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El Rincón de Paco Teva: «FEBRERILLO EL LOCO…»

De mi infancia y juventud, recuerdo tantas cosas que, a veces, es difícil organizar todos esos recuerdos. Sin embargo hay algunos tan sumamente localizados y patentes que, basta una circunstancia favorable para que afloren con fuerza en mi memoria. Me estoy refiriendo a refranes como “Febrerillo el loco, que sacó a su padre al sol y lo apedreó”. Y es que los refranes son muy ciertos, por lo menos así se enjuicia desde muchos ámbitos sencillos, pero con una filosofía muy acrisolada y muy pragmática.

A la hora de escribir este artículo, no sé el comportamiento que puede tener este año, que nos ocupa, pero de todas formas no me voy a sustraer a la tentación de expresar los sentimientos y las vivencias que siempre he sentido en relación al significado de ese refrán “Febrerillo el loco…”

Es triste o por lo menos yo así lo veo, que pase el mes de febrero sin cambios apreciables en cuanto al tiempo. Qué hermoso o qué fastidioso era, según se mire, que a lo largo de muchos de los días de “Febrerillo el loco” alternaran, en un mismo día, las nubes, los chaparrones, las granizadas (de ahí lo de apedrear a su padre), o un sol, que, ya, empezaba a picar. Ahora la mayoría de los días tienen un “febrerograma” plano, no se aprecian cambios: sol, cielo azul, ausencia de nubes y pantanos en un ínfimo porcentaje de su capacidad (este año es distinto) … etc. etc.

Era bonito, según recuerdo, ver el campo verde, fruto de largas temporadas de lluvias pertinaces, que interrumpían con frecuencia la recolección de la aceituna y hacían que los agricultores miraran al cielo y prestaran atención al parte meteorológico para saber cuando se alejarían las nubes y brillaría el sol, absolutamente al contrario de lo que ocurre ahora que deseamos y pedimos, con fuerza, que llueva, que nuestros campos sedientos se sacien y nuestros embalses acopien agua para épocas de recalcitrante sequía, que abundan cada año más.

Recuerdo, con nostalgia, aquellos inviernos de impermeable y paraguas, del fuego en la chimenea, de los días de esparto y borrachera para los hombres del campo, que aprovechaban estos días de lluvia como sus días de vacación y que sumados, probablemente, alcanzarían cifras importantes. Hoy, se acabó el fuego en el “rincón”, el esparto y la borrachera de vino peleón, que hacía bastante menos daño y tenía menor alarma social que los tan traídos y llevados (nunca mejor dicho, pues no saben donde ponerlos) “botellones”. Hoy, los días de invierno son uniformes, maravillosos por soleados y benignidad, pero incompletos porque el invierno tiene que ser lluvioso, frío y heladero, con días de vacación para los hombres del campo y buen porcentaje para la capacidad de los embalses. Aunque sean recuerdos, que puede que no concuerden muy bien con lo que pueda acontecer este “febrero”, disfruto recordando los acontecimientos, que acabo de describir, porque forman parte de mi infancia y juventud, con su carga de sinceridad, idealismo y por qué no de felicidad infantil.

Os deseo que “Febrero el loco” os llene de felicidad con su clima especial y que los “Carnavales” sean el motivo de vuestro mayor disfrute, recuperación de optimismo y el mayor relax, después de la famosa “Cuesta de enero”

Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho

(Fotografía de José Jiménez Garrido, Castillo de Santa Catalina con Sierra Mágina al fondo – Febrero de 2011 –  Derechos Reservados. Para disfrutar de algunas de las mejores fotos de este marteño, visita su galería en Flickr AQUÍ )



El Rincón de Paco Teva….CON MI RESPETO

Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho

Hoy y así lo exponen las estadísticas, las expectativas de vida son verdaderamente muy favorables por muy diversos factores, que nos ayudan a vivir muchos años y en muy buenas condiciones y por ende hay muchas personas jubiladas, que han cesado en su vida laboral y disfrutan de una vida, por bastantes años, relajada, feliz y muy realizada y que no son mercancía averiada e inútil. Son personas que han dejado una etapa de su vida y han iniciado otra, diferentes ambas y con características propias, dignas de ser vividas las dos con el mayor entusiasmo, entrega y satisfacción.

Los jubilados o pensionistas, que tanto monta, son personas, en general, con una vida organizada en un mundo distinto, pero activo y vivo. Normalmente , tienen su vida repartida en una seria de actividades lúdicas, que no productivas, ya que esa etapa pasó y pasó sin remisión. Las instituciones municipales, los servicios sociales y culturales …. llevan a cabo una meritoria labor, en este campo, al proporcionar un abanico de posibilidades para llenar las horas de asueto de tantas personas, cesadas en su trabajo y que quieren seguir vivas y activas.

Hay infinidad de talleres: teatro, música, informática, pintura, lectura, literatura, programa de viajes y un largo etc. Además, hay “Hogares”, “Clubes” , “Residencias de día y noche” para jubilados, que, con sus actividades programadas, llenan el ocio de tantas personas, que no piensan que son material de desecho para arrinconar y guardar.

Entonces, yo quisiera, como jubilado/pensionista, que soy, que la sociedad, en general, no vea a este colectivo como una carga, como una masa amorfa, almacenada hasta nueva hora y que no se sabe lo que hacer con ella. Son muchos y buenos ejemplos los que dan y muchos y buenos los servicios que prestan y muchas las actividades que son capaces de realizar para alcanzar, en muchísimos casos, unos niveles artístico9s, técnicos, culturales ……, dignos de elogio y que no habían podido tener anteriormente, al carecer del tiempo y el sosiego necesarios y de los que ahora disponen.

Quiero terminar con un poema mío, que se titula CONFESIONES y que quiere romper una lanza en favor de este colectivo, en el que me incluyo, a veces muy poco conocido y valorado.

CONFESIONES

A mis amigos y jubilados

No sea cruel, no me mires así,
no pienses que soy mueble de desván,
desvaído, oxidado y tomado de orín,
no, no lo creas.

Soy como mueble antiguo, noble nogal,
vieja pátina, engrandecido por los años,
sensible y vital.

Mi espíritu está vivo, mis ojos aún disfrutan,
dilatados y absortos, la belleza y el amor.

Siéntate a mi lado, conoce mi vivir,
no soy diferente de aquel, que lucía,
con clase, su terno mejor
y miraba al mundo altivo y feliz,
no, no soy diferente.

Mi mente está despierta, en vivo frenesí,
andando está el camino, buscando la verdad
exenta de colores, de años y de edad.

No vivo del recuerdo, tengo recuerdos,
no vivo de ilusiones, tengo ilusiones,
que arraigan en mi cuerpo y ganan
en mi espíritu, las verdaderas razones
de este caminar constante por la senda,
ilusionada, de una vida de trabajo
fecundo y, ya, no pagado;

no disfruto, ya, salarios de convenios,
ni contratos,
disfruto del beneficio, largo tiempo acumulado,
de tantos años de yunque,
de tantos años templando
el acero de sus carnes, sus mentes enamoradas,
quehacer único de cada día, del día a día
enseñando.

Por eso mira risueño, sin reservas, ni favor,
que, aunque la carne se ablande,
el espíritu tendrá la dureza del fervor,
que no decae por los años,
que lo supera el amor.



El Rincón de Francisco Teva…REFLEXIÓN sobre la IRA

Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho

Es un fenómeno cotidiano, pero que, a veces, no tiene explicación: la ira para solucionar los problemas. Si existen esos problemas, mejor sería encararlos con paciencia y con rigor, antes que comerse la cabeza con las clásicas distonías que, sin buscar soluciones, nos llenan de malhumor y de zozobra, sin ver que la claridad puede hacerse en cualquier momento.

En mi experiencia vital, por haber tratado con mucha gente, muchos alumnos, muchas familias…, he podido conocer muchos casos. Todos tienen la misma etiología: a nadie le gusta perder. Sin embargo tenemos un concepto equivocado de lo que es perder, pues pierde el que, de antemano, se creía con el triunfo. El que no admite el fracaso en cualquier lid de nuestra vida diaria. El que se cree con la verdad absoluta y no deja opción a los demás para sus “pequeñas” verdades. En fin, pierde todo aquel que no sabe reaccionar ante una contrariedad y por ende pierde la paciencia y quiere solucionar dicho fracaso con el malestar y la ira, con el malhumor y el victimismo.

Si se nos presenta una mala situación, mejor será analizar todos y cada uno de los puntos que han podido dar lugar a la misma y tratar de no caer en ellos, porque dicha situación, alguna causa debe tener: sea nuestra negligencia, nuestra excesiva bondad, la mala condición de otros, nuestra indolencia, nuestro empecinamiento cuando la realidad nos dice lo contrario, el carácter dadivoso y manirroto, la soberbia , el orgullo etc. etc.

Son muchos los que después de meditar seriamente, se sienten otros y tienen un concepto de la realidad totalmente distinto. Han dejado atrás la ira, el malhumor, la depresión y hasta el respeto humano que, en muchas ocasiones, es la principal causa. A veces más que sentir el perder, sentimos lo que van a decir aquellos que, supuestamente, son nuestros amigos, colegas y, por qué no, nuestros familiares.

Pero no quiero apartarme del hilo principal y aclarar que las personas tenemos varias caras y que, casi siempre, nuestros problemas nacen por no saber usar en cada momento la cara adecuada, la faceta de nuestro carácter más acorde al problema. Tenemos fijaciones, somos maniáticos de determinadas cuestiones, que no se explican y al surgir éstas que, a veces, no tienen importancia, sacamos nuestra cara agresiva, se pierde la compostura acostumbrada, nos hacemos obtusos y primitivos y casi se pierde el rastro de nuestra inteligencia en un camino tortuoso y aparentemente sin final. Evidentemente no es esa la cara que habría que mostrar, sino nuestra inteligencia más preclara, nuestro raciocinio, tantas veces encomiado, la serenidad, la voluntad, el análisis exhaustivo y la fe en el triunfo, que no está seguro hasta que llega.

Con estas reflexiones, fruto de mi experiencia, no te voy a solucionar tus problemas y puede que ni tú tampoco lo consigas, pero si puede que tengas unas pautas para no elegir el camino más amargo, más traumático y menos positivo.

Fotografias: stock.xchng (imágenes libres)