Desde las Llanuras…Emilio Almodóvar se incorpora como columnista a Martos al Día
De Redacción | 15. enero 2013 | Categoría: Clásica, En Portada, Opinión | Sin comentarios » ComparteTweetRedacción | A la actual pareja de columnistas de lujo, habituales de Martos al Día, Paco Teva y Lara de Tucci, se incorpora el manchego «medio marteño» Emilio Almodóvar. Tuve la ocasión de conocer en persona a Emilio hace un par de años y es de esos tipos que no te dejan indiferente a la hora de opinar. Cuando lean ustedes sus columnas y relatos entenderán por qué. Bienvenido Emilio y gracias por sumarte a este equipo, siéntete como en tu casa. Destacar que recientemente ha ganado el Concurso Literario del Instituto Andaluz de Educación a Distancia, aprovechamos para darle la enhorabuena. Os dejamos con su presentación ante sus, espero, próximos lectores.
Me llamo Emilio Almodóvar, Emilio viene de tradición familiar (José es mi segundo nombre, aunque me lo suelo quitar, porque mi madre me lo puso solo por un cantante que estaba de moda en la época en la que nací, y no me gusta) y como mi apellido indica bien podría tener raíces árabes de las tierras castellanas.
Tomé el ejemplo de mis padres y aprendí a echar raíces en todos los lugares a donde la vida me llevaba. Y así como sin querer, llegue a Martos en 2003 por cuestiones sentimentales. Más tarde, cuestiones laborales me llevaron a Madrid, donde me quedó un grato recuerdo y unas ganas de no volver, al no ser que fuera de vacaciones. Lo siento, no me gustó la experiencia, que sí la ciudad. Considero un privilegio, al que no todo el mundo tiene acceso, el ser de pueblo, que le vamos a hacer.
Mis estudios se encaminaron hacía la administración y las finanzas, y aunque algún titulillo cuelga en mi pared, también de mis padres tomé la idea de que no hay trabajos más dignos que otros, solo oportunidades y experiencias que vivir. Por lo que he trabajado aprovechando todas las oportunidades que han llegado a mis manos.
Hace cuatro años cuando la situación económica empeoró y las oportunidades brillaban por su ausencia, comprendí que el ocio más barato, era el de escribir. Plasmar las ilusiones, las esperanzas, también las frustraciones o descargar la rabia en un papel, me relajaba y más tarde me empezó a hacer feliz. Primero lo hacía a escondidas, pero tras presentar mi primer trabajo (un cuento para niños que ahora leo y me sonrojo) a un grupo de amigos y comprobar su buena acogida, dí el siguiente paso, crear mi propio blog, para escribir lo que me apeteciera cuando me apeteciera y compartirlo con la gente que se tomaba la molestia de leerlo.
Hace dos años, presenté mi primer trabajo a un concurso literario y cuando salieron los ganadores, y leí los relatos entendí que esto era una carrera de fondo. Que tenía mucho que aprender. Por lo que entre relato y relato, artículo y artículo, fui adquiriendo mi propio estilo, y después de dos años, uno de mis trabajos resultó el pasado mes de diciembre ganador del I Concurso Literario del Instituto Andaluz de Educación a Distancia. No solo fue la alegría de ganar, no solo fue el premio, lo más emocionante fue comprobar que después del esfuerzo, siempre llega el reconocimiento, y que ahora objetivos y metas, que parecían inalcanzables no hace mucho tiempo, están un poquito más cerca.
La invitación de Martos al Día, para formar parte de esta gran familia, que somos todos los lectores, administradores, columnistas, foreros es a la vez un reto, otro paso más, y una forma de seguir aprendiendo, pues en realidad es lo que más me ilusiona, seguir cada día siendo un poquito mejor, aprendiendo de los fallos, y dando la importancia que tienen los ciertos en tiempo y forma.