ComparteTweetHoy quiero hacerle funcionar a mí memoria rebobinándola a los años cuarenta y algo de los sesenta, sobre todo hasta que empezaron los ordenadores, referente al trabajo que hacían los empleados de los bancos.
Yo recuerdo, a partir del año 1927 que yo nací, los bancos que había en Martos, y todos, menos el Central, que sigue estando en el mismo sitio que ocupa hoy, en la Fuente Nueva, hoy reformado, los otros dos, el Hispano Americano en la calle San José y el Español de Crédito en la calle real, donde hoy se encuentra la sede del partido socialista. En aquellas fechas el noventa por ciento de los negocios de Martos estaban ubicados empezando por la Fuente Nueva, calle Campiña, Llanete, Real de San Fernando, plaza del Ayuntamiento y calle De la Fuente, pues no existía polígono ni nada, solamente la vega agrícola y algunas industrias de cerámicas y cemento.
Pero a lo que quiero referirme en este articulo, al sistema de trabajo que se realizaba en aquellos tiempos en los bancos. Estaba el director, el interventor, el empleado y el cajero, para estos empleados había uno que era el ordenanza, que su trabajo consistía en transportar documentos de una mesa a otra, era el único que tenía su uniforme con sus botones dorados con el anagrama del banco al que pertenecía, por este motivo le decían “el botones del banco”.
Pero había otro empleado que también llevaba uniforme era, el cobrador de las letras a domicilio. Este empleado también llevaba uniforme del banco al que pertenecía, aunque quiero recordar que llevaba su gorra. Recuerdo el del Banco Hispano, era azul marino, chaqueta cruzada con sus botones dorados y su anagrama del B.H.A.. Quiero hablar de esta persona, que de todos era muy conocida, pero será como dice la televisión después de los anuncios, o sea cuando describa a los del Banco Central y Español de Crédito.
El cobrador del Central era Caballero, hombre muy agradable y muy conocido, su uniforme era gris con sus botones dorados. El del Español, Valdivias y quiero recordar que el uniforme también era azul, más claro o más oscuro.
¿Quién no conocía en Martos a MANUEL TEVA MELERO? Padre de nuestro buen amigo y marteño, FRANCISCO TEVA JIMÉNEZ ¡¡Cómo andaba, era más correr!! Era el cobrador del Hispano Americano. Todos estos señores que nombro, eran conocidos por su nombre y el del banco que trabajaban, por lo tanto preguntar en Martos por MANUEL TEVA tenías que decir EL DEL BANCO HISPANO.
Yo tenía buena amistad con él, ya que nos ha acompañado a nuestras cacerías a Sierra Morena muchas veces, con Luis Jimeno y Antonio López, incluso tengo que buscar alguna foto que creo tengo con él.
En este trabajo surgían muchas anécdotas ya que la responsabilidad de tener que pagar una letra era cosa muy seria y más si decía el cliente que la devolvieran como le pasó una vez lo siguiente. Como ya he dicho, no había ordenadores solamente el comerciante tenia un pincho de alambre en el que colgaba la factura pendiente de pago, y otro pincho la factura pagada con su letra correspondiente. Llega nuestro amigo Manuel Teva, con su carpeta de cuero rectangular, le da al cliente la letra y se la devuelve diciéndole que la devuelva diciendo, LA FACTURA CORRESPONDIENTE NO ESTÁ EN EL PINCHO.
Este empleado de Banco, tenía su trabajo en el cobro de letras a domicilio, también tenía una misión muy importante por conocer el movimiento económico de los negocios, debido a su visita a ellos, cosa que le servía al director, como asesor y persona que lo ponía al corriente en la solvencia de cualquier nuevo cliente que necesitaba crédito de ese banco
Que sirva este recuerdo, para esa persona que era un buen amigo mío, MANUEL TEVA MELERO.
Juan Rízquez Molina
Amigo Juan: me ha llegado al alma el recuerdo que has traído de mi padre. Efectivamente era así y su carácter afable y chistoso hace que mucha gente lo recuerde con cariño. MANUEL TEVA MELERO era también muy amigo tuyo, pues así me lo mencionó en vida muchas veces y me contaba vuestras aventuras y peripecias en las cacerías en Sierra Morena. Además, y te caracterizas por ello, eres un gran observador y un gran sicólogo de la vida y lo retratas muy bien. Por todo, amigo Juan, vaya para tí mi agradecimiento y mi admiración por tus dotes de narrador y tu capacidad para rememorar a los viejos amigos. Un fuerte abrazo desde tu pueblo.