El Rincón de Paco Teva… LA PRIMAVERA
De Redacción | 17. marzo 2014 | Categoría: Clásica, En Portada, Opinión | 3 comentarios ComparteTweet«La primavera la sangre altera», así dice un aforismo popular en lo relacionado con la entrada de la primavera y nuestra actitud ante la vida y el amor. Pues sí, dentro de unos días empieza esa estación mágica motivo de inspiración para los poetas, pintores.., pues la belleza, la vida, el entusiasmo, el amor eclosionan con una fuerza distinta a la de otras estaciones. Es algo, visceral, fisiológico, hormonal, qué sé yo, algo que cambia la naturaleza, las plantas, los animales, el mundo, el amor. Físicamente, clínicamente se nota el cambio, se nota ese correr de hormonas, de adrenalina, que nos da fuerza, vigor, alegría, ilusión, que nos cambia la vida en suma.
La palabra primavera viene de PRIMA «primer» y VERA «verdor», luego literalmente significa el «primer verdor», el arranque de esa explosión de vida. Dependiendo de las regiones este verdor será antes o después, pero su fecha astronómica es la misma para todo el hemisferio norte y la misma para todo el hemisferio sur. Este año 2014 está previsto que la fecha astronómica de entrada de la primavera sea el día 20 de marzo a las 17,57.
Mucho más técnicamente se podría decir qué es la primavera, pero como yo no voy a descubrir nada nuevo, me conformo con expresar poéticamente lo que entiendo por primavera. Que hable la poesía, que siente más que sabe, que tiene pálpitos de sentimiento y es capaz de mover los corazones más duros e insensibles.
Quiero publicar en primicia estos dos poemas muy afines al síndrome primaveral: PRIMAVERA / TE ESPERÉ
PRIMAVERA
Necesito salir de este invierno frío y silencioso,
necesito el calor de tus rayos calientes y sedientos,
necesito la albura de tus tenues resplandores,
necesito salir de las sombras y agrios vientos.
Quiero el calorcillo amable de tu faz alegre,
quiero sentir como crece la yerba a borbotones,
quiero que tu cara me mire y me conforte,
quiero dejar de errar sin ilusiones.
Espero el perfume de tantas, tantas flores,
espero tu aliento y tu savia nutritiva,
espero un arco iris que ciegue de colores,
espero el renacer de mi alma aún dormida.
No puedo apartar de mis ojos tu belleza,
no puedo alejarme de tus efluvios poderosos,
no puedo salir de esa cama cariñosa,
ni puedo perder la belleza de tus ojos.
Me embarga el gorjeo de los pájaros cantores,
me embarga el zumbido de multitud de insectos,
me embarga la avaricia de los intensos amores,
me embargan los corazones satisfechos.
Te quiero primavera y siento que te acercas,
te quiero primavera, llévame a mi amada,
te quiero primavera, tú que rompes amarras,
te quiero primavera, tú que disipas mis penas.
Envidio tu luz, tu sol y tus aromas,
envidio la energía a torrentes derramada,
envidio la eclosión de vida y esperanza,
envidio el rumor del coraje y las hormonas.
TE ESPERÉ
Te esperé con la paciencia de los enamorados
y sentía que tus ojos, de embrujo palpitante,
me miraban, genial locura enamorante,
bello abanico de gestos inspirados.
Recordaba tu cara de tez clara,
tu pelo como trigo maduro,
recordaba, más aún, tu mirar seguro
y tu boca como fruta, que buscara.
Recordaba tus manos con locura
en la besana sensible, que es mi cuerpo,
labrando los rincones de mi huerto
con sensaciones plenas de ternura.
Recordaba tu piel, tersura sutil de terciopelo,
con el suave tacto de la seda,
que me invade con fuerza y me sosiega
como la simple caricia de tu pelo.
No estabas y te buscaba, ávidamente;
sufría y mi sufrimiento, grave y alocado,
sembraba de espinas mi costado
con un dolor amargo e inclemente.
Mis ojos buscaban, aturdidos,
en la penumbra de mi amarga espera
sin encontrar en tu alejada esfera
la emoción de los momentos más queridos.
Las horas de mi alma, vencidas por la espera,
sufrían, por la dicha del encuentro,
sin saber si el corazón, tembloroso por dentro,
encontraría la respuesta más sincera.
Te esperé sintiendo tu presencia,
enamorado de tus gestos muy presentes
y encontré que las caricias, hoy ausentes,
renacerían más fuertes que su ausencia.
Al fin nos encontramos, ¡ay amor!,
en la cálida alcoba, sufriendo al esperaros,
y nos amamos, nos amamos sin reparos
con la pasión irresistible del dolor.
.
Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho
Los poemas me parecen preciosos. Te vas superando cada día. Das una visión de la primavera original y bellísima y si es el poema TE ESPERÉ tiene pasión, profundidad y un vocabulario de nota. Enhorabuena.
Apreciado poeta, mi esposa encontró sus comentarios en internet sobre el curioso incidente con quien se hacía pasar por el autor de «Amor Azul» y «Amor Amor». Si bien he expuesto mis postales, láminas y libros al público por varias ciudades de España, esto se realiza con mesa, expositores, iluminación y música de fondo. Jamás he pretendido condicionar al posible lector, que es a la postre el que hojea libremente los versos y si procede pide una dedicatoria.
Es el primer caso que conozco que alguien venda mis versos haciéndolos pasar por propios. Por consiguiente le agradezco que usted lo haya publicado en la red. La anécdota es risueñamente turbia, sin dejar de ser interesante. Pero los poetas estamos más bien para deleitarnos con el amor, la verdad y la belleza, que malgastar el tiempo en banalidades. Espero que el tal vendedor de mesa en mesa y de bar en bar, deje de manosear versos ajenos.
Cambiando de tema, confieso que me han gustado sus versos de amor, a través de los cuales se aprecia su exquisita sensibilidad.
Quedo a la espera de su posible respuesta, amigo Francisco Teva. Deseándole salud y alegría se despide cordial y poéticamente: Eduardo
POETA
Aunque te sientas solo e ignorado
y fusilen tu anhelo incomprendido,
como tigre que al plomo ha resistido
embiste con impulso redoblado.
Recuerda que la estrella que ha nacido
adentro de la sombra se ha fraguado;
que ni el dinero compra lo gozado
ni hay un gozo más hondo que haber sido.
Tu sentir, como el árbol rebrotado
que ante un árido mundo desunido
los hachazos del odio ha desafiado,
jamás podrá sentirse sometido;
porque al fuego del verso enamorado
no lo apagan el oro ni el olvido.
e.j.m.
Estimado Poeta: me ha encantado que haya llegado hasta usted el comentario, que hice sobre esos versos, magníficos y profundos, que alguien que no había puesto nada me dio, como suyos. Ahora, aclarado todo, lo felicito nuevamente por ese don de hacer versos tan hermosos como el que pone en el comentario. El mundo, aunque muy grande, cada día es más pequeño con las nuevas técnicas. Yo, suelo publicar en este medio http://www.martosaldia.es Espero que podamos comunicarnos con fluidez e intercambiar nuestros versos y escritos. Mis saludos más afectuosos para usted y para su esposa. FRANCISCO TEVA JIMÉNEZ.