UN LIBRO DE ANTONIO ARANDA… Lara de Tucci
De Redacción | 11. octubre 2013 | Categoría: Clásica, En Portada, Opinión | Sin comentarios » ComparteTweetLara de Tucci | Ya habrá ocasión para escribir sobre la Asociación “Manuel Aranda” y de la beatificación de aquel joven mártir que le da nombre a la misma. Pues es un tema a tener en cuenta no sólo en lo que se refiere a la cultura marteña, sino también en lo tocante a nuestras tradiciones; sobre todo, a las tradiciones religiosas. Ya habrá ocasión, digo, porque ahora voy a hacerme eco del libro UN AMOR MÁS GRANDE QUE LA MUERTE, de un sobrino carnal del mártir que va a subir a los altares: Antonio Aranda Calvo, que es canónigo de la Catedral de Jaén y consiliario desde el año 2000 -creo que lo sigue siendo- de la citada Asociación; constituida formalmente un año después de sus inicios, en 2001.
Antonio Aranda publicó allá por el año 2006 ese interesante libro, que versa sobre nuestros mártires jiennenses. Que por estas fechas, con motivo de la canonización de su tío Manuel entre otros, toma una especial relevancia documental. Pues la obra refleja con claridad el testimonio de vida y la ejemplaridad de unos mártires, que por medio de su inmolación se nos presentan desde entonces y para siempre como testigos del mensaje evangélico.
Lógicamente, Antonio Aranda Calvo se extiende más en su libro en resaltar los valores cristianos de su tío. Pero también destaca, y de qué forma, pues ese es el objetivo de la publicación, la grandeza de ánimo de las diferentes figuras martirizadas que aparecen en la misma. Constituyéndose el autor, por medio de su panegírico trabajo, como recopilador de unos datos biográficos y de unos testimonios cristianos que todos los creyentes de la diócesis tendrían que leer. Ya que aparte de adquirir conocimientos acerca de unas personas dotadas de inmenso amor, los lectores se enriquecerían, culturalmente hablando, gracias a la pluma y la maestría literaria del autor; a quien yo ya leía en el Diario Jaén, cuando ambos colaborábamos en ese periódico. Pues Antonio Aranda trata el tema con todo lujo de detalles; incluso utiliza fragmentos de homilías papales sobre el tema en dos capítulos para enfatizar sobre la causa de beatificación que dentro de unos días vamos a vivir en Tarragona.
Antonio recalca oportunamente en las páginas de su libro que estos mártires han dado sus frutos a la diócesis de Jaén y que, a su vez, ellos son frutos de la misma; que ha sido enriquecida por Dios con sus valiosos ejemplos de santidad. Y abunda en el tema refiriendo el hecho de que “desde el comienzo de la historia de la Iglesia, resplandecen los mártires en tierras de Jaén; donde celebramos a San Eufrasio; a los Santos de Arjona, Bonoso y Maximiliano; San Amador; San Pedro Pascual; el Beato trinitario de Andújar, Marcos Criado, y el último canonizado, San Pedro Poveda, que elevó a los altares Juan Pablo II en Madrid en mayo de 2003”. Pero termina añadiendo que son otros muchos los testimonios de santidad que han dado las tierras del Santo Reino.
El lector del libro podrá comprobar cómo la apertura del proceso de beatificación que ahora vamos a presenciar comenzó el 24 de octubre de 1994 con una misa solemne en la Capilla Mayor del Seminario; como “Causa de Canonización de Mons. Basulto, obispo de Jaén y Compañeros”.
Pero aparte de apercibirse los lectores del libro de los datos biográficos de los martirizados y de los esenciales valores cristianos que todos abrigaban; cada cual puede sacar apropiadas conclusiones del momento que a los mártires les tocó vivir. Para ello pueden aprovecharse de los capítulos del libro en los que se resaltan los testimonios pasados y actuales de los que se sintieron llamados a publicar sus opiniones sobre los mismos y de los que -caso de los Papas- recurren al ejemplo de los martirizados para catequizar a los fieles católicos con apropiadas referencias para fomentar la fe en la Iglesia; que es la fe en Jesucristo, por cuya causa los mártires vertieron su sangre.
A tal efecto, del libro que comento destaco yo lo que el canónigo Antonio Aranda transcribe en el mismo. Y lo hago con la sana invitación de que se haga con la obra el lector de este artículo.
En primer lugar, unas palabras del propio Juan Pablo II: “con su sacrificio, el mártir grita ante el mundo su elección libre de la verdad de Dios contra toda lisonja o amenaza de quien se opone a Dios”. Y por último el filósofo y mártir San Justino, martirizado en el año 165 en la persecución de Marco Aurelio por negarse a ofrecer sacrificios a los dioses paganos, se expresó -apunta el libro UN AMOR MÁS GRADE QUE LA MUERTE- del siguiente modo: “es nuestro deseo más ardiente sufrir por amor a nuestro Señor Jesucristo, para ser salvados. Este sufrimiento -repite- nos dará la salvación”.