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Desde la llanuras…CUESTIÓN DE FÉ

Cuando la unión no hace la fuerza, la cosa resultante puede ser un esperpento de proporciones dantescas.

Heme aquí, (vetusta expresión para referirme a algo que debería ser el futuro más próximo) a medio camino, entre la indignación, la resignación y el asombro. El tiempo, el devenir de los acontecimientos y el recuerdo de aquél sabio camarero, que me servía un combinado en un pub de moda de Bailén, todos los viernes después de mi jornada laboral, han contribuido a la debacle de la fe que desde hace años he profesado. El europeísmo. Tal vez una utopía, o tal vez una necesidad obligada para adaptar nuestra trágica historia común, esos proyectos que desde hace siglos han sido anhelos de grandes imperios y déspotas dictadores, a un realidad que devuelva la importancia en el escenario mundial, que la vieja Europa merece, ante tanta potencia emergente o consolidada.

Un europeísta convencido, dudando de sus maltrechas creencias, solo es el resultado de muchos desengaños encadenados.
Todavía siento la emoción de aquel 1 de enero de 2002, cuando retiré de un cajero los nuevos y flamantes billetes, porque necesitaba pagar el chocolate con churros obligado, con la moneda del progreso. Una moneda que parecía consolidar el sueño de aquella sociedad, que una vez analizados los desastres de la II Guerra Mundial, sembró de una manera seria, la idea de una unión política, económica y social, capaz de superar sus escasas diferencias culturales (que las hay, y es necesario preservar) para construir un espacio común, donde desarrollar esa manera tan definida que tiene todo europeo, en la forma de entender el mundo. De unir legalmente, de alguna manera, esas raíces comunes que nos unen a través de una historia compartida, donde lo místico se mezcla con lo terrenal. (Sírvanse los curiosos lectores por investigar el origen de la bandera europea).
Hacía tan solo tres meses, que regresé de mi primera experiencia europea, y recorrer parte de Francia y Bélgica, solo reafirmó mi idea, de que con la nueva moneda, se estaba dando un paso importante para la constitución de, llamémosle, algo parecido a una unión.

¡Nunca saldremos de nuestro poblado mental!, me decía ese sabio camarero. Creo que se llamaba Juanma y se fue a Santander al poco tiempo a probar suerte con los negocios. Como cada viernes, discutíamos sobre la actualidad amparados en la quietud y el sosiego de ese local a esas horas de la tarde. Se acercaban otras elecciones europeas, correría el año 2004, y los dos habíamos visitado Italia, algunos meses antes. Era mayor que yo, y por ende más sabio. Para mí, era la primera vez que podría votar al Parlamento Europeo, pero mi camarero favorito ya me dejó claro, que no servía para nada. Que los diferentes políticos de cada país de Europa, nunca tendrían la altura de miras suficiente, como para pensar en una unión sólida, más allá de la moneda única. Pensaba que esos políticos solo eran aparcados allí, por los partidos de cada país, por motivos internos y técnicos. Pensaba que el Euro, solo nos traería problemas, pues mientras no hubiera un gobierno autónomo y con políticas fiscales de mínimos para todos, solo reinaría la desigualdad. Era su opinión, respetable claro está, pero no la mía.

Yo voté en 2004 y voté en 2009, y lo volveré a hacer en 2014, aún sabiendo que todavía nadie entiende para que sirve. Aunque me pregunte, para que pagamos una estructura que nadie sabe en que está trabajando. Cuestión de fe, que le vamos a hacer.

Los problemas de Europa, siguen siendo asunto de Merkel, de Rajoy, de Hollande, y del presidente o primer ministro que tenga Estonia. El Banco Central Europeo, no rinde cuentas ante ningún Parlamento Europeo. Y lógicamente así nos va, con los intereses nacionalistas, por encima de los generales. Si lo de Cataluña es un absurdo en estos tiempos, en mi humilde opinión esto es algo parecido.
Que la Política Agrícola Común, sea el logro más significativo de esta Unión Europea, con la concesión de subvenciones a diestro y siniestro a las familias más importantes de Europa sin importar la producción, ya es un hecho suficiente, para alentar al desengaño que he sufrido con el tiempo.

La verdad, es que mirando los acontecimientos con frialdad, todo lo hemos hecho mal. Se ha comprobado, que no es posible mantener un espacio económico unido, si el medio de pago, aunque se llame igual, no tiene el mismo valor, en un lugar que en otro. La entrada de países, unos al Euro, otros a la Unión Europea ha sido un caos en los últimos años. Se han incorporado países sin limitación, cumpliendo unos requisitos demasiados livianos y dando lugar a unas desigualdades fiscales, laborales y sociales, inconcebibles en algo que quiera llamarse unión.
El mapa de Europa es fiel reflejo del desastre. Una Unión Europea, que no se sabe si está completa o va a aceptar a nuevos miembros originarios de los Balcanes, con unos países miembros del Euro, otros no y otros llamando a la puerta, con políticas fiscales y laborales, que ya de entrada se podrían calificar como competencia desleal y con una isla paradisiaca fiscalmente hablando en el centro, llamada Suiza.
Un último ejemplo, es la reciente »tasa tobin» en 11 países de la Unión Europea, entre ellos España. Un impuesto que pretende gravar las transacciones financieras y recaudar una cantidad importante de dinero, pero olvidando un pequeño detalle. La facilidad que tienen las empresas de intermediación financiera, (las principales afectadas), para deslocalizar sus oficinas, hacía otros países miembros, que no se han sumado a la iniciativa.

En estos años de desengaño progresivo, he vuelto alguna vez a pasear por cierta zona europea, y he tenido la misma sensación. No somos tan diferentes. Una unión más efectiva es posible. Pero cada vez se requiere más fe. Una creencia que se convierte en ciega, cuando tu vecino se ha visto afectado en primera persona por las sinrazones enquistadas en estas instituciones.

El desastre, para la ciudad de Martos, de la deslocalización de la fábrica que Eldon mantenía en nuestra localidad, es otro episodio de este experimento, que no termina de cuajar. La decisión de la empresa, respaldada por la reciente reforma laboral, en su punto más siniestro, aquel que permite acogerse a un ERE a toda empresa que reduzca progresivamente sus beneficios, ha dejado a decenas de familias en una situación emocional muy complicada. Aquellos que la sufrimos desde hace tiempo, podemos asegurar lo frustrante que resulta encontrar un empleo que demandan cientos o miles de personas al mismo tiempo. Lo frustrante que es buscar salidas y solo encontrarte con trabas. Lo frustrante que es tener ilusiones, esperanzas o deseos y solo recibir bofetadas. Por eso, es obligado solidarizarse con estas personas.

Víctimas de un despropósito mayúsculo. De una Unión Europea que permite esas diferencias laborales y fiscales, entre unos países miembros y otros. Porque una empresa puede elegir establecerse en Asía, con la consecuente adaptación de sus métodos de trabajo a aquella cultura o cerca de los peligrosos juegos nucleares de Corea del Norte, puede elegir establecerse en América del Sur, con la constante amenaza de ser expropiados, puede decidir hacerlo en África, en India o en Qatar, bajo la presión de sufrir un ataque terrorista y la inestabilidad social del lugar, pero que puedan establecerse en países miembros de la Unión Europea, como Rumanía que aunque aún no forma parte de la moneda única, está a la espera, aprovechándose de unas instituciones estables y unas garantías jurídicas bien definidas, por no existir unas normas fiscales y laborales mínimas comunes para todos los países, es increíble.

Desconozco, hasta que punto nuestros representantes políticos locales y regionales pueden evitar que esto se produzca, pero mientras tanto, a nosotros solo nos queda hacer ruido, aunque parezca que no sirva para nada, hacer mucho ruido. Firmar las hojas disponibles en muchos comercios de la ciudad, acudir a cada acto en apoyo a los trabajadores o firmar la petición en la plataforma ciudadana change.org

En cierto modo, esto también es cuestión de fe. Aunque haya gente que, como ese sabio camarero escéptico con Europa, piense que no merece la pena.

Emilio Almodóvar



Desde las Llanuras…Emilio Almodóvar se incorpora como columnista a Martos al Día

Redacción | A la actual pareja de columnistas de lujo, habituales de Martos al Día, Paco Teva y Lara de Tucci, se incorpora el manchego «medio marteño» Emilio Almodóvar. Tuve la ocasión de conocer en persona a Emilio hace un par de años y es de esos tipos que no te dejan indiferente a la hora de opinar. Cuando lean ustedes sus columnas y relatos entenderán por qué.  Bienvenido Emilio y gracias por sumarte a este equipo, siéntete como en tu casa. Destacar que recientemente ha ganado el  Concurso Literario del Instituto Andaluz de Educación a Distancia, aprovechamos para darle la enhorabuena. Os dejamos con su presentación ante sus, espero, próximos lectores.

Me llamo Emilio Almodóvar, Emilio viene de tradición familiar (José es mi segundo nombre, aunque me lo suelo quitar, porque mi madre me lo puso solo por un cantante que estaba de moda en la época en la que nací, y no me gusta) y como mi apellido indica bien podría tener raíces árabes de las tierras castellanas.

Tomé el ejemplo de mis padres y aprendí a echar raíces en todos los lugares a donde la vida me llevaba. Y así como sin querer, llegue a Martos en 2003 por cuestiones sentimentales. Más tarde, cuestiones laborales me llevaron a Madrid, donde me quedó un grato recuerdo y unas ganas de no volver, al no ser que fuera de vacaciones. Lo siento, no me gustó la experiencia, que sí la ciudad. Considero un privilegio, al que no todo el mundo tiene acceso, el ser de pueblo, que le vamos a hacer.

Mis estudios se encaminaron hacía la administración y las finanzas, y aunque algún titulillo cuelga en mi pared, también de mis padres tomé la idea de que no hay trabajos más dignos que otros, solo oportunidades y experiencias que vivir. Por lo que he trabajado aprovechando todas las oportunidades que han llegado a mis manos.

Hace cuatro años cuando la situación económica empeoró y las oportunidades brillaban por su ausencia, comprendí que el ocio más barato, era el de escribir. Plasmar las ilusiones, las esperanzas, también las frustraciones o descargar la rabia en un papel, me relajaba y más tarde me empezó a hacer feliz. Primero lo hacía a escondidas, pero tras presentar mi primer trabajo (un cuento para niños que ahora leo y me sonrojo) a un grupo de amigos y comprobar su buena acogida, dí el siguiente paso, crear mi propio blog, para escribir lo que me apeteciera cuando me apeteciera y compartirlo con la gente que se tomaba la molestia de leerlo.

Hace dos años, presenté mi primer trabajo a un concurso literario y cuando salieron los ganadores, y leí los relatos entendí que esto era una carrera de fondo. Que tenía mucho que aprender. Por lo que entre relato y relato, artículo y artículo, fui adquiriendo mi propio estilo, y después de dos años, uno de mis trabajos resultó el pasado mes de diciembre ganador del I Concurso Literario del Instituto Andaluz de Educación a Distancia. No solo fue la alegría de ganar, no solo fue el premio, lo más emocionante fue comprobar que después del esfuerzo, siempre llega el reconocimiento, y que ahora objetivos y metas, que parecían inalcanzables no hace mucho tiempo, están un poquito más cerca.

La invitación de Martos al Día, para formar parte de esta gran familia, que somos todos los lectores, administradores, columnistas, foreros es a la vez un reto, otro paso más, y una forma de seguir aprendiendo, pues en realidad es lo que más me ilusiona, seguir cada día siendo un poquito mejor, aprendiendo de los fallos, y dando la importancia que tienen los ciertos en tiempo y forma.



Un marteño desde Murcia… ANTONIO ALVAREZ ALONSO 1.867-1.903

Juan Rízquez Molina | El día once de Marzo de 1927 nací en la ciudad de Martos. Esta fecha para mí, es muy importante, como cualquier ser humano que naciera ese día, u otro día de cualquier año. Pero este mismo día del año 1867 nació en nuestro pueblo el músico y compositor D. ANTONIO ÁLVAREZ ALONSO, autor de esa marcha popular (como el le decía y consta en el libreto que voy a transcribir, y que se publico en Cartagena con motivo del centenario de su composición y que Martos cooperó en este centenario.

Por encontrarme viviendo en la región de Murcia, en un pueblo muy cerca de Cartagena, ha coincidido la conversación del Maestro Álvarez Alonso con algunos de mis amigos, dándose ellos por satisfechos diciendo que el compositor de SUSPIROS DE ESPAÑA, era de Cartagena, a lo que yo tengo que explicarles lo que ha continuación y que se publicó en su día sobre el Maestro. JOSÉ ÁLVAREZ ALONSO.

Nació el 11 de Marzo de 1867 en Martos, populoso e histórico pueblo de Jaén. Vivió sus primeros años en el seno de un familia de clase media, formada por D. José Álvarez y Doña Virginia Alonso, compartiendo juegos e ilusiones con Manuel, su único hermano. Huérfano de padre y madre, a edad muy temprana, fue recogido por un tío materno, el cual le encauzó por los sendero de la profesión musical. Con solo nueve años ingresó en la Escuela Nacional de Música de Madrid, estudiando solfeo, piano, armonía y composición con lo más grande del profesorado de entonces: Dámaso Zabalza y Juan Emilio Arrieta. Empezó a destacar como aventajado pianista y recorrió en ocasiones el territorio nacional dando conciertos. Siendo magnifico organista, ostentó tal encargo en la catedral de Funchal (Islas Madeira)

En sus primeros años en Cartagena consiguió subsistir gracias a la impartición de clases de música. Vivió en una casa de huéspedes de la calle del Carmen donde desarrolló su espíritu un poco pesimista y bohemio. Se desplazaba temporalmente a dirigir una orquesta en el Gran Casino de Funchal y a Madrid, a controlar el estreno de alguna de sus zarzuelas. De sus numerosas zarzuelas, existe constancia que estrenó al menos una en el Teatro Circo de Cartagena.

Casado con Doña Gumersinda del Río Cevallos, perteneciente a una aristocrática y adinerada familia santanderina, su matrimonio fue un verdadero fracaso, pleno de numerosas discusiones y trifulcas, debidas al carácter celoso de su mujer o a su vida bohemia en el mundillo artístico. Esto condujo a la separación definitiva, que se hizo oficial en su estancia en Cartagena.

Cuando arribó a nuestra ciudad (Cartagena) el maestro Álvarez tenía treinta años. Aceptó el reto de ofrecer abundantes conciertos en el viejo Café de La Marina, en la calle Mayor, donde había nacido el pasodoble “El Abanico” del compositor Alfredo Javaloyes López. Mejoró su situación al inaugurarse el Café- Restaurante España, situado también en la Calle Mayor, en donde actuó en el que terminó siendo su sexteto definitivo : Antonio Álvarez (piano) Antonio Rabay Bartrina (violín primero) Antonio Lissón y Alvadalejo (viola y armonium) Juan López (vilonchelo) Antonio Pomares Talavera (violín segundo) y Antonio Torromé (contrabajo). En determinadas ocasiones se contó también con otros intérpretes, entre ellos con Manuel Álvarez Alonso (notable violinista) hermano del maestro.

El Casino de Cartagena contrató al maestro Álvarez para las anochecidas estivales de su pabellón de verano, instalado en el Rel de la Feria, en el paseo del Muelle, actuando aquí como solista, con gran éxito y afluencia de público.

También actuó en los salones de la reciente constituida Real Sociedad Económica de Amigos del País.

Con motivo de celebrarse la jura del Rey D. Alfonso XIII, el día 16 de Mayo de 1902, la Sociedad de Conciertos de Madrid convocó un concurso nacional de composición. El maestro Álvarez consiguió el primer premio con su “ Marcha Solemne” , que fue estrenada ocho días después en el Teatro Real, con presencia del Monarca. Esto le valió, posteriormente, un merecido que le tributaron sus amigos en Cartagena, con un gran concierto en su honor. También obtuvo el Gran Premio del Concurso de Bandas de Música organizado por periódico madrileño “El Heraldo”, con el vals titulado “Será para mí” Durante su afincamiento en Cartagena escribió cuartetos, caprichos, zarzuelas, muchas, marchas, himnos, pasodobles, pasacalles.

Se dice que el Maestro Álvarez, compuso su inmortal pasodoble sobre una de las mesas del Café España y que tras una de sus actuaciones nocturnas, pasando frente al escaparate de una confitería, se tropezó con el titulo de la obra al contemplar los conocidos pastelillos llamador “Suspiros” Aquella inspirada composición, dedicada, como reza su cabecera, al Ayuntamiento de Cartagena, se estrenó la noche anterior a la fiesta del Corpus Cristi (2 de Junio de 1902) frente al altar situado en la esquina de la calle Mayor – Plaza de San Sebastián, por la Banda de Música de Infantería de Marina, dirigida por el Maestro Ramón Roig.

Un año después, el domingo 21 de Junio de 1903tras su actuación nocturna y una posterior partida con los amigos, falleció de una fulminante angina de pecho, a los 36 años y medio

Tras la desaparición del Maestro Álvarez, ha de admitirse que le llegó rápidamente el olvido, pese a que el éxito de su composición fue en aumento. Medio siglo después se empezó a revindicar su figura por parte de Federico Casal y otros, que abogaban por realizarle un homenaje en el cincuentenario de su muerte. Toda esta corriente culminó con el pasar de los años en un grupo de querenciosos cartageneros que, capitaneados por José Casau, Pedro Bernal, Pedro González, José Zarco Avellaneda, Ramón García Pérez y Jesús Montalbán Director de la Banda del Tercio de Levante, entre otros, lograron por suscrición popular, erigir el monumento al Maestro Álvarez, obra del escultor José Sánchez Lozano, que fue inaugurada en la plaza del Rey el 11 de diciembre de 1966

En otra ocasión seguiré hablando algo más sobre nuestro insigne paisano el Maestro ANTONIO ÁLVAREZ ALONSO.

Desde Murcia os manda un abrazo para todos los marteños



Un marteño desde Murcia…VIVIR ENTRE FLORES (Relato Corto)

Juan Rízquez Molina | Era un sábado por la tarde, el padre, un hombre de unos cuarenta años, con dos niños de la mano se dirigía al parque del pueblo. Eran los primeros días de primavera, el parque se encontraba con todos los rosales y plantas en plena floración, sobre todo los rosales que aunque todavía había muchos capullos sin abrir, la mayoría estaban ya a media flor, por lo que su aspecto era precioso.

Aquel hombre, con los dos niños de la mano, se dirigía hacia una parte del parque en la cual se encontraba una especie de Arriate en el que se podían contar unos ocho rosales, de los cuales, uno, destacaba de los demás por su diferencia en el color de las rosas, eran un rojo sangre precioso, las rosas parecían de terciopelo y su ubicación estaba situada en el centro con el fin de que no fuese tocado ni estropeado por nadie, ya que como digo, era la admiración de todo visitante.

Este hombre, dejando a los niños les dijo:

-Esperad un momento que voy a pasar, ahora que no se ve por aquí al guarda, para ver de cerca ese rosal que hay en el centro y oler esa rosa tan bonita.

Se dirigió a él y más que olerla lo que hizo fue darle un beso, cosa que a los dos niños le extrañó, por lo que le preguntaron a su padre,

-Papá, ¿Por qué le has dado un beso a esa rosa con tanto cariño?

Esa pregunta que me haces la voy a contestar, pero no en este momento, nos vamos a sentar en ese banco de enfrente para contaros la historia de ese rosal rojo y por qué le he dado un beso.

-¿Os acordáis de vuestro abuelo Juan?

-Sí papá

-Pues precisamente hoy hace tres años que murió…

-Papá, y ¿donde está enterrado? que cuando vamos al cementerio siempre nos han dicho: aquí está enterrada la abuelita, pero no sabemos donde está el abuelo.

-Precisamente esa es la historia que quiero contaros, pues con doce y siete años que habéis cumplido ya tenéis que saber donde se encuentra enterrado el abuelo Juan, eso sí os digo, es un secreto muy intimo de nuestra familia.

-El abuelo Juan era un hombre con unas ideas muy propias, aprendía más de sus pensamientos que de lo que leía, pues leer le gustaba poco, en cambio escuchar, sobre todo alguna persona inteligente, eso le encantaba y de ello aprendía mucho. Recuerdo que me decía, hijo, hay personas que leyendo poco saben más que aquel que lee mucho, igual pasa con la comida, hay personas que comen mucho y no engordan y otras comiendo poco engordan. Le gustaba mucho la Astronomía, todo lo que trataba del Universo, la formación de las estrellas, nuestro Sistema Solar se lo sabía de memoria, distancia entre planetas, volumen de los mismos…Me decía que cuando se situaba, imaginariamente, a la distancia que se encuentra Júpiter de la Tierra y esta se convertía en un insignificante punto de luz, de las muchas cosas que creemos los seres humanos que somos en la Tierra, a esa distancia no somos nada, solamente una partícula del Universo y, una partícula, según había leído, en un milímetro cuadrado, lo ocupan mil millones de partículas.

-¿Y cuando se murió el abuelo papá?

-El abuelo se murió hace ya cinco años.

-¿Y donde está enterrado?

-Al abuelo un día, ya hace más de siete años, le dio una especie de amago al corazón, teniendo que ser ingresado pero gracias a Dios no fue nada peligroso y se recuperó. Pero estando en el hospital, quedándome una noche solo con él, hablando de la vida y la muerte me decía que el día que muriese fuese incinerado, y que sus cenizas fuesen depositadas en el parque del pueblo en una zona donde hubiese más rosales y que en uno de ellos las depositara para que sirvieran de fertilizante, pero con una condición, que no se enterara nadie donde fueron sus cenizas a depositarse. Yo no le daba importancia a lo que me estaba pidiendo, solamente le decía que no pensara en morirse, que él se encontraba suficientemente fuerte para vivir muchos años, pero no fue así y a los dos años murió.

-¿Y fue incinerado papá?

– Si hijo mío, tal como él me pidió, teniendo que decirle a mi hermana y mi madre los deseos de nuestro padre de ser incinerado, pero no en el sitio donde tenía que depositar las cenizas.

– Cuando se terminó el sepelio, las cenizas se depositaron en un recipiente muy bonito, haciéndome cargo de las mismas. Había pasado un mes y la abuela tenía que ir todos los días a visitar aquel recipiente, que lo tenía yo guardado en mí casa, hasta que decidí seguir el trámite que el abuelo me indico que hiciese con las cenizas, o sea, depositarlas en el parque en la parte que se encontraban los rosales más bonitos.

Así lo hice, viendo el rosal más bonito, aquella noche con mi cofre y una pequeña escardilla, profundicé unos veinte centímetros hasta encontrar las raíces y deposité aquella cantidad de ceniza, cubriéndola de nuevo dejando el rosal como si nadie lo hubiese tocado.

Llegué a la casa con aquel cofre, pero vacío, procurando que no me viese nadie, lo dejé en el mismo sitio, como nadie me vio cuando lo saque de la casa y lo entré, todos creían que las cenizas seguían estando dentro.

Mi madre fue la primera que me pregunto,

Juan, ¿qué piensas hacer con las cenizas de papá?

Madre, esta noche cuando cenemos tendremos una reunión los tres y os diré lo que pienso hacer.

Efectivamente, aquella noche cuando terminamos de cenar les conté todo el proceso que habían llevado las cenizas del abuelo, siento siempre cumpliendo los deseos que me dijo y como tenía que hacerlo, y el lugar exacto donde se encontraba el rosal con las cenizas.

La abuela fue la primera que se sorprendió, ya que creyendo que las cenizas se encontraban en el bote, todos los días le rezaba y le daba un beso al mismo, eso sí, sin destaparlo.

-¿Y qué pasó papá cuando la abuela, mamá y tú sabían donde estaba el abuelo?

-Igual que le prometí yo al abuelo que sería un secreto su confesión, ellas me juraron a mí.

-Papá, ¿Y la abuela por que no se incineró como el abuelo?

-Te voy a contar por que la abuela está en el cementerio en un nicho y no se incineró.

-Cuando la abuela ya se enteró y se tranquilizó, un día nos juntó a los tres y nos dijo lo que teníamos que hacer el día que muriese.

-¿Qué papá?

-La abuela nos dijo que no se incinerara, que la metieran en un nicho, pero que a los cinco años, que ya se podía sacar, se incineraran sus restos y esa ceniza fuese depositada en el mismo rosal donde se encontraba el abuelo, para que de esa manera, lo mismo que de ellos dos nacimos tu tía y yo, siguieran naciendo rosas en aquel rosal.

-Papá, ¿La abuela conoció el rosal del abuelo?

-Sí, al día siguiente de decirle yo todo lo que había hecho, la llevamos al parque y no pudimos evitar que entrara en aquel Arriate, que aunque todavía no tenía rosas, tomó varias hojas y cuando llegamos a la casa las puso con todas sus estampas y novenas que tenía y que les rezaba todos los días.

No se me olvidaran nunca unas palabras que dijo tu abuela cuando nos sentamos en este mismo banco.

-¿Qué dijo?

-¡Que sitio más bonito con la Peña al fondo para vivir una eternidad!

-Papá ¿Falta mucho para los cinco años de la abuela?

-Dos años hijo. Pero te quiero decir una cosa, que si yo faltara antes de incinerar a la abuela, a ti te hago responsable de hacer todo lo que ya sabes que hay que hacer, ¿me lo prometes?

-Si papá, pero yo te digo a ti como tú le dijiste al abuelo en el hospital, no pienses en eso que a ti te quedan muchos años de vida.

Y dándole las gracias con un beso en la frente, llamó a su hermana que estaba jugando con otras niñas y se fueron a la casa. Pasaron los cinco años de la muerte de la abuela y se cumplieron los deseos que ella dijo.

Aquí termina esta historia, que aunque es una fantasía mía, creo que a cualquier persona le gustaría ser el protagonista de la misma, INCLUSO YO, ASÍ LA DESEARÍA.



El Rincón de Paco Teva… EL ESPÍRITU DE LA NAVIDAD

Pero mira como beben los peces en el río…, campana sobre campana… a Belén pastores, a Belén chiquillos…es el sonsonete alegre y pegadizo que nos envuelve estos días de NAVIDAD. Los resplandores multicolores de las luces más o menos lujosas y sofisticadas, según el presupuesto asignado por los distintos ayuntamientos y que te envuelve como una nube de cromatismo incomparable.

El pulular de la gente de un lado para otro cargada de bolsas de distintas formas, colores y marcas. Las cuñas publicitarias en la televisión con los juguetes, las colonias, los alimentos…más originales, exóticos y maravillosos del universo. Los e-mails y los mensajes en el móvil deseándote FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO.

Las administraciones de loterías con las colas de gente esperando comprar ese número mágico, que nos haga millonarios, cosa tan aleatoria como la propia suerte. Claro que si no nos toca siempre pensamos que lo mejor es tener salud. Los dulces navideños que, para un goloso como yo, son la maravilla de las maravillas. Esto y un sinfín de cosas más, que excitan nuestros sentidos, nos hacen percibir por múltiples sensaciones que, nuevamente, llega esa fiesta entrañable y con distintos matices, según nuestras creencias, como es la NAVIDAD.

A veces, sin embargo, tiene un sabor agridulce y es que no todos pueden disfrutar de esos días, que decimos de paz y felicidad, con la familia y con la abundancia de recursos que se consideran normales. Hay muchas personas, desarraigadas de su país y de su familia, pidiendo a gritos trabajo y cobijo para subsistir, Jesús, cuyo nacimiento celebramos los creyentes, también fue extranjero y desarraigado en su nacimiento y nadie quiso darle cobijo, naciendo pobre y aislado de la gente , sin lujos ni solemnidades. Algo que, me temo, las personas de a pie no podemos solucionar, aunque nos produzca bochorno y mala conciencia.

Si, acaso, contribuir con nuestras pobres limosnas, nuestras oraciones y nuestra defensa a ultranza de los marginados y oprimidos, a paliar la situación paupérrima de las mismas. Sabor agridulce, también, por tanta gente como sufre enfermedades, aislamiento, discriminación, enemistad con amigos y familiares…, pero con sus luces, no sólo de neón, y sus sombras, la NAVIDAD es una fiesta tan sumamente significativa y sugeridora que todos nos volcamos por ser más felices en estos días y dejar las pequeñas, o grandes, rencillas aparcadas y pedir únicamente salud, felicidad y paz.

Hasta Jesús, tan denostado muchas veces, se hace carne todos los años, quiere estar con nosotros, todos los años se produce el milagro: el espíritu de la NAVIDAD para que podamos disfrutar de todas esas sensaciones maravillosas y para que nuestro sentimiento, nuestra vocación de creyentes se impregne de su venida y pueda contagiarlo a los demás.

Os deseo a todos Feliz Navidad y que el Año Nuevo os colme, al menos, de salud, felicidad y trabajo.

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



El Rincón de Paco Teva… Juzgar o no juzgar

He conocido por los medios de comunicación, pues todos o casi todos lo han publicado, el caso del Juzgado de Instrucción nº 4 de Huelva. Caso, seguramente, singular por las especiales características que se enuncian en él: “Su Señoría archiva un caso en el que se había denunciado que el “Rey Baltasar”, en la cabalgata de Reyes del 2010, en sus lanzamientos de caramelos para la multitud, había lanzado uno con tanta fuerza que había impactado en el ojo de una espectadora lesionándoselo”.

Me gustaría hacer algunas consideraciones sobre este inédito caso en la Justicia Española.

En primer lugar, celebrar la actuación del Juez Pérez Minaya por el auto, que archiva la denuncia y sobre todo por los Fundamentos de Derecho en los que con profesionalidad y gran sentido del humor, algo tan escaso hoy día, expone las razones del archivo de una forma tan peculiar e hilarante, a veces, que no tiene un o más remedio que reírse:

–Este Juez debía abstenerse del caso al haber una relación de amistad y gratitud, pues toda la vida lleva recibiendo regalos de este “Rey” cada 6 de enero.

–Este caso debía corresponder al “Tribunal Penal Internacional” pues a lo largo de 2000 años y aunque se sabe que procede de Oriente, aún no se ha podido averiguar la nacionalidad de este Rey Mago. Indica, con gran ironía, que sería un caso, más bien, del Derecho Internacional Público.

–También afirma que en estos eventos de masas, y aunque se tomen todas las medidas de seguridad, pueden ocurrir accidentes que se escapan a toda previsión, pues son casos fortuitos con los que los asistentes tienen que contar.

Yo me planteo, seriamente, si no estaremos perdiendo la pinza y confundiéndolo todo. Se debería invocar JUSTICIA cuando hay una lesión de derechos palpable y flagrante, pero no por casos baladíes que lo único que hacen es entorpecer la, ya pesada y lenta, máquina de la justicia. Como mucho plantear una demanda civil para pedir daños a quien corresponda.

Creo que los ciudadanos de este país debemos aspirar a una justicia rápida y, como dice el art. 117 de la Constitución, administrada por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley. Todo lo demás es marear la perdiz y, a veces, buscar en la JUSTICIA intereses económicos, cuando no espúreos, para satisfacer nuestro EGO y alcanzar unos derechos que nos son impropios.

Termino esta reflexión y como dice el título JUZGAR O NO JUZGAR…..,creo que ante tal denuncia, tal auto de archivo.

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



El Rincón de Paco Teva…EL VERDADERO AMOR

Raro es el día que no me quejo de las pocas, poquísimas, noticias gratificantes que vemos, escuchamos o leemos en los medios de comunicación. Es acongojante levantarnos y acostarnos, casi, con la misma jerga comunicativa que nos oprime el corazón y nos llena de zozobra, al pensar en el “puñetero” mundo en el que vivimos.

Cuando no es el sonsonete machacón de la “prima de riesgo”, que ha subido como la espuma ( no sé quién será Riesgo, pero debe ser un señor muy importante, cuando hablan tanto de su prima), es para decirnos que nuestro querido e idolatrado país está a punto de ser rescatado; da la impresión de que los países también zozobran como los barcos y hay que rescatarlos, eso sí, con euros en vez de con barcos de salvamento. También nos machacan con la hambruna del cuerno de África, pensando que nosotros los de a pié podemos hacer mucho. Que piensen en los mercaderes multinacionales que esquilman a los pobres en favor de sus insaciables bolsillos. Sin olvidar las palizas de los políticos con sus manidas y repetidas frases, que nadie entiende, pues creo que lo hacen a posta para que nadie se entere de algo que, casi nunca, es cierto. Por ejemplo: “Hay que aprovechar las sinergias de todos los grupos sociales, como acicate para avanzar en la lucha contra el desempleo y buscar los brotes verdes en el menor plazo. Y digo yo, que eso qué quiere decir en cristiano o en “román paladino”, como dirían los clásicos. Es que no sería más fácil decir que “todos tenemos que poner nuestro granito de arena y sumar, en vez de restar, como hacen ellos , sobre todo por lo que falta.

Pues bien, visto lo anterior, hoy he oído una noticia, que me ha sobresaltado y, dentro de la tragedia que supone, ha ensanchado mi corazón por la carga emotiva y de amor paternal que supone. La noticia es la siguiente: “En una carretera secundaria de la provincia de Córdoba, exactamente una, que va de Cabra a Castro del Río. Una carretera estrecha, con muchas curvas y sin quitamiedos en muchos trozos, un coche se ha salido de la carretera y ha caído en una fosa profunda. Los bomberos, que han intervenido para sacar a las víctimas, se han encontrado el cadáver de un hombre joven abrazado a su hijo de tres años, que ha salvado la vida. Ingresado en un centro hospitalario, está fuera de peligro.”

Me he quedado, cuando menos, conmovido y sin saber qué decir, con las lágrimas saltadas y un nudo en la garganta. Metiéndose en la piel de ese padre, se comprende cómo el hombre no pensó en él, sino en su hijito y su gesto de amor y de cariño le salvó, casi seguro, la vida. Qué prueba y qué muestra de amor tan sublime la de ese padre y qué ejemplo de amor paternal. Creo que este suceso, escuchado hoy, me gratifica y me compensa de tantas noticias malas y baladíes en la mayoría de los casos.

He traído a colación este tema, porque me ha tocado todas mis fibras sensibles y creo que es un tema para reflexionar: el amor de los padres para con sus hijos. Decía un sociólogo y gran filósofo que el amor de los padres es siempre mayor que el amor de los hijos. No sé si será verdad, pero esto demuestra con creces que puede ser así.

Es de esperar que a este hombre le pongan alguna medalla, aquí en esta vida, y yo la reivindico desde aquí, pero la que sí se ha ganado es la medalla del respeto y consideración de todos. La medalla de las lágrimas ajenas y de la alegría de corazón de sus semejantes.

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



El Rincón de Paco Teva…EL VERANILLO DE TODOS LOS SANTOS

Los últimos días del mes de septiembre han sido siempre un añadido del verano y hemos disfrutado de un veranillo, el “Veranillo de San Miguel”, mucho más suave que en los rigores del estío propiamente dicho. Esto ha permitido a muchos, que no han podido veranear en los meses de julio o agosto, disfrutar de la playa o de la montaña con un clima excelente y sin los agobios de esos meses típicos y tópicos de veraneo. A mí, particularmente, me gustan más los meses de julio y agosto, será porque soy masoca, pero hay mucha gente que prefiere septiembre, por haber menos aglomeración de turistas en los sitios de veraneo y porque el clima es más benigno. También, y todo hay que decirlo, los precios son inferiores a los que se manejan en esos meses centrales del verano, la llamada “Temporada Alta”, aunque, para la calificación de los hoteles, septiembre, también, está incluido en ella, sin embargo en la práctica los precios bajan. Eso ocurre y ha ocurrido en la generalidad de los años, no obstante llevamos algunos, no sé si será ese tan traído y llevado “cambio climático”, que, como ocurre éste, estamos en las terrazas de los bares a fecha treinta y uno de octubre y muy a gusto y con una ropa liviana, porque si nos abrigamos un poquito, inmediatamente tenemos calor.

Verdaderamente si todo el año tuviéramos un clima así, sería un paraíso, es mi opinión. Pero, claro, las cosas no son tan sencillas, ni tan obvias, pues, como dice el refrán, nunca llueve a gusto de todos y si el buen tiempo conviene a los empresarios de hostelería, a vendedores ambulantes, camioneros, albañiles etc., y, como no, para todos nosotros que el buen tiempo nos permite pasear, hacer deporte etc. No es lo mismo para nuestros agricultores, que dependen del agua para que la cosecha de aceituna sea importante y gratifique los esfuerzos de todo el año. Es necesario, en los prolegómenos de la recolección, que llueva y la aceituna gane peso y aceite antes de que sea recogida y molturada, máxime cuando, ahora, los entendidos en las nuevas tecnologías agrícolas, consideran que el aceite de más calidad es el que se obtiene de la aceituna, aún, un poco verde. Para estos agricultores de vanguardia la recolección está a punto de comenzar. Por todo ello, y aunque sea un sacrificio para muchas personas, es necesario que cambie el tiempo y llueva, llueva con abundancia y sin producir daños que malogren una cosecha esperada a lo largo de un dilatadísimo año de mimos y cuidados casi paternales.

Quiero acabar este artículo aconsejando paciencia para todos los que desean el buen tiempo y no lo tienen y los que desean que cambie y no cambia , pues en esto si que nuestro margen de actuación es limitado, será lo que Dios quiera y tendremos que seguir acatando sus designios.

Os presento, como hermoso epílogo, un sencillo poema que refleja mi visión de mi pueblo y de mi barrio en este tiempo de otoño, que, a pesar de su aparente tristeza, para mí es evocador y de una sutil belleza.

DESDE MI VENTANA

Desde mi ventana veo el cielo azul,
los pájaros que cantan la hermosa
melodía de la paz, la vida y la quietud.

Las hojas, con su oscuro verdor,
contrastan con la plata de los troncos:
espejos que quieren expandir el Sol
en un abanico de hermoso resplandor.

Siento que mi corazón se quiere derramar
para inundar con sus pétalos de amor
la limpia hermosura de una mañana otoñal,
que me aleja, en una sublime ilusión,
de la realidad pérfida y vulgar
de un día cualquiera, con su trágico pasar.

Los tibios y brillantes rayos de Sol
reverberan en los rojos ladrillos,
que exhalan como un vaho misterioso,
y espejean en la recatada albura
de una multitud de fachadas, escalonadas sin fin,
como rocas caprichosas, que van buscando la luna.

Desde mi ventana quiero recibir intacta
la nueva canción del calor, la luz y la alegría;
no quiero los falsos acordes del fragor
de la guerra, el hambre, la muerte y el horror.

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho

Imagen de la Aceituna cortesía de landahlauts



Un marteño desde Murcia…LOS BANCOS DEL PASADO

Hoy quiero hacerle funcionar a mí memoria rebobinándola a los años cuarenta y algo de los sesenta, sobre todo hasta que empezaron los ordenadores, referente al trabajo que hacían los empleados de los bancos.

Yo recuerdo, a partir del año 1927 que yo nací, los bancos que había en Martos, y todos, menos el Central, que sigue estando en el mismo sitio que ocupa hoy, en la Fuente Nueva, hoy reformado, los otros dos, el Hispano Americano en la calle San José y el Español de Crédito en la calle real, donde hoy se encuentra la sede del partido socialista. En aquellas fechas el noventa por ciento de los negocios de Martos estaban ubicados empezando por la Fuente Nueva, calle Campiña, Llanete, Real de San Fernando, plaza del Ayuntamiento y calle De la Fuente, pues no existía polígono ni nada, solamente la vega agrícola y algunas industrias de cerámicas y cemento.

Pero a lo que quiero referirme en este articulo, al sistema de trabajo que se realizaba en aquellos tiempos en los bancos. Estaba el director, el interventor, el empleado y el cajero, para estos empleados había uno que era el ordenanza, que su trabajo consistía en transportar documentos de una mesa a otra, era el único que tenía su uniforme con sus botones dorados con el anagrama del banco al que pertenecía, por este motivo le decían “el botones del banco”.

Pero había otro empleado que también llevaba uniforme era, el cobrador de las letras a domicilio. Este empleado también llevaba uniforme del banco al que pertenecía, aunque quiero recordar que llevaba su gorra. Recuerdo el del Banco Hispano, era azul marino, chaqueta cruzada con sus botones dorados y su anagrama del B.H.A.. Quiero hablar de esta persona, que de todos era muy conocida, pero será como dice la televisión después de los anuncios, o sea cuando describa a los del Banco Central y Español de Crédito.

El cobrador del Central era Caballero, hombre muy agradable y muy conocido, su uniforme era gris con sus botones dorados. El del Español, Valdivias y quiero recordar que el uniforme también era azul, más claro o más oscuro.

¿Quién no conocía en Martos a MANUEL TEVA MELERO? Padre de nuestro buen amigo y marteño, FRANCISCO TEVA JIMÉNEZ ¡¡Cómo andaba, era más correr!! Era el cobrador del Hispano Americano. Todos estos señores que nombro, eran conocidos por su nombre y el del banco que trabajaban, por lo tanto preguntar en Martos por MANUEL TEVA tenías que decir EL DEL BANCO HISPANO.

Yo tenía buena amistad con él, ya que nos ha acompañado a nuestras cacerías a Sierra Morena muchas veces, con Luis Jimeno y Antonio López, incluso tengo que buscar alguna foto que creo tengo con él.

En este trabajo surgían muchas anécdotas ya que la responsabilidad de tener que pagar una letra era cosa muy seria y más si decía el cliente que la devolvieran como le pasó una vez lo siguiente. Como ya he dicho, no había ordenadores solamente el comerciante tenia un pincho de alambre en el que colgaba la factura pendiente de pago, y otro pincho la factura pagada con su letra correspondiente. Llega nuestro amigo Manuel Teva, con su carpeta de cuero rectangular, le da al cliente la letra y se la devuelve diciéndole que la devuelva diciendo, LA FACTURA CORRESPONDIENTE NO ESTÁ EN EL PINCHO.

Este empleado de Banco, tenía su trabajo en el cobro de letras a domicilio, también tenía una misión muy importante por conocer el movimiento económico de los negocios, debido a su visita a ellos, cosa que le servía al director, como asesor y persona que lo ponía al corriente en la solvencia de cualquier nuevo cliente que necesitaba crédito de ese banco

Que sirva este recuerdo, para esa persona que era un buen amigo mío, MANUEL TEVA MELERO.

Juan Rízquez Molina



Un Marteño en Murcia: EL ANCIANO DEL PUEBLO

Lo que relato en este cuento, me ha pasado a mí, que salí de mi Martos dejando buenos amigos y buenos amigos he encontrado en este pueblo donde vivo, Torre Pacheco (Murcia)

Había una vez un anciano que pasaba los días sentado junto aun pozo a la entrada del pueblo.

Un día, un joven se le acercó y le preguntó:

– Yo nunca he venido por estos lugares ¿Cómo son los habitantes de esta ciudad?

El anciano le respondió con otra pregunta:

– ¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de la que vienes?

Egoístas, malvados, por eso me he sentido contento de salir de allí

Así son los habitantes de esta ciudad, le respondió el anciano

Un poco después, otro joven se acercó al anciano y le hizo la misma pregunta:

Acabo de llegar aquí ¿Cómo son los habitantes de esta ciudad?

El anciano, de nuevo, contestó con la misma pregunta:

– ¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de donde vienes?

– Eran buenos, generosos, hospitalarios, honestos, trabajadores, tenía tantos amigos que me ha costado mucho separarme de ellos.

– También los habitantes de esta ciudad son así, respondió el anciano.

Un hombre que había llevado a sus animales a tomar agua del pozo y que había escuchado la conversación en cuanto el joven se alejó, le dijo al anciano:

– ¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente diferentes a la misma pregunta hecha por dos hombres?

Mira, le respondió, cada uno lleva el mismo universo en su corazón, quien no ha encontrado nada bueno en su pasado tampoco lo encontrará aquí. En cambio aquel que tenía amigos en su ciudad encontrará también aquí amigos leales y fieles. Porque las personas son lo que encuentran en si mismas. Encuentran siempre lo que esperan encontrar.

TODO LO BUENO Y LO VELLO DE LA VIDA QUE NECESITAS LO LLEVAS POR DENTRO DE TI, SIMPLEMENTE DÉJALO SALIR.

Juan Rízquez Molina



El Rincón de Paco Teva…MOSTACHONES DE UTRERA

Estoy disfrutando los primeros días de septiembre en Sevilla, en casa de mi hijo y esposa y con la compañía de mi nieto Jaime. Aunque un poco calurosos, estos días tienen el encanto de disfrutar del verano sin el agobio del calor de julio y agosto. Es cierto que, por la noche, refresca bastante y es una delicia salir y disfrutar del ambiente de Sevilla.

Durante el día, mi mujer y yo, andorreamos mucho con mi Jaime, que tiene diez meses y va, todavía, en su silla. El va observando por donde quiera que vamos y, a pesar de su corta edad, se divierte mucho.

Camino de la guardería de mi nieto (hacemos camino de ida y vuelta), yo, también, observo y voy a narrar algo que me ha ocurrido y que se ha ido repitiendo todos los días. Es algo curioso y que me ha hecho buscar en INTERNET para tener una información amplia y fidedigna.

En nuestro itinerario diario, pasamos por la Ronda, que circunvala Sevilla y tiene varios nombres según el sector. Bueno, pues en nuestro recorrido nos encontramos con el Centro de Salud María Auxiliadora. Frente a la entrada del centro hay un semáforo, motivo por el cual es punto de parada para mucha gente. Esto, unido a quienes de hecho acuden al centro, hace que sea lugar de cita para vendedores ambulantes, que en Sevilla son abundantísimos, bien por el espíritu comercial de los sevillanos o porque la crisis, con sus agudas consecuencias, hace que proliferen como los hongos.

La cuestión es que allí se dan cita los que venden calcetines, bragas y sostenes, piezas de repuesto para las máquinas de coser, vendedores de la ONCE y de la Lotería Nacional y algo que me llamó mucho la atención, que no había visto nunca, pero me sorprendió sobre todo por la forma de ofrecer la mercancía. Transcribo, como puedo, las frases hechas y que se repetían una y otra vez: “mostachositos de Utrera, para el desayuno y la merienda, para regalar a la familia, para reponerse de los analises, que aquí te chupan la sangre como vampiros.”

Después de oír esto varios días, me paré para ver qué era aquello. Me dijo el vendedor, con toda naturalidad: “son mostachones de Utrera, riquísimos, frescos, recién hechos, dulces típicos de Utrera.

Compré un paquete para probarlos y, ya, en la casa, consulté en Internet ( qué alegría poder disponer de este medio tan apasionante) y me enteré, con fotos y todo, que el Mostachón de Utrera, que esa es su denominación, es un dulce tradicional y representativo de la gastronomía de esta localidad sevillana. Es un tipo de bizcocho, aplanado, parecido a las famosas tortas de Alcázar, pero más pequeño. Consiste en una masa pastosa, que se cocina sobre un papel de estraza, en un horno de leña. Así vienen en las cajas, que venden, con su papel y hay que despegarlos con el peligro de que, a veces, se rompan. Sus ingredientes son: huevos, azúcar, harina y una pizca de canela. Luego de hablar con algunos sevillanos de pura cepa, me enteré que son muy famosos y hay una industria local bastante importante.

Hay otros eventos, que han ido tomando cuerpo con motivo de esta fama culinaria del “mostachón”:
Uno de ellos, y a pesar de que en Utrera existe el festival flamenco “El potaje Flamenco”, que se celebra en el colegio de los salesianos, es el Festival de Flamenco “Mostachón de Utrera”. Tengamos en cuenta que Utrera es cuna del arte flamenco y de importantes cantaores y cantaoras y donde hasta el aire que se respira sabe a mostachones y a cante jondo. En Cataluña, seguramente por el número de utreranos, que hay allí, también, se celebran desde hace algunos años este festival del Mostachón de Utrera y con bastante éxito de participantes y de audiencia.
Otro importante acontecimiento, que lleva algunos años celebrándose, es la “Milla del Mostachón de Utrera”, donde se dan cita famosos atletas y que, cada año, adquiere mayor atractivo. Hay un circuito de 800 metros de ida y 800 de vuelta, en sombra, pues su celebración es en septiembre, cuando todavía hace calor.

Bien, he querido poner a vuestra disposición estas curiosidades, pues, aunque estamos en el mundo de las comunicaciones, habrá muchas personas, como yo, que no sabrán lo que son los “ Mostachones de Utrera” y todo lo que ha ido surgiendo a su alrededor. De todas formas, y aunque pueda no ser de vuestro interés, un saludo desde Sevilla y muchas gracias por leerlo.

Enlace: RECETA de los «Mostachones de Utrera»

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



Un Marteño desde Murcia…LOS BESOS PRESOS

LOS BESOS PRESOS
Relato corto de Juan Rizquez Molina

En la puerta de aquel chalet, o casa de campo, se paraba un todoterreno. Del mismo se bajaba un hombre de unos cuarenta años, con una ropa de trabajo muy adecuada a su profesión, era Ingeniero, llevaba la dirección de un puente en una autovía con una responsabilidad muy importante.

Al entrar a la casa es recibido por una mujer de unos treinta y cinco años, muy guapa, de la mano llevaba, una niña de seis años y un niño de cuatro. Al ver ambos a su papá se soltaron de la mano de su mamá y se colgaron del cuello de su papá dándole un beso con un abrazo muy fuerte. Eran la alegría de aquella casa y la realización plena de aquel matrimonio que se querían con un amor inmenso.

El contratista que realizaba la obra era una persona de su confianza, muchos documentos que daban la conformidad de los materiales gastados, las resistencias exigidas de los mismos, muchas veces les daba la conformidad sin haberlos leído, era una persona de su total confianza.

Eran las siete de la mañana, faltaba una hora para que todo aquel movimiento de maquinaria empezara a funcional, solamente había en la obra, bajo aquellos pilares tan enormes de cemento y hierro algunos de los vigilantes que terminaban su turno de la noche. Todo fue un segundo un estruendo enorme seguido de un derrumbamiento total de aquellos pilares fue todo. Toda la parte más avanzada de la autovía se había venido abajo.

Todo el personal que esperaba la hora de enganche en la obra dirigiéndose al accidente empezó a buscar los cuerpos de aquellos cuatro vigilantes de la obra que se encontraban en esos momentos en aquel lugar. Todo fue inútil dos de ellos salieron con vida aunque muy graves, los otros dos solo encontraron sus cadáveres entre los escombros.

Aquel ingeniero, un hombre con una gran reputación profesional, era el responsable de todo aquello, pero no el culpable, el culpable fue su amigo el contratista que abusando de las buenas relaciones con él se aprovecho para utilizar un producto químico acelerante para el fraguado del cemento, cosa que este ingeniero no lo hubiese permitido, pero que el contratista lo utilizó sin su consentimiento, ya que este producto conseguía acelerar el fraguado del cemento y adelantaba la fecha de entrega de la obra para tener más beneficios.

Realizados todos los análisis oportunos, se llegó a la conclusión que se había gastado un producto acelerante para el cemento, pero que este a la vez era corrosivo y llegaba a inutilizar la fuerza del hierro.

El contratista no apareció, cuando vio lo que había pasado se perdió cayendo toda la responsabilidad sobre el ingeniero.

Aquella noche, serían las once llamaron a la puerta, eran dos agentes de la guardia civil con una orden de detención.

Cuando este hombre se puso a su disposición, les pidió permiso para entrar y besar a sus hijos, los cuales estaban durmiendo. Ella abrazada a su cuello llorando lo acompañó hasta el dormitorio, pero el no pudo acercarse a sus hijos, temía que despertaran y ¿qué les decía? A cierta distancia y llorando abrazado a su esposa se despidió de ellos.

Hubo un juicio, por haberse dado a la fuga el contratista que era el culpable, tenía que estar dos años en la cárcel, y con él, DOS BESOS PRESOS que no habían podido salir la noche que se despidió de sus dos hijos

Lo que aquella mujer sufrió por no poderles decir a sus hijos donde se encontraba su padre, les decía que se encontraba en el extranjero dirigiendo unas obras. Ella lo visitaba, incluso algún bis a bis, pero aquellos dos besos que no les pudo dar a sus hijos, estaban encerrados en el pecho de aquel padre y no podían salir.

Por fin llegó el día de su liberación, sus hijos estaban en el colegio, él después de ducharse se puso la misma ropa que tenía cuando venía del trabajo.

Cuando la madre fue a recogerlos al colegio, les dijo que papá había terminado el trabajo que estaba haciendo y ya se encontraba en la casa.

Aquello fue tremendo, los dos corrían que se dejaban atrás a su mamá, entrando a la casa con una precipitación encontrándose a su padre con la fuerza que iban casi caen los tres al suelo.

Fue tremendo, aquellos dos hijos colgados al cuello de su papá, su mamá sobre sus espaldas besándose los cuatro, fueron los BESOS más maravillosos que se habían dado seres humanos, era la liberación de aquel buen hombre y la liberación de los DOS BESOS PRESOS.

Un marteño desde Murcia, se lo dedico a mi amigo Francisco Teba Jiménez con un abrazo.

Todo es producto de mi imaginación, cualquier parecido con la realidad es pura casualidad.



El Rincón de Paco Teva…¿TODOS SOMOS IGUALES?

Camino de mi casa, en Fuengirola, pasaba por la calle del Capitán a la altura de un edificio formado por casitas con una bonita zona verde a la entrada: “ Los Naranjos”. Es un edificio que siempre me ha gustado por su estructura y la disposición de sus viviendas. Forman un conjunto muy singular: hay una puerta grande, de hierro, que da entrada a una zona verde, con césped, bancos, farolas, naranjos…Alrededor de esta zona, que es rectangular, están dispuestas las casas de una sola planta, nueve, si no recuerdo mal, con salida a esta superficie de césped y cuyas entradas quedan separadas y resguardadas del ruido y de los peligros de la calle. Me parece un sitio estupendo para quien tiene niños pequeños, pues disfrutan una zona de juego sin peligro, en una calle céntrica, a tiro de piedra de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, en la recoleta Plaza de la Constitución, que con su fuente y su gigantesco ficus, tiene una belleza muy armónica.

El caso es que al pasar, en el escalón de la entrada, había cuatro niños cuyas edades oscilarían entre los seis y los nueve años. Estaban sentados y delante tenían una caja de cartón invertida, que les servía de mesa o puestecito improvisado. Su mercancía era simple y sencilla, artesanía pura: pulseras de distintos tipos, llaveritos, diademas, ….de macarrón de plástico de variadas formas y colores. Su trenzado era, también, diferente. Todo un muestrario pequeño, pero verdadero, de artesanía infantil.

Al verlos, me paré, de muchos es conocida mi curiosidad, y estuve observando, en primer lugar, el “pelaje” de los cuatro niños, que se sentaban ante la caja, como si se tratara de una de las mesas petitorias de la Cruz Roja. Su aspecto era estupendo: bien vestidos, limpios, aseados. Niños que, seguramente, vivían allí y su apariencia no podía ser mejor. Estaba descartada, por tanto, la posibilidad de niños indigentes, que hacían aquello por necesidad, para sacar algunos euros.

Después de observar, pasé a la acción y les pregunté qué vendían. Me contestaron que pulseras, llaveros, diademas, adornos para el pelo etc. Añadieron que todo era hecho por ellos y que, además de ser muy bonito, era muy barato. Su lenguaje vivo y su desparpajo eran evidentes: no se cortaban un pelo. Yo, para ver qué decían, les pinché un poco y les comenté que mis nietas me hacían unas pulseras más bonitas. ( Ellas, también, en una ocasión, querían vender sus trabajos, pero su madre no las dejó. Me parece mal cortar, por respeto humano, una iniciativa como esta, que evidencia otras actitudes.) Inmediatamente saltaron, como si fueran resortes parlantes, que éstas eran más bonitas y que, si yo quería, trajera una y lo comprobaríamos.

Me gustó la forma de defender lo suyo y me gustaron su simpatía y su carácter extrovertido, así como su llaneza, exenta de desvergüenza, para tratarme, como si hubiera sido otro niño de su edad. Yo, con desinterés fingido, les pregunté el precio y me dijeron que sólo “un eurillo”, que estaba tirado. Tuve el correspondiente “tira y afloja” y compré una pulsera por un euro. Se deshicieron en agradecimientos y me rogaron que se la enseñara a mis nietas para que vieran lo bonita que era. Se portaron como vendedores natos: alegres, simpáticos, ocurrentes, educados y todos los adjetivos, que queramos ponerles. Qué buen rato pasé, todo por un euro, hablando con aquellos niños, sintiéndome un poco niño.

Este inesperado y simpático suceso me hizo reflexionar sobre la cuestión, tan traída y llevada, de que TODOS SOMOS IGUALES, solamente varían las circunstancias, en unos casos incentivantes de determinadas actitudes y en otros anuladoras de sus cualidades. Nada más alejado de la realidad, creo entender. Hay personas, como estos niños, que tienen un gran sentido de la superación y para ellos, como si fuera un juego, inician acciones que son, obviamente, indicadoras de su espíritu emprendedor, de su forma positiva de buscar unas situaciones de éxito y triunfo. Este tipo de personas llevan el gusanillo del triunfo a flor de piel; hacen verdaderos malabarismos conductuales, pero es difícil que se sientan fracasados, y se escondan en un rincón, sin saber qué hacer o qué camino tomar. Y esto desde pequeños, sin que nadie se lo haya enseñado. No hay dentro de las taxonomías educativas ningún ítem que coincida con este tipo de aprendizajes. Es, creo, algo innato, algo que se lleva dentro. En cambio hay personas tan pusilánimes, tan pobres de espíritu, que no encuentran el modo de sobrevivir en condiciones adversas. Siempre serán fámulos al servicio de otros, emularán a los que tienen imaginación, como estos niños, a los que tienen salidas para casi todo y gracias a ellos el mundo va girando. Esto lo podemos extrapolar a todos los campos: económico, intelectual, político, social … A veces se desmadran y se salen del camino, también hay que decirlo, pero ahí está la gran labor de los educadores y la elección de los valores, que les sirvan de referente para el mejor servicio a nuestra sociedad.

Como conclusión, creo deducir, el mundo lo mueven quienes con imaginación, trabajo, voluntad, constancia, valor … saben salir de las situaciones difíciles, complicadas, conflictivas. No descarto que los españoles, que somos así, salgamos con éxito de esta.

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



Un Marteño desde Murcia…LA MILLA VERDE

Redacción | Hacía más de dos años que Juan Rízquez Molina, «un marteño desde Murcia», no asomaba su pluma por este medio. Se bienvenido de nuevo Juan y muchas gracias por tus relatos y reflexiones. Espero que sigas colaborando con Martos al Día.

Juan Rízquez retoma sus colaboraciones con una reflexión que sin duda no dejará indiferente a nadie y que probablemente generará cierta polémica.

Recordar que Martos al día no tiene por qué compartir las opiniones manifestadas tanto por sus columnistas como por los comentaristas de las noticias y relatos publicados.

El titulo de este relato, está basado en la película del mismo titulo. Se refiere a la pena de muerte en algún estado de Norteamérica, teniendo que aguantar aquella persona que por el delito cometido, tiene que esperar un tiempo en una celda esperando que le llegue el día de su ejecución.

Según cuentan, testigos presenciales, y personas que por algún motivo no han sido ejecutados, ese tiempo que transcurre entre el juicio y la ejecución, es tremendo.

Los seres humanos no nos damos cuenta que en el trascurso de nuestra vida, empezando, primero por espermatozoide, que siendo tú que me lees y yo que lo escrito, dos espermatozoides, que entre millones, fuimos elegidos para vivir. Y a partir de ese momento que nos introducimos en el óvulo de nuestra madre, empieza nuestra sentencia de muerte. Primera sentencia, los nueve meses que pasamos en el vientre de nuestra madre, que ya, empieza esa milla verde pues no sabes si vas a salir con vida de aquella celda, o te van a ejecutar en la misma y sales muerto. Si tienes la suerte de salir vivo, lo primero que firmas es la pena de muerte, otra espera en la milla verde de la vida, ¿llegarás al final por un desgaste natural? ¿O serás ejecutado por una mano asesina antes que Dios te llame?.

Eso es lo que hoy nos está pasando en la vida, primeramente el aborto ejecutando ese feto sin ser juzgado y autorizando la justicia ese crimen y, segundo por la violencia de genero que con tanta facilidad se comete sin tener una explicación, pues nos decimos muchas veces, en esos casos insólitos, ¿Cómo es posible que esa pareja, que yo tanto conocía, haya ejecutado ese hombre a su esposa de esa forma tan brutal?.

Toda esta violencia de género, siempre ha existido, pero no con la frecuencia de ahora, yo creo que toda la culpa es de que hoy, antes de ejecutar a una persona, ya sabes lo que tienes que estar en la cárcel y las comodidades que vas ha encontrar en ella por lo que esa violencia que llevamos todo ser humano sale sin tener miedo a la justicia.

Antiguamente no pasaba esto, ya que sabías que empezando por la pena de muerte o cadena perpetua era lo que te esperaba, además de las incomodidades de una prisión.

Según leo y vemos por televisión, hoy es más cómoda una prisión que una residencia, en la prisión gozas de todos los adelantos, buenas comidas, atenciones médicas y muchas comodidades que no quiero enumerar. En cambio en una residencia después de tener que pagar un dinero todos los meses lo tienes todo limitado.

De todo este tema hay mucho que hablar, yo procuraré, dentro de mis conocimientos, escribir en esta página, todo lo que por experiencia de vida conozco.

Juan Rízquez Molina



El Rincón de Paco Teva…POEMAS PARA EL VERANO

Estimados lectores de Martos al Día:

Seguramente, durante el verano, no veáis ninguna colaboración mía en este medio. Por eso, antes empezar mis vacaciones, quiero que tengáis un soplo de aire limpio y fresco, como son los poemas que os presento. Nada mejor, ni más relajante que la poesía. Estoy casi seguro que a nadie molestarán, ni habrá comentarios como no sea para decirme que son muy malos y que no le gustan. Estoy abierto a todas las críticas y a las distintas opiniones.

Os deseo un feliz y fresco verano y hasta pronto.

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho

AIRES MARINEROS

Siento el sabor a sal,
siento el sabor a mar,
siento el deseo de nadar,
de envolverme en viejas aguas,
las aguas del viejo mar,
desafiando las olas
que van rompiendo la paz
con estelas que dibujan
figuritas de cristal.

El cielo, azul y brillante,
adornado con el Sol,
ilumina desde el cénit,
con alegría y fulgor,
las aguas, que conocí,
que me quieren conocer,
jugueteando sin rumbo
para sin rumbo volver.

El horizonte infinito
con vapores de metal,
se va acercando sin tregua,
con ondas de recio andar,
hasta que besan la arena,
que no quiere demostrar
el rubor de las caricias,
caricias de verde mar.

El cobrizo atardecer,
con el Sol en lontananza,
con barquitos de “papel”,
que va reflejando el agua,
va dibujando otro mar,
va dibujando otras aguas,
va acariciando otra arena,
con espejos de naran

LUNA DE CRISTAL

Jugando están las estrellas
en el cielo azul de mar,
la luna mira envidiosa
y también quiere jugar.
¡Ay mi luna!.
Mi luna llena,
luna de blanco cristal.
Las estrellas no conocen
tu cara de blanca faz,
que recibe, como un beso,
la  cálida luz solar,
y convierte en blanca plata
tan diáfana claridad.
Las estrellitas brillantes
buscan mi luna de sal:
quieren conocer de cerca
su espejito sideral.
¡Ay mi luna!
Mi luna llena,
luna de blanco cristal.
Con la luna están jugando,
ya no paran de jugar,
las estrellitas brillantes,
que se quieren reflejar
en el espejo de plata
de mi luna de cristal.
EL NUEVO ESTÍO

Cuánto embellecen las variadas flores,
que la hermosa primavera aglutina:
un arco iris de nubes de colores,
colorista algazara matutina.

Del nuevo estío, la cálida brisa,
que inicia su andadura con rigor,
desluce aquel candor de su sonrisa,
que adornaba la vida con primor.

Los pétalos, que luchan sin remedio,
sin querer que oscurezca su fulgor,
van sintiendo, con infinito tedio,
perderse su frescura y su color.

El verano, implacable, bochornoso,
que elude su belleza marchitar,
con el vital rocío generoso,
va buscando su muerte retardar.

El campo luce un manto amarillento,
no brilla su cromático frescor,
un espectro de tintes macilentos,
luces que reverberan con ardor.

LA PAZ

Admiro las estrellas,
el Sol
y el ancho cielo.

Disfruto de las flores
su hermosura
y su color.

Elogio de los pájaros
su bella
partitura.

Me embriaga la hierba
con todo
su frescor.

Esa es la voz
que habla
de la paz.

Detesto la violencia,
la gran lacra
social.

Sufro las injusticias,
la guerra
y el dolor.

Me indignan las pateras
de la muerte.

Me indignan los gobiernos
del terror.

Me indigna la dura
intolerancia.

Me duele el corazón
sin poderlo
remediar.

Esa es la voz
que habla
de la paz.

Foto de Carmen Herrera