Mejor que no crispen los Políticos…Lara de Tucci
De Redacción | 16. noviembre 2011 | Categoría: Clásica, En Portada, Opinión | 1 Comentario » ComparteTweetLara de Tucci | Entre los ciudadanos existe la creencia casi general de que, por parte de los políticos, todo vale en campaña electoral. Y, desde luego, muchos de éstos -sálvense quienes puedan- no se hacen valer con prudencia para desdecir, siquiera en parte, la adversa opinión que fomentan entre los votantes. Más bien actúan aviesamente, llevados por la astucia y la demagogia a la hora de captar votos.
Hartos estamos de comprobar a través de los medios de comunicación o directamente in situ, en los mismos mítines que se organizan cuando llegan unas elecciones, cómo incluso hay aspirantes a algún puesto político en los diferentes ámbitos territoriales que dejan bastante que desear con sus palabras poco creíbles, nada congruentes, y, además, de talante difamatorio para con los adversarios; para con los que se esfuerzan por optar al mismo puesto desde otra formación. Unos defectos que tienen bastantes de los que pretenden gobernarnos y administrar nuestros patrimonios locales, comunitarios o nacionales; crónicos defectos, en fin, a los que estamos acostumbrados. Ante los cuales los electores se comportan, generalmente hablando, de diferentes maneras, según sean las tendencias que se observen y según las simpatías que se tengan por los políticos del momento. Hay electores que, ante las argucias electoralistas de los políticos, se dejan llevar por el entusiasmo y aplauden sin reservas a quienes les mienten descaradamente.
Por otra parte están los que de alguna manera se sienten decepcionados con las frases llenas de bulos y así van perdiendo paulatinamente la confianza puesta de antemano en sus representantes. Otros, en cambio, por tener inclinaciones políticas diferentes, no soportan los engaños y, en sus crispaciones más o menos disimuladas, se constituyen abiertamente en detractores de los que pretenden cambiar las intenciones de voto manipulando datos y referencias.
El grupo de los primeros “traga”, por decirlo de alguna manera, con el aluvión de promesas que sus candidatos lanzan con habilidades muy estudiadas desde el seno del partido y no exentas de dialécticas poco o nada recomendables. Pues esos candidatos saben muy bien que a veces prometen proyectos y realizaciones que, con harta frecuencia, no aparecerán por ninguna parte después, al final de las legislaturas. Y están al tanto de la misma manera, y eso les vale a ellos, de que aunque los simpatizantes y seguidores escuchen sus discursos repletos de compromisos electorales difíciles de lograr, éstos introducirán los votos con sus nombres en las urnas con la esperanza de que, al menos en parte, las papeletas sirvan para ningunear o zaherir a los miembros de los partidos rivales.
Pero, por suerte, no todos los políticos están cortados con el mismo patrón; pues los hay que centran sus mensajes únicamente en las posibilidades que creen que les van a ofrecer las circunstancias si llegan al Poder. Éstos son los políticos, por lo demás, que no se ensañan con los de las otras formaciones y trabajan con desinterés personal, sólo llevados por la tarea de elevar el bienestar de los ciudadanos en todos los terrenos donde transcurre la vida de los mismos.
Y podemos asegurar también que son los políticos o aspirantes a serlo que con honestidad engrandecen el ejercicio de la política y ennoblecen la actividad pública; siempre necesitada de gobernantes comprometidos que estén al servicio de la ciudadanía. Ellos, fuera de los grupos de inconformistas de siempre, los partidarios de la descalificación “porque sí”, no crean divisiones en la población; rebajan considerablemente las dosis de crispación que otros por desgracia fomentan, y, por consiguiente, logran del pueblo que la confianza en los parlamentos y en los ayuntamientos se mantenga en unos niveles, por lo menos, aceptables. De ahí que cuenten finalmente con el respeto y las simpatías de todas aquellas personas que, en general, no soportan las falsedades de quienes las gobiernan o pretendan gobernarlas.
me pregunto cada dia mas veces,¿estamos en serio mejor que hace 40 años?por favor respondan y cada dia tengo mas dudas