El Rincón de Paco Teva…EL VERANILLO DE TODOS LOS SANTOS
De Redacción | 1. noviembre 2011 | Categoría: Clásica, En Portada, Opinión | Sin comentarios » ComparteTweetLos últimos días del mes de septiembre han sido siempre un añadido del verano y hemos disfrutado de un veranillo, el “Veranillo de San Miguel”, mucho más suave que en los rigores del estío propiamente dicho. Esto ha permitido a muchos, que no han podido veranear en los meses de julio o agosto, disfrutar de la playa o de la montaña con un clima excelente y sin los agobios de esos meses típicos y tópicos de veraneo. A mí, particularmente, me gustan más los meses de julio y agosto, será porque soy masoca, pero hay mucha gente que prefiere septiembre, por haber menos aglomeración de turistas en los sitios de veraneo y porque el clima es más benigno. También, y todo hay que decirlo, los precios son inferiores a los que se manejan en esos meses centrales del verano, la llamada “Temporada Alta”, aunque, para la calificación de los hoteles, septiembre, también, está incluido en ella, sin embargo en la práctica los precios bajan. Eso ocurre y ha ocurrido en la generalidad de los años, no obstante llevamos algunos, no sé si será ese tan traído y llevado “cambio climático”, que, como ocurre éste, estamos en las terrazas de los bares a fecha treinta y uno de octubre y muy a gusto y con una ropa liviana, porque si nos abrigamos un poquito, inmediatamente tenemos calor.
Verdaderamente si todo el año tuviéramos un clima así, sería un paraíso, es mi opinión. Pero, claro, las cosas no son tan sencillas, ni tan obvias, pues, como dice el refrán, nunca llueve a gusto de todos y si el buen tiempo conviene a los empresarios de hostelería, a vendedores ambulantes, camioneros, albañiles etc., y, como no, para todos nosotros que el buen tiempo nos permite pasear, hacer deporte etc. No es lo mismo para nuestros agricultores, que dependen del agua para que la cosecha de aceituna sea importante y gratifique los esfuerzos de todo el año. Es necesario, en los prolegómenos de la recolección, que llueva y la aceituna gane peso y aceite antes de que sea recogida y molturada, máxime cuando, ahora, los entendidos en las nuevas tecnologías agrícolas, consideran que el aceite de más calidad es el que se obtiene de la aceituna, aún, un poco verde. Para estos agricultores de vanguardia la recolección está a punto de comenzar. Por todo ello, y aunque sea un sacrificio para muchas personas, es necesario que cambie el tiempo y llueva, llueva con abundancia y sin producir daños que malogren una cosecha esperada a lo largo de un dilatadísimo año de mimos y cuidados casi paternales.
Quiero acabar este artículo aconsejando paciencia para todos los que desean el buen tiempo y no lo tienen y los que desean que cambie y no cambia , pues en esto si que nuestro margen de actuación es limitado, será lo que Dios quiera y tendremos que seguir acatando sus designios.
Os presento, como hermoso epílogo, un sencillo poema que refleja mi visión de mi pueblo y de mi barrio en este tiempo de otoño, que, a pesar de su aparente tristeza, para mí es evocador y de una sutil belleza.
DESDE MI VENTANA
Desde mi ventana veo el cielo azul,
los pájaros que cantan la hermosa
melodía de la paz, la vida y la quietud.
Las hojas, con su oscuro verdor,
contrastan con la plata de los troncos:
espejos que quieren expandir el Sol
en un abanico de hermoso resplandor.
Siento que mi corazón se quiere derramar
para inundar con sus pétalos de amor
la limpia hermosura de una mañana otoñal,
que me aleja, en una sublime ilusión,
de la realidad pérfida y vulgar
de un día cualquiera, con su trágico pasar.
Los tibios y brillantes rayos de Sol
reverberan en los rojos ladrillos,
que exhalan como un vaho misterioso,
y espejean en la recatada albura
de una multitud de fachadas, escalonadas sin fin,
como rocas caprichosas, que van buscando la luna.
Desde mi ventana quiero recibir intacta
la nueva canción del calor, la luz y la alegría;
no quiero los falsos acordes del fragor
de la guerra, el hambre, la muerte y el horror.
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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho
Imagen de la Aceituna cortesía de landahlauts