Miguel Ángel nos remite el siguiente relato, con algunos toques de humor, que camina entre la foto denuncia y el articulo de opinión, sobre la situación del ya famoso socavón del barrio de » La Cornacha»:
El pasado mes de Mayo, los vecinos del histórico barrio de la Fuente de la Villa o de la Cornacha, nos vimos sorprendidos por un hecho que sin duda tardara mucho en ser olvidado.
La bóveda del Arroyo de la Fuente de la Villa, que ya había dado muestras de su desgaste por las cuantiosas lluvias, con el surgimiento del socavón en Lope de Vega, también mostraba síntomas de debilidad en nuestro barrio. Así, de la noche a la mañana, un nuevo socavón surgió en el centro neurálgico del barrio de San Amador.
Muchas cosas ocurrieron entonces, los vecinos como siempre, intentamos tomarnos el asunto a broma, fueron muchos los chistes que surgieron aquellos días, tales como «estas elecciones un metro para la cornacha» o «esta feria de San Amador, carrera de piraguas». Con estas bromas los vecinos intentábamos quitar hierro al asunto y normalizar nuestras vidas después de aquel susto.
Pero nuestras vidas estaban lejos de quedar tranquilas.
El socavón llego para muchos y muchas como agua de mayo (y nunca mejor dicho) y en esos días los vecinos comprobamos como nuestro tranquilo barrio acaparaba la atención de toda clase de medios de comunicación, informativos, periódicos, televisiones, se hacían eco de cualquier movimiento que surgiese junto al socavón inclusive, las mas nimias, que cobraron una relevancia extrema.
Algunos llegaron a calificar de sensacional el que las ratas (que con la calle abierta tenían libertad de movimiento) aparecieran en la calzada…
Fue también y sobretodo noticia, la actitud de muchos políticos marteños, que mostraron un repentino interés por el barrio al que hasta entonces tenían bastante descuidado y olvidado, y varios se apresuraron a aparecer por éste para fotografiarse y dejar constancia de su presencia (hecho que francamente en algunos casos llevaba mucho sin ocurrir).
Litros de tinta corrieron entonces.
Los partidos se apresuraron a presentar sus soluciones al problema de La Cornacha. Pocos presentaron propuestas y proyectos concretos, la mayoría se limitó a pedir una solución total e inmediata.
Y así ante este clima extraño para La Cornacha, llegaron las elecciones.
Pero en la mayoría de las mentes de los vecinos del barrio no estaban en el resultado de las urnas, estaba en el temor que ese enorme agujero abierto en el corazón del barrio provocaba a los vecinos. Tras las iniciales bromas, llegó la realidad y la realidad era que el verano se nos echaba encima, la realidad sabida por todos era que con la llegada del verano y por consiguiente de la sequía estival, el caudal natural del arroyo de la Fuente de la Villa se secaría y que además el problema se acrecentaría al estar el Pilar de la Fuente de la Villa cortado, produciendo un gran problema, ya que las aguas fecales que discurrían por la bóveda se estancarían, lo que con total seguridad generaría malos olores y traería consigo todo tipo de parásitos, tanto vertebrados como invertebrados…
Pues bien, llego el verano, tal y como los vecinos sabían, el caudal del arroyo fue bajando hasta quedar reducido a nada, las aguas fecales comenzaron a estancarse y por ende a surgir con fuerza del gran agujero un profundo tufo repelente. A esto se le a unió que el socavón empezó a poblarse de todo tipo de vegetación, que atrajo a todo tipo de fauna, ratones, ratas, pulgas se mudaron a La Cornacha, al fresquito del agujero y esta situación empeoró aun mas cuando el socavón empezó a llenarse de basura, que gente sin escrúpulos tiraba y sigue tirando.
Llegó el verano y casi ha pasado, y ocurrió lo que muchos vecinos sabíamos que iba a ocurrir.
Todas aquellas promesas de arreglo inmediato quedaron mas que olvidadas, el barrio volvió a quedar en un segundo o tercer plano.
Ahora las ratas, que siguen campando a sus anchas, ya no ocupan ningún lugar en informativos ni periódicos, ahora ya nadie aparece para fotografiarse ante el agujero, mucho menos aparecen nuestros actuales gobernantes, los mismos que prometieron una solución rotunda e inmediata. Ahora las antaño bromas que surgían sobre el tema, han cambiado, ya no son bromas. Mucha gente mas que harta, ya ha bautizado al socavón como el «agujero infernal», ahora la Fuente de la Villa, La Cornacha, ya no importa.
Y así seguimos, así seguimos 125 días después, así seguimos meses después…
Ahora ya en las mentes de los vecinos no existe la esperanza de que esto tenga una pronta solución, ahora en las cabezas de los cornacheros solo existe un pensamiento: Que llueva, que llueva pronto y que sea la Madre Naturaleza la que al menos limpie un poco el estercolero que tenemos abierto en nuestras propias narices desde hace ya muchos meses.
Yo como conclusión me quedo con la pregunta que hace unos días me hizo un cornachero mayor:
La señora alcaldesa todos los dias sale por la radio diciendo que esta atenta y atendiendo a todos los problemas de sus ciudadanos: ¿por que ignora entonces las cientos de voces de nuestro barrio que desde hace ya tanto pedimos una solución?
¿Tan poco importamos?
¿HASTA CUANDO ESTA SITUACIÓN?