El Rincón de Paco Teva… SAN VALENTÍN, DÍA DE LOS ENAMORADOS
De Redacción | 14. febrero 2014 | Categoría: Clásica, En Portada, Opinión | Sin comentarios » ComparteTweetEstando cerca el catorce de febrero, nada mejor que recordarlo y dar algunas pinceladas sobre la muy «discutida» fiesta del «Día de los enamorados», que coincide con la onomástica de San Valentín. Esta discusión es algo recurrente, que se manifiesta, como en casi todas las facetas de la vida, en dos claras opiniones: una materialista, que considera que es una fiesta hija de nuestra sociedad de consumo, y otra idealista, que lo hace celebrando y homenajeando el amor en su mejor y más pura expresión.
Yo, que soy muy aficionado a las frases bonitas y casi lapidarias, de reconocidas personas por su sabiduría y sensibilidad, para empezar, tengo que traer a estas páginas una, que me ha impactado por su brevedad y, al mismo tiempo, por su profunda sabiduría. La frase es de Janos Arnay «En los sueños y en el amor, no cabe lo imposible». En tan pocas palabras, no se puede definir mejor lo que puede ser el amor. Es algo tan sutil, elevado o carismático, que no cabe la imposibilidad, ni los inconvenientes, ni las separaciones obligadas, ni la oposición de determinadas personas, ni siquiera la muerte (Romeo y Julieta). El verdadero amor no tiene límites, o se quiere, o no se quiere, no valen los subterfugios, y, abundando en lo mismo, dice así Francisco de Quevedo «Los que de corazón se quieren, sólo con el corazón se hablan». No puede ser más explícita. El amor es algo profundo, imponderable, que sale del corazón, como fuego volcánico, incontrolable.
Dije al principio «la discutida fiesta del Día de los enamorados», porque muchos piensan que la misma, que San Valentín, se celebra desde hace poco y que surgió por el interés de los grandes centros comerciales, pero su origen se remonta a la época del Imperio Romano.
Si nos olvidamos de esos carteles, que a comienzos de febrero anuncian todo lo que debemos regalar a nuestras parejas, veremos que, en el fondo de ese famoso 14 de febrero, hay mucho amor. Un sentimiento que, además de universal, es tan antiguo como la propia raza humana.
La historia de San Valentín se remonta a la antigua Roma, al siglo III, cuando un sacerdote decidió casar a aquellos novios que lo tenían prohibido. Se trataba de soldados, pues se creía que los solteros rendían más en el campo de batalla. Valentín, que así se llamaba el sacerdote, protegía a estos soldados y los casaba en secreto, por lo que Claudio II, a la sazón, emperador de Roma , ordenó su detención y posterior ejecución. Durante la estancia en la cárcel, se enamoró de la hija del carcelero, Julia, a la que mandó una carta de amor antes de ser ejecutado. Coincide, ¡hay que ver!, la fecha de la ejecución con el 14 de febrero. Es una caso con los hilos suficientes para, una vez tejido, pasar a la historia y que cada 14 de febrero recordemos que a pesar de los bombones, las flores, las cenas románticas y, quizá, hasta brillantes, lo verdadero y único que queda, al final, es el sentido amor.
Es una celebración tradicional en los países anglosajones, que se ha ido extendiendo a otros muchos a lo largo del siglo XX. En norteamérica, hacia el año 1840, Esther A. Howland empezó a vender las primeras tarjetas postales de San Valentín con símbolos como corazones o cupidos. También, se empezaron a regalar rosas a aquellas personas a las que se les tenía un especial afecto. Igualmente, se ha extendido por América del Sur, donde muchas personas, ya, lo celebran. En los países nórdicos( y es otra teoría sobre los orígenes) es durante estas fechas cuando se aparean los pájaros y por tanto este periodo, en el que se centra el día de los enamorados, es para ellos un símbolo de amor y creación. Asímismo, se maneja que sea una fiesta cristianizada del paganismo de la antigua Roma, cuando tiene lugar el martirio de San Valentín.
Sean las teorías que sean sobre su origen, lo cierto es que muchos millones de personas lo celebran todos los años y no voy a entrar en si lo hacen por las influencias externas de los grandes comercios, o, simplemente, es que se ha canalizado un sentimiento, que brota puro y diáfano del corazón de los humanos enamorados, lo que demuestra, como apunté al principio, que el amor es un sentimiento fuerte, cálido, sin medida, en el que no cabe lo IMPOSIBLE.
Y como mi intención no es la de polemizar, sino más bien la de profundizar, si así se puede considerar, en este tema, que como tantos otros son casi desconocidos, si de algo ha servido este simple y sucinto ensayo, me consideraré muy gratificado.
Por último desearos un FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS, pero como se decía en otro asunto, que ahora no sé cual es, «Si San Valentín es felicidad y alegría, que sea San Valentín todos los días». Que vuestros corazones vivan con amor todos los días.
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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho