Noticias acerca de ‘ libros ’

Irene Villa presenta su libro «Nunca es demasiado tarde, princesa»

Ayto. Martos | La escritora y periodista Irene Villa eligió Martos para presentar su nueva obra, «Nunca es demasiado tarde, princesa». La presentación tuvo lugar este sábado 1 de febrero en la sala de exposiciones de la Casa Municipal de Cultura “Francisco Delicado” y contó con la presencia del alcalde de Martos, Francisco Delgado y del redactor jefe del Diario Jaén, José Manuel Serrano.

«Nunca es demasiado tarde, Princesa» plasma la capacidad de las personas de empezar de nuevo y de renacer en toda la extensión de la palabra. En esta obra presenta a seis personas que se enfrentaron a la enfermedad, a las consecuencias de graves accidentes, de la adicción a las drogas, de la depresión o del maltrato.

Irene Villa aseguró que ‘Nunca es demasiado tarde, princesa’ es un libro de «ganadores que pierden, pero se llevan cosas importantes», destacando el personaje de Dani, inspirado en una chica que conoce, que le ha enseñado a valorar «la importancia de no rendirse y sonreír pese a que haya una etapa dura». Además, contó lo importe que es «el empeño», que a ella le ha llevado a hacer «tres carreras».

Irene Villa (Madrid, 1978) es licenciada en Comunicación Audiovisual, Humanidades y Psicología. Desde que su madre y ella sufrieron un atentado en 1991, su vida ha estado orientada a ayudar a quienes tienen que superar cualquier barrera. En la actualidad trabaja como escritora, transmisora de valores a jóvenes y periodista de opinión en prensa, radio y televisión. Es autora de cuatro libros y forma parte del equipo de Esquí Alpino Adaptado de la Fundación También.

Por su parte, el alcalde de la ciudad, Francisco Delgado, agradeció a la autora su colaboración anual con el programa de Radio Martos “El tren de la Paz”, y su compromiso con nuestra ciudad. Resaltó los valores humanos que transmite en su intervenciones y le deseó toda clase de éxitos en su faceta de escritora.



Estefanía Romero nos habla de su Libro «In Memorium»

Redacción | La polifacética artista marteña, Estefanía Romero, nos presenta su última obra «In Memorium», un fantástico libro donde podemos encontrar una bella recopilación de poesías intimistas dedicadas a su padre, su familia y a todos los que le han apoyado.

Buenas tardes Estefanía háblanos un poco de  «In Memorium»:

¿Qué te motivó a escribir el libro?
Hola buenas tardes, el libro hacía tiempo que lo tenía escrito, pero no veía el momento de poder sacarlo. Fue mi padre quien me apoyo para poder editarlo, pero por motivos de la vida, él falleció, y se quedó en el aire el editarlo.

¿Cuánto tiempo tardaste en hacerlo?
Unos años, porque según el lugar y mi emociones, escribía o no. Hubo un momento de mi vida, que escribía mucho, estaba pasando una racha y me desahogaba escribiendo las poesías.

¿Cuál era su estado de ánimo al escribirlo?
Muchos. Algunas veces melancólica, otras felices, otras románticas… según me pillaba en ese momento.

¿Quién lo inspiro a ser escritora?
Supongo que yo sola, era algo innato en mí, y que después mi padre, le daría la importancia que tiene hoy en día.

¿A quién va dedicado al libro?
Sobre todo a mi padre, Él falleció hace más de cuatro años y era algo que sentía que le debía, por él van esas ochenta y ocho páginas con más de un centenar de escritos,  pero también a todas las personas que me rodean.

¿De que tratan las poesías?
Son poesías intimistas, mi estado, mis emociones, son muy peculiares, es como un diario personal.

Además de todo esto, eres una artista polifacética ¿Es el primer libro que escribes?
Si, aunque antes va otra aventura que esa si espero editarla algún día.

¿Cuantas páginas contiene el libro?
Contiene 88 páginas, con más de 90 poesías.

¿Cómo se puede adquirir?
Ahora mismo, se tienen que dirigir a mi, bien a través de mi facebook “Estefania Romero Dartois” o mi mail : dartois43@hotmail.com

¿Algo más que añadir?
Solo decir que espero que la gente se anime, porque es un sueño hecho realidad, un reto conseguido y que no va a decepcionar.



El Rincón de Paco Teva… LA PEÑA DE MARTOS

Hablar de Martos y no hablar de su Peña es algo que no se concibe, ni por parte de los marteños, ni por nadie que conozca Martos y su emplazamiento. La Peña es la señal geográfica de identidad de la ciudad y, gracias a la Peña, es fácil llegar a ella. De todos es conocido, y la tradición así lo confirma, que la Peña es algo mágico, emblemático. Es el hito que orienta a cuantos se acercan, bien para visitarla, o, simplemente, pasan por sus alrededores para dirigirse a otros pueblos. Su magia ha inspirado a poetas, pintores, fotógrafos y ha sido objeto de infinidad de composiciones. Ver una foto de Martos es ver la representación de una peña, que arropa un caserío blanco trepando por sus inmediaciones y mezclado con el bien peinado campo de olivos, que hacen guardia, como disciplinados soldados, moviendo sus armas verdiblancas.

La visión de la Peña es algo natural, cotidiano, una imagen repetida mires a Martos desde el punto que lo mires. Por eso no es de extrañar que sea pintada y fotografiada en variadas situaciones, todas ellas de una belleza y un cromatismo sensacionales.

Creo que no habrá marteño que no haya escalado la enorme roca, aunque sea por su cara más fácil. Hay otros más intrépidos, ajenos al peligro, que la han escalado por todas sus caras, disfrutando, con su riesgo, de situaciones nuevas e imprevisibles. Es una forma de disparar nuestra adrenalina, con una aventura gratificante, de una belleza difícil de comparar.

La Peña que, curiosamente, no era un bien público municipal, sino que ha sido durante muchos años de propiedad privada, de la familia Martínez Calero, si mi memoria no me engaña, hace, relativamente, poco tiempo, Don Miguel Pérez Luque, conocido empresario marteño, la adquirió de manos de la mencionada familia y, con gran generosidad y cariño a su «patria chica», regaló, graciosamente, su propiedad al municipio de Martos, siendo, desde entonces, propiedad municipal.

Además de la antigua ermita de la Virgen de la Victoria, en la calle del Santo, hace pocos años se edificó, por la Cofradía, otra ermita más arriba, en una zona más escarpada de la Peña, donde se celebra la colorista y divertida romería en honor de la mencionada Virgen de la Victoria, que recorre las calles entre multitud de carrozas, bellamente adornadas, caballistas y mujeres ataviadas con el vistoso traje de faralaes. Es un día de amplia participación ciudadana, que hace las delicias de grandes, pequeños, jóvenes y menos jóvenes.

Cómo no recordar que La Peña cobija el episodio más célebre de la ciudad, según cuenta la «leyenda»: el lanzamiento de los Hermanos Carvajales acusados de haber dado muerte al favorito del rey Fernando IV. Fueron lanzados, en una jaula de pinchos, desde lo alto, parece ser que desde «el mar vecino», una pendiente casi vertical. La jaula, con los cadáveres de los Carvajales, llegó hasta el llano, hasta un lugar llamado, después, La Cruz del Lloro, seguramente, por las lágrimas que, espontáneamente, muchos ciudadanos derramaron por el dramatismo, que supuso este desgraciado suceso. El rey fue emplazado a encontrarse con ellos, en juicio, ante Dios, en un plazo de treinta días. Este rey pasó a la Historia con el sobrenombre de Fernando IV El Emplazado. ¿Este hecho es pura leyenda?; ¿tiene el suficiente rigor histórico?. No es este un tema, que tenga cabida en este elemental artículo.

La Peña está coronada, elegantemente, por un castillo medieval y de su primera muralla. Este castillo junto con el de la Villa, constituyeron los bastiones defensivos, que la Orden de Calatrava poseía frente al Reino Nazarí. Fue declarado Monumento Histórico en 1985 y, a pesar de ello, sufre un gran deterioro. Últimamente, he leído, creo recordar, en la web de Martos Actualidad, en unas declaraciones de nuestro Alcalde Francisco Delgado Vilchez , que se estaban evaluando los daños del castillo y la muralla, al mismo tiempo que los técnicos estaban preparando un dossier, con un estudiado proyecto, con el correspondiente presupuesto, para presentarlo, en la instancia correspondiente, a fin de que fuera aprobada una ayuda para su rehabilitación; por otro lado, en un artículo de Miguel Caballero, publicado en Martos al Día, se expone que el Grupo Socialista ha presentado en el Senado una moción para pedir ayuda de cara a su rehabilitación. Ambas iniciativas merece mi aplauso y esperemos que todo esto fructifique en algo positivo. Poco más voy a decir del castillo por ser de conocimiento general, pero sí destacar que lo más impresionante se encuentra en la inmensidad de las vistas, que abarcan el Valle del Guadalquivir y la Sierra Sur.

Después de estas elementales notas sobre la Peña y su castillo, que son ampliamente conocidas, quiero exponer algo más íntimo y personal como es este poema, inédito, que publico, como primicia, con este artículo y que se titula, como no podía ser de otra forma, LA PEÑA DE MARTOS. Espero que disfrutéis con él.

LA PEÑA DE MARTOS

Se divisa desde lejos y es señal de identidad,
vigila desde los altos, no tiene sueño jamás.
De forma piramidal, de paredes inclinadas,
luce un bonito color con su carita lavada.

Su mole fuerte y altiva se divisa desde el mar,
ése, nuestro mar de olivos, los olivos de la paz,
que miran a nuestra «Peña» aplaudiendo sin parar,
animados por la brisa, que los mueve sin cesar.

Eres hito en la distancia, faro para visitantes,
con un castillo en la cima como peineta elegante,
castillo de los cristianos, de calatraveño estilo,
que muestra graves heridas en sus piedras centenarias.

Retamas, musgo, tomillo, hinojos, candilicos, romero…,
forman la flora, tan rica, de esta «Peña» milenaria.
Esta estampa se completa con lugares conocidos:
«el mar vecino», «la cruz», o el negro » peñón cocío».

Qué magia tiene la «Peña», cuánto simbolismo encierra….
Los marteños se divierten y así cantan en las fiestas:
«Si la «Peña» de Martos fuera de azúcar,
estarían los marteños chupa, que chupa».

Qué divertida la romería, que en la Peña se celebra,
gran variedad de carrozas desfilan majestuosas,
para llevar a la Virgen, la Virgen de la Victoria
por las calles de este pueblo entre canciones y rosas.

Para escalar esta roca de laderas escarpadas,
la zona de los «Charcones» es la mejor preparada.
Cuando llegas a la cima, te encuentras tal panorama,
que te invita a repetir la alegría de esta jornada.

No podemos olvidar la inmensidad de sus vistas,
que se pueden observar desde alturas imprevistas:
vastos campos de olivar peinados con maestría,
salpicados con primor de casas, riscos y ríos.

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



El Rincón de Paco Teva… UN PASEO POR EL PASADO, LA SIEGA

En la actualidad, en el siglo XXI, en el año 2013 y desde hace, ya, bastantes años, es una estampa corriente ver, en los meses de junio y julio, las denominadas cosechadoras, que siegan, separan el grano de la paja, empacan la paja en paquetes con la forma de un paralelepípedo, que servirá para alimentar al ganado, y recogen el grano para su transporte a los silos. Todo esto, hoy día, es lo normal y lo que muchas personas, más jóvenes que yo, desde luego, están acostumbradas a ver. Sin embargo, no siempre ha sido así de fácil, ni de rápido. Eran labores del campo muy duras y sacrificadas. Recuerdo, como si lo estuviera viendo con mis ojos de niño y adolescente, estos trabajos, duros trabajos, para obtener el trigo, la cebada, los arbejanos….etc.

Todo empezaba con la siega que se hacía a mano, en grandes extensiones de tierra calma, donde no había ni una mala sombra, para cobijarse de los tórridos rayos del sol del, recién estrenado, estío. Los segadores eran contratados para el tiempo, que duraba la siega y se les daba comida y alojamiento, además de su jornal, claro está. El almuerzo y la comida se les llevaba al tajo y la cena se les daba en el alojamiento. A las zonas cerealistas como Córdoba, Sevilla, la Mancha, llegaban cuadrillas de otros sitios, buscando trabajo, en la época de la siega. Si habéis visto la película La Venganza con Jorge Mistral, Carmen Sevilla y Raf Vallone, podéis haceros una idea.

De madrugada, al rayar el alba, como decían los hombres del campo, con sólo un café con malta en el estómago, empezaban su trabajo con sus hoces de acero templado y bien afiladas, para degollar las mieses cargadas de espigas bien granadas. Sombreros de paja de anchas alas y un pañuelo debajo, sombreaban la cabeza y la cara de los segadores y mitigaban, en lo posible, ese sol de justicia, que los castigaba de forma inclemente. Armados con la hoz en la mano derecha, generalmente, se ponían unos dediles (fundas de cuero, hechas por ellos mismos) en los tres últimos dedos de la mano izquierda, para evitar los cortes, (si alguno se cortaba, se orinaba en el corte, pues la orina, con la urea y otras sustancias que contiene, servía de hemostático casero, pero muy efectivo) y a empezar la faena. Con la mano izquierda se cogía un puñado de mies y con la derecha se cortaba y así durante muchas horas del día. Las mieses, que iban cortando, eran atadas, con los mismos tallos, en haces o gavillas. Cada hora aproximadamente tenían un pequeño descanso, un rebezo, el tiempo justo para fumar un cigarrillo, descansar un poco, beber agua… y, después, a continuar con la tarea. Algunos días, estando, ya, en el tajo no podían empezar a trabajar hasta que pasaba un rato y el sol calentaba y quitaba humedad a las mieses. Los segadores decían que no podían segar pues estaban relentosas, es decir, el relente, el rocío de la madrugada las había puesto húmedas y la hoz no cortaba bien.

Hacia las diez de la mañana tomaban el almuerzo, una comida fuerte que los mantenía hasta medio día. Ésta, solía ser huevos fritos con tocino y patatas fritas; tomates fritos con carne de pollo o conejo; carne de cerdo y tortilla de patatas… Algún gazpacho se intercalaba para reponer los líquidos, sales minerales y otras sustancias, que se perdían con el abundante sudor. Prácticamente estaban todo el día calados. Se solía decir que las camisas de los segadores, una vez secas, las ponías en el suelo y se quedaban de pie. El agua era tan necesaria que había un chaval joven, que aún no tenía edad de segar, el aguaor, que llevaba el agua a los segadores cuando la solicitaban.

Hacia las tres de la tarde se paraba para comer. Esta era la llamada comida fuerte, que consistía, casi todos los días, en un gran cocido con morcilla y ese tocino rubio, que aún quedaba de la matanza, y que junto con los garbanzos y las patatas, servía excelentemente para reponer las fuerzas y las grasas perdidas. Se acababa con el, nunca bien valorado, gazpacho con el agua de la cántara, estuviera como estuviera. Después de un cigarrillo rápido, una siestecita a la sombra de unas gavillas puestas de pie. Un merecido descanso, que sabía a gloria a pesar del inclemente sol.

A las cinco aproximadamente, después del merecido descanso y con el sol algo más flojo, se volvía al trabajo; otra vez con la hoz en ristre y las energías renovadas. A estas horas, decían los segadores, la tarea era más fácil, pues hacía menos calor y las hoces, con las mieses secas, secas, corrían como si estuvieras cortando manteca. Entre algunos chascarrillos, contados con gran humor, y los cantes flamencos, a los que eran muy aficionados, pasaban las horas hasta terminar la jornada. Acabada ésta, marchaban al cortijo, donde tenían el alojamiento, generalmente andando, después de un día agotador.

Ya en el cortijo, se lavaban y se preparaban para la cena, que era temprano, pues había que acostarse rápido para levantarse al alba. Una vez aseados, y hasta que servían la cena, charlaban de sus cosas, algunos escribían a su familia, y fumaban tranquilos tomando unos vasos de vino.

La cena, acomodados en mesas y sillas, no como en el campo, transcurría plácidamente. Solían cenar ensaladillas o el apreciado ajo blanco y algo más sólido como el queso, embutidos, conservas de distintas clases…Como colofón de esta cena se comían excelentes melones, muy abundantes en aquella época. Después de unos cigarrillos en amigable charla, cada cual cogía su jergón y se tumbaba a pierna suelta, para descansar y reponer fuerzas y energías, pues al otro día les esperaba otra larga jornada de calor y duro trabajo. Trabajo tan duro y agotador que determinados segadores no se sentían con fuerzas para continuar y tenían que abandonar y dar por terminado su compromiso, a pesar del bochorno que eso suponía. Cuando esto ocurría, solía decirse que el segador se había enraspado, haciendo alusión, seguramente, a las raspas de las espigas, que se le habían atravesao, como diría un castizo, con gran ironía.

En Martos, también, había bastante siega, pues la población de olivos era mucho menor que ahora y, por tanto, teníamos bastantes tierras calmas, que los agricultores aprovechaban para sembrar la cebada, que alimentaba a los mulos, el trigo para el pan, los arbejanos para sus cabras, los garbanzos negros para cebar a sus cerdos etc.

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«»La razón de escribir este artículo y otros que vendrán después, si el Director me lo permite, no tiene otro objetivo que refrescar los recuerdos para los que lo han vivido, como yo, y para todos aquellos que no lo han visto, darles unas pinceladas, aunque sean breves, de unas faenas agrícolas que eran lo normal y cotidiano, todos los años, cuando llegaba la época».

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



El Rincón de Paco Teva… CURIOSO SUCESO

Buscando entre mis papeles, a veces muy desordenados, encontré algo que, ya, no me acordaba que lo tenía. Se trata de dos folios, de papel reciclado, uno rojo y otro azul, que aparecen en la foto y que conservo como prueba. El caso curioso es que cada uno tiene un poema escrito y envolviendo a ambos una especie de orla de las que los ordenadores suelen hacer. Los títulos de los poemas son, cuando menos, sugerentes y para mí denotan la expresión, pasional y sentida, de un alma enamorada. Dichos títulos son: AMOR AZUL Y AMOR AMOR. El primero, en el folio azul, se trata de un poema de amor y el segundo, en el folio rojo, un soneto de perfecta estructura cuyo tema, también, es el amor. En cada folio y al final de cada poema, hay una firma algo ilegible y después de mirarla mucho parece que pone JOSÉ. Hasta aquí no hay nada que parezca raro, ni interesante. Sin embargo lo curioso del caso es que llegaron a mis manos de una forma algo peculiar.

Fue en Fuengirola, hace algunos años, no muchos, pero, realmente, no sé, exactamente, cuantos. Estaba una noche en un bar (un Gambrinus) tomando unas copas, en compañía de mis hijos y mis nietas (eran las únicas que había entonces) y se acercó un señor con aspecto de pedigüeño, allí hay muchos, y nos rogó que le diéramos una ayuda. En un principio no le hicimos caso, pero me ofreció los folios, que he mencionado, y me rogó que los leyera. Yo, la verdad, que estoy muy sensibilizado con todo lo relacionado con la poesía por mi afición a escribir y leer poemas, cogí con interés los mencionados folios y le dí una ayuda, como me había pedido. Este señor desapareció rápidamente y no pude decirle nada sobre los poemas, pues no había tenido tiempo de verlos. Con gran sorpresa y curiosidad, examiné las hojas y las leí con una atención morbosa, diría yo, y a medida que leía iba comprobando que no era nada vulgar, ni marrullero lo que allí se expresaba. Estaba tan metido en la lectura y tan ensimismado que mi familia, un poco extrañados, me preguntaron qué era aquello que devoraba con la vista tan atento y callado. Tardé algo en responder, porque, un poco emocionado, no sabía qué decir. Pasados unos segundos, les dije que si aquel señor había escrito aquellos poemas y no era un plagio de algún poeta importante, se podían adivinar en él unas cualidades, una sensibilidad y una pasión dignas de un buen poeta. La verdad es que no he podido averiguar si era un plagio o no, para mí siempre han sido dos poemas escritos por aquel sencillo y humilde personaje de corazón sensible y pasional. Después, aunque lo busqué para hablar con él, no lo he vuelto a ver más.

Todo esto me hizo meditar mucho en aquellos días y, ahora, al encontrarlos casualmente, también me está haciendo pensar.

Es un poco dramático que unos poemas de amor tuvieran que servir para solucionar, momentaneamente, las más básicas necesidades de una persona, lo mínimo para subsistir, entregados servilmente, con la esperanza de que la gente los cogiera educadamente y los leyera, sin recibir un mal modo o alguna grosería, esperando que, en compensación, le ayudaran a sobrevivir. Parece que ese es el camino, lleno de espinas, de tantos artistas, que, en un principio, y a veces siempre, tienen vedado el triunfo y acaban dejándolo o destruyéndose mental y sicologicamente. Muchas veces son repudiados por la gente, que no comprende o no quiere comprender que «no sólo de pan vive el hombre», también, hay un espíritu que alimentar.

No he vuelto a ver a este POETA, como he dicho, y como no quisiera que cayera en el olvido, sin más, doy a conocer dichos poemas (los escribo especialmente, pues en sus folios originales es posible que no se entiendan), rindiendo un pequeño homenaje a tantos y tantos artistas, que, como éste, luchan tenazmente para que sus trabajos sean reconocidos.

La determinación del valor de estas composiciones, la dejo al ecuánime criterio de todos vosotros.

AMOR AZUL

Estoy dispuesto a deshierbar los campos
para que ninguna espina pueda herirte.

Has entrado tan hondo
que rebasando mi centro
te expandes y retornas.
Más fácil sería
desprenderme de mi sombra
que del sabor profundo de tus labios,
o de las estrellas que inundan tu mirada.
…mientras me hago sustancia en tus adentros
te vas haciendo sustancia de mi mismo.
Antes que a ti
olvidaré mi nombre,
y en este dulce hambre de ternura,
hasta la delgada tela de tu blusa
se me hace una distancia insoportable.

Siento que amándote me amo
y que estos versos
eres tú quien los ha escrito con mi mano.

AMOR AMOR
(soneto)

Acaso por estar enamorado
es que navego mares de dulzura,
al vivir del amor aquella hondura
de un infinito sueño liberado…..

Cual juego que vital y apasionado
me hiere sin dolor y sin usura;
en el abrazo fiel de su cordura
mi barca de ilusiones ha enlazado,

al puerto celestial de su cintura.
… y al bucear en su aliento esperanzado,
y al sentir lo profundo de su altura,

este amor que me tiene cautivado,
en su alumbrada celda de ternura
me hace libre, teniéndome apresado.

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



El Rincón de Paco Teva… ACEITUNAS DE CORNEZUELO

Mirando en facebook, me ha sorprendido, agradablemente, una foto de la web «Yo también vivo en Jaén», cuyas señas son:www.facebook.com/YoTambienVivoEnJaen

Se trata de algo muy simple, pero que a mí me ha tocado la fibra sensible y me ha recordado algo de toda mi vida: una cazuela con aceitunas de cornezuelo, machacadas y aderezadas como sólo en Jaén se sabe hacer. Ha sido un amigo de mi círculo de facebook, Juan León, el que ha compartido esta información de la web mencionada. Yo, incluso, he puesto, además del ME GUSTA, un comentario: «Qué ricas con un vaso de buen vino», pues, efectivamente, cuando hay aceitunas de cornezuelo, mi tapa favorita para tomarme un vaso de vino es estas aceitunas, sobre todo si están gordas porque las lluvias hayan venido en su tiempo (la foto las presenta enormes, apetitosas, diciendo: ¡¡cómeme!! Su pulpa, ya, endulzada y con los sabores y los aromas, que le proporcionan los diversos aliños y especias, un cúmulo de matices distintos, es un bocado único y no es que quiera hacer una alabanza gratuita e inútil de las mismas, es que forman parte, para mi gusto, de los manjares, con mayúscula, humildes, baratos y al alcance de nuestra mano. Creo, sin lugar a dudas, que es algo ancestral, de muchos siglos, metido en nuestra tradición olivarera, que forma parte de nuestras costumbres culinarias y que cumple todo un rito para los que somos de Martos y por supuesto de Jaén. Yo, que procedo de una familia de agricultores, con algunos olivos en propiedad, recuerdo, con nostalgia y alegría, cuando, todos los años, al llegar mediados de octubre y según la «luna», hemos ido a recoger la aceituna de cornezuelo, junto con otras gordales y la corriente picual. Como el olivo es «vecero», o sea que suele tener un año sí y otro no, se ha procurado hacer los injertos de cornezuelo, – qué sabiduría tienen los hombres del campo-, de forma que pudiera conseguirse, todos los años, alguno que tuviera y cubrir las necesidades de la casa.

En Martos, hablar de aceituna es algo normal. La aceituna u oliva, como le dicen en otros sitios, que ése es su nombre, forma parte de nuestros más profundos sentimientos y el olivo, padre de estas criaturas de vientres abultados, que se van llenando del secular aceite, nuestro árbol mágico y emblemático, que define nuestra cultura, nuestra idiosincrasia, nuestra forma de ser, de sentir, de alimentarnos, musa de poetas, pintores, escultores…Martos es como un gran océano, que se mueve al ritmo de los vientos, observado por la «Peña», desde su atalaya. Océano que nos dona lo mejor de sus entrañas: ese bálsamo sagrado amargo y rubio.

Mirando en la Enciclopedia, he podido averiguar que la aceituna de cornezuelo de Jaén y, por supuesto de Martos, es de la variedad CORNICABRA, aquí le llamamos CORNEZUELO, aunque es más alargada y puntiaguda.
En Murcia, donde voy con frecuencia, lo he podido comprobar, pues allí existe la cornicabra normal.
¡¡¡¡Qué rica, qué sabrosa!!!! ¡¡¡¡Cómo alegra nuestras mesas!!!!

Quiero finalizar esta sencilla alabanza a las aceitunas de cornezuelo, con un poema de mi libro, mi único libro publicado, Alientos de Vida, que describe, creo, con bastante exactitud el ambiente meteorológico y circunstancial de estas aceitunas.

APUNTES

La canícula estival
va perdiendo su justicia;
las blancas nubes inciertas
van preñándose de lluvia
y el viento, que juega absorto,
va cambiándolas de sitio
mientras los viejos olivos
se abanican con sus hojas,
exhalando sus suspiros.

El olivar duerme inquieto
mirando el cielo plomizo
y se despierta sediento
en un cielo azul y limpio,
que lo envuelve con su luz,
que lo abrillanta y lo adorna
con infinidad de espejos
en la plata de sus hojas.

Septiembre va agonizando
y esperamos con anhelo
que la lluvia, tibia y fina,
envuelva con su misterio
la corona de la “Peña”
con singular esclavina.

Aceitunas alargadas,
de puntiaguda semilla,
verdean en el olivar
con siluetas delgadas.

Tienen miedo que la luna
de “llena” pase a “menguante”,
no quieren ser arrancadas,
de las ramas una a una,
para el honor de las mesas,
para halagar paladares
curadas con blanca sal
del estero de los mares.

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



El Rincón de Paco Teva… VIENTOS DE OTOÑO

Ha pasado el verano, parece que hubiera sido un suspiro, que hubiéramos dado velocidad a las agujas del reloj. Pero no es así. El tiempo tiene su cadencia, tiene su ritmo, es inexorable. Sin embargo los humanos sentimos su «pasar» según son los acontecimientos que van ilustrando nuestras vidas. Unas veces el tiempo corre mucho, otras, va demasiado despacio para nuestro gusto, pero el tiempo es como es y lo demás son apariencias, apreciaciones personales y nada más.

Llegué a Martos hace algunos días y vuelvo a escribir en este medio después de tres meses de vacación y ausencia y, podéis creerlo, de verdad de la buena, que tengo como «mono», necesito poner algo, aunque sea sencillo e intrascendente, en estas entrañables páginas en las que he publicado durante años.

Desde mi último artículo publicado en Martos al Día, han ocurrido muchas cosas en todos nosotros. Seguro que todos tenemos muchas cosas que contar, unas alegres, con el matiz de la felicidad disfrutada, otras menos alegres, con la pena contenida en nuestros frágiles corazones, que han enturbiado y oscurecido la diáfana luz de un verano de bochorno, placidez y quietud. Lo importante es saber aprovechar los momentos felices como si fueran los últimos que vamos a tener y desterrar, de nuestra existencia diaria, aquellos menos felices, pensando que sólo ha sido un mal sueño, producto, más bien, de la modorra y el sopor.

El verano llegó, 21 de junio, formal a la cita, sin plazos de gracia, con exactitud astronómica, inmerso en la luz, en la tibieza de un nuevo sol, de rayos anaranjados, que la «fragua de Vulcano» ha dejado escapar para deleite de unos, para el horror y fatiga de otros muchos. En fin, es VERANO, esa estación mágica, alegre, luminosa, que cambia todo el panorama vital de las personas.

Para recordar esa fecha, que se nos fue sin remedio, tengo este poema, que puede ilustrar todo lo que acabo comentar y que, no os quedará la menor duda, es mi estación preferida.

APUNTES VERANIEGOS

Es el día más largo, por fin llegó,
veintiuno de junio, solsticio, calor.

Bonitos recuerdos de aquel veraneo,
aventuras locas en baños de sol.

Frente sudorosa, neuronas febriles,
los ojos ardientes, angustia, sopor.

Noches bochornosas, sedientas de amor,
contactos fugaces, la noche pasó.

Sí, pasó la noche, azarosa noche, que me cautivó
sumido en sus horas, preñadas de amor.

La noche se muere, la luna se oculta
entre los cendales del alba difusa.

Los rayos naranja, de un sol de justicia,
son los compañeros de este nuevo día.

La vida retorna, promesa caliente,
pasarán las horas, volverá la noche.

Ahora, ya en octubre, todo ha cambiado. Es otoño, que ha llegado con la inexorabilidad y la exactitud astronómica, que caracteriza estos fenómenos. Todo ha dado un vuelco, al menos en las latitudes en que nosotros nos movemos. La luz; la tibieza; el viento, a veces inclemente; los colores; los cambios en la naturaleza; la actitud de los animales; el ocio; la actividad, que nos exige nuestro trabajo (y que no falte); incluso, todas nuestras células se mueven con otras órdenes internas. Bueno, es OTOÑO, qué le vamos hacer. Ha venido como se fue el verano, sin avisar, y como nos sorprenderá el invierno. Pero nuestro organismo y, sobre todo, nuestra mente (la naturaleza es sabia), están preparados para asumir estos drásticos cambios, que, aunque pudieran ser «copernicanos», serán contrarrestados por todas las defensas de nuestro cuerpo. Y a seguir viviendo y disfrutando de la vida, que es hermosa, a pesar de los pesares.

Un poema, que escribí hace algún tiempo, creo que expresa, con finos matices, algunas de las características del otoño tan distintas de las del verano.

TARDE DE OTOÑO

Negras nubes, encajes de fina lluvia,
venas de agua al correr.

Fuerte viento, inclemente, que los árboles lacera,
infinidad de hojas hace caer.

Festones grisáceos, cobrizo horizonte,
tristes presagios del anochecer.

Tarde trémula, fría, crepuscular,
mi alma acabó por encender.

Dulce inquietud del que sufre la esperanza
de los amores por ver.

Pulida y limpia mi alma, henchida
por un querer.

Tarde de otoño, sublime eclosión,
no lo acabo de creer.

El fantasma del otoño, nunca supimos por qué,
el viento llevó muy lejos,
el amor debió de ser.

Sirva el presente artículo de saludo después de «esta parada biológica», que se ha producido, como todos los años, y espero estar con todos vosotros, lectores de MARTOS AL DÍA, en muchas más ocasiones. Mis mejores deseos.

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



Presentación de Leyendas e Historias de la Sierra Sur de Jaén

Ayto. Martos | En el marco de la celebración en Martos de la I Muestra Comarcal de Recursos Típicos de la Comarca Sierra Sur de Jaén, organizada por la Asociación de Desarrollo ADSUR en colaboración con el Ayuntamiento de Martos, el salón de actos de la Casa Municipal de la Juventud, acogió la presentación del libro “Leyendas e Historias de la Sierra Sur de Jaén”, un acto en el que estuvieron presentes la alcaldesa en funciones y concejal de Cultura, Custodia Martos, el concejal de Desarrollo, Manuel Consuegra, y el concejal de Agricultura, Medio Ambiente y Polígono Industrial, Juan Erena, además del gerente de ASUR, Javier Collado, la presidenta de la Asociación de Cronistas e Investigadores de la Sierra Sur, Maria Teresa Murcia, y el Cronista Oficial de Martos, Antonio Teba.

Esta publicación, financiada por ADSUR y en la que han colaborado todos los cronistas de los municipios que conforman la Comarca, supone la puesta en valor de recursos propios del territorio, pero olvidados como atractivo turístico. Un libro que nace con la pretensión de ser un compendio de la cultura, la tradición, las vivencias y la herencia de nuestros mayores, lo cual es imprescindible conservar. La abundancia de leyendas e historias arraigadas en la memoria colectiva de los pobladores de la Sierra Sur se convierten en un magnífico instrumento con el que poder trasladar a los visitantes y a los propios paisanos las tradiciones y la cultura de nuestros pueblos. Gran parte de estas leyendas e historias hacen referencia a la época medieval en la comarca, al pasado fronterizo del territorio, a las batallas en él acaecidas, a la supervivencia de sus pobladores, a sus hechos históricos y a sus hechos legendarios. Con esa información se proyectarán unas rutas que seguirán los pasos de cada una de las leyendas o historias, aunando la ruta y la narración con lo que el visitante podrá revivir estos relatos en primera persona, conociendo las experiencias y vivencias de las gentes de la comarca.

En este sentido Custodia Martos, manifestó durante la presentación de la publicación, que Martos tiene un gran legado en leyendas e historias, que gracias a nuestro Cronista Oficial y coautor del libro, Antonio Teba, aparecen reflejadas en sus páginas, tale como: el sometimiento del dragón por parte de nuestra Patrona Santa Marta, el liderazgo de Irene Mencia de Aro ante el ataque de los musulmanes, o quizás la más conocida e importante de todas en la España romántica, la de los hermanos Carvajales que tuvo su reflejo en las obras de escritores tan importantes como Lope de Vega, Tirso de Molina o Antonio Gala.



Presentación del libro “La Crónica del Padre Laín Rojas»

Ayto. Martos | El próximo miércoles 14 de agosto a las 21:00h. en los jardines de la Casa Municipal de Cultura Francisco Delicado, se presentará el libro “La Crónica del Padre Laín Rojas», un fascinante relato de historia franciscana.

Intervienen: José Cuesta Revilla (Profesor Titular de Derecho Administrativo de la Universidad de Jaén), Felipe Serrano Estrella (Profesor de Historia del Arte de la Universidad de Jaén), Mª Dolores Rincón González (Catedrática de Filología Latina de la Universidad de Jaén) y Fernando Colodro Campos (Franciscano, editor de la obra).



El Rincón de Paco Teva… POESÍA

Con motivo de la publicación de mi libro, mi primer libro, de poesía, me ha surgido la idea de escribir este artículo, difícil artículo por el tema, y publicarlo en este medio en el que tanto he publicado. Solamente quiero hacer algunas consideraciones sobre la poesía. Serán unas ideas sencillas y pedagógicas, que no tienen más intención que aclarar, si eso fuera posible, el concepto que corrientemente se tiene de ella.

Si consultamos el diccionario de la RAE, encontramos que procede del latín poesis, y este del griego poíesis. «Expresión artística por medio de la palabra sujeta a la medida y cadencia, de que resulta el verso». Otra acepción nos dice: «Arte de componer obras poéticas, o arte de componer versos y obras en verso». Un poco más profundo es el que dice: «Género de producciones del entendimiento humano, cuyo fin inmediato es expresar lo bello por medio del lenguaje». Para mí es, posiblemente, la definición que mejor cuadra con el contenido y el concepto que se tiene de poesía. Pues, no nos engañemos, en la poesía lo que se trata es de expresar de forma bella, por medio del lenguaje todo aquello que nos impresiona por cualquier motivo, ya sea un paisaje, una puesta de sol, la familia, una plaza, un hecho luctuoso etc. Hay infinidad de motivos por los que el entendimiento humano puede sensibilizarse para expresar lo que siente de forma bella y, nada más y… nada menos, eso es poesía.

No menos importante es el conjunto de cualidades que deben caracterizar el fondo de este género de producción del entendimiento humano, independientemente de la forma externa, o sea de la estructura material del lenguaje, de que resulta el verso. Así muchas veces solemos decir «esta obra en prosa está llena de poesía, o aquella en verso carece de ella». Como ejemplo más palpable lo tenemos en la bellísima obra de Juan Ramón Jiménez PLATERO Y YO. Obra llena de poesía, como se ha dicho, con la belleza, la ternura, el candor que rezuma esa denominada, y con razón, «prosa poética».

Aunque existen distintas variedades o especies en la poesía: lírica, épica, dramática, bucólica, religiosa, profana…., puede dar la impresión que sólo es poesía la lírica, sin embargo todas la variedades tienen su importancia y no puede hacerse, seguramente, un escrutinio justo si no se atiende a la calidad, la impresión, la emoción…que puede producirnos. Mucha gente cree, y así lo expresa, que lo poético es algo para minorías y para gente muy seleccionada. Yo, particularmente, creo que la poesía, como toda obra de arte, requiere nuestra atención y no nuestro rechazo de antemano. Si tenemos paciencia y tenemos que leer varias veces un poema, seguro que encontraremos algún mérito o algo que nos ilusione o nos impresione. Hay que admitir que no todos los tipos de poesía son iguales, ni todos tienen la misma claridad para entenderlos, ni todos tienen la misma capacidad para emocionarnos. Con paciencia, como he dicho, podemos llegar a entusiasmarnos con ella.

Para tener un amplio concepto y, sobre todo la valoración que de la poesía se puede hacer, no puedo dejar de mencionar, por sus méritos y autoridad, a José Caballero Bonald, Premio Cervantes, que recibió hace unos días y que yo presencié en TV. Me impactaron sus palabras al hablar de la poesía. Dijo Caballero Bonald, refiriéndose al gran filósofo: «Según Aristóteles, la Historia es lo que pasó; la poesía lo que debió pasar». Caballero siguió diciendo que «la poesía puede corregir las erratas de la Historia» y aseguraba que «la poesía es una forma de defensa contra las ofensas de la vida».
Siempre se ha dicho que la poesía marcaba de forma indeleble una manera de vivir la vida y las etapas de la Historia.

Después de estas breves y resumidas pinceladas sobre el tema, no puedo dejar pasar la ocasión sin hablar un poco de mi libro, de este libro, que nace y que presentaré públicamente en breve.

El poemario, que publico, ha sido seleccionado del trabajo de una década. La edición de este libro no tiene más objetivo que recopilar todos mis poemas, publicados en distintos medios locales y provinciales. . Aunque mi paso por la apasionante experiencia de escribir, verso y prosa, ha sido tarde en el devenir de mi vida, no por eso ha dejado de gratificarme, extraordinariamente, al sentir que, muchas de las sensaciones de mi vida, podían ser plasmadas con la fuerza y el vigor que sentía en mi interior. Por eso no es raro el título, que he elegido para este poemario: ALIENTOS DE VIDA.

Es como una necesidad, sacar del fondo de mi corazón las emociones sentidas ante el nacimiento de mis nietos; el triste sentimiento ante mi «Estación de ferrocarril» tan deteriorada; la paz ante mi Virgen de la villa; recordar el «Castillo» de la Peña; la celebración de la Primera Comunión de mi Natalia; la visión de una nevada en mi pueblo; la admiración por ese árbol emblemàtico, el olivo, que me inspiró para hacer una sentida «Alegoría»; la pena y el dramatismo por la catástrofe del Prestige y tantas y tantas cosas más……

Ante este panorama, me ha parecido bien hacer una serie de apartados, que puedan recoger los contenidos de los distintos poemas, muy distintos en cuanto a la temática y estructura, pero con algo que los identifica: la fuerza y la pasión. Para mí es como un único y largo poema.

Si esta selección de poemas, sirve para emocionaros, en unos casos, para relajaros, en otros o para deleitaros con algunos recuerdos, me sentiré muy satisfecho y se habrán cumplido las expectativas, que me proponía.

Por último, os invito a todos a la presentación de ALIENTOS DE VIDA, que tendrá lugar el día 6 de junio, en la Casa Municipal de Cultura Francisco Delicado, a las siete de la tarde.
La distribución de ejemplares, de forma gratuita, tendrá lugar en el acto de presentación. Como gesto solidario, el que así lo considere, podrá dar un donativo para CÁRITAS INTERPARROQUIAL. Al finalizar dicho acto, el autor firmará libros a todos los que lo deseen.

Mi agradecimiento de antemano y mis saludos más afectuosos.

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



Presentado el libro «Lágrimas de una mujer gitana» e inagurada la exposición «Visibles»

Ayto. Martos | El salón de actos de la Casa Municipal de Cultura “Francisco Delicado”, fue el lugar designado para la presentación de dos de las actividades conmemorativas del día internacional de la mujer. La concejala de la mujer, María José Martínez, reseño la importancia de esta efeméride y manifestó sentirse tremendamente orgullosa de presidir un acto en el que dos mujeres son ejemplo de la superación de las dificultades, una en el ámbito de la escritura y la otra en el de la fotografía “mujeres que nos tienen que servir de ejemplo y referente para todas las mujeres”.

Ramona Cortés “Capi” explicó durante su intervención que su obra es autobiográfica, en la que se recogen los momentos más difíciles de su vida y que la llevaron a padecer una grave depresión. Una obra que tardó nada menos que dos años y medio en escribir, y en la que cuenta sus vivencias como madre, gitana, creyente y cristiana.

La marteña Carmen Lara, por su parte explicó a los presentes su vida a través de las imágenes, manifestando que “como más cómoda me siento es con mi cámara al hombro”. Una exposición que recoge imágenes de mujeres en diferentes trabajos, espacios, actos y aficiones, con las que la autora ha querido hacer visibles a las mujeres.



ICONOS DE INTIMIDAD… Lara de Tucci

Lara de Tucci | No hay cultura sin lectura, ni nadie podemos desarrollar la poca o mucha cultura que tengamos si dejamos los libros aparcados lejos del alcance de nuestra vista y desconsideramos los mensajes, las ideas, los datos y las historias que atesoran. Bien entendido esto que digo cuando se trate de libros que sean portadores de positivos valores.

Con estas palabras inicié la presentación de mi libro ICONOS DE INTIMIDAD el pasado día 2 de diciembre en la Casa de la Cultura de nuestra localidad. Presentación en la que me precedió, con su gran estilo, Ramón López, nuestro locutor, y presentación que cerró Juan Moreno Miranda en representación de las respectivas Juntas de Gobierno de las cuatro cofradías que hay en las Trinitarias.

Pero como han sido muchas las personas que se han disculpado por no asistir al acto argumentando que no habían tenido noticias del mismo (cosa algo extraña, pues desde la referida Casa de la Cultura hacen pública la propaganda de todos los eventos que organizan), me permito ahora escribir a modo de artículo en “Martos al día” lo que dije en tal ocasión; que rezaba así:

He venido a presentar este libro a Martos con la ilusión que me produce el hecho de que el importe que se recaude con su venta sea para restaurar la puerta de la iglesia de las Trinitarias; cuyo santo recinto me es tan entrañable y querido desde la temprana niñez.

El libro recoge diferentes poemas, habiéndome sido un ramillete de ellos inspirado por imágenes sagradas de Martos; imágenes que los cofrades de las distintas Hermandades (hay que reconocerles a ellos esa labor llena de inquietudes, más que sociales y culturas, auténticamente religiosas); repito, imágenes que los cofrades tienen en perfecto estado de revista, y que nos sirven como estímulos para reavivar la llama de nuestra fe; que duerme o, cuanto menos, se adormece con frecuencia encandilada por otros motivos que no viene al caso citar ahora aquí.

Pero aparte de los poemas religiosos hay también otros que están inspirados por diferentes temas instalados igualmente en la galería de mi iconografía interior; en los registros de mi forma de pensar y en mi manera de entender los episodios de esta vida nuestra, tan complicada a veces. Episodios que, aunque quisiéramos que todos fueran de agradable componenda social y humana, por circunstancias varias nos encontramos con otros que se presentan revueltos de sinsabores, desengaños, frustraciones y desvelos. Produciendo entonces en nuestra existencia vivencias nada placenteras; las cuales, en mi caso particular, me llevan a plasmarlas con tristeza en el papel; aunque, desde luego, también plasmo las de sintonía agradable; éstas, por cierto, con animosa satisfacción.

Tales poemas, que yo recojo en el apartado de “Iconos de otra naturaleza” y que espero y deseo que sean, como todos los del volumen, del agrado de los lectores; refieren, respectivamente, las llagas de fe en el alma de Santa Teresa. Los terribles atentados del 11-M en Madrid, con el desconcertante y sobrecogedor ruido de la profusión de sirenas llenando los espacios ambientales de la Capital. Las campanas de la Virgen de la Villa, que cuando suenan al unísono ponen en la atmósfera marteña ecos de musicalidad, muy agradables para mí, que se pierden cadenciosamente entre los extensos olivares. La joven que va creciendo con el abandono, lógicamente, de las vivencias de niña, llega a contraer matrimonio y después se separa, dejando un hijo sin el amparo de una familia estable. El canto gregoriano, que suena entre ojivas, bóvedas y capiteles, y que recrea el alma hasta que ésta se siente inundada de sublimidad. Los sonetos a los hijos de SS. MM. los Reyes, en agradecimiento a la monarquía por su enorme apoyo a las libertades públicas; estos sonetos ya los publicó la desaparecida y recordada revistita “Día a día”. Los perfumes del jazmín y de la dama de noche, que despiertan pasiones que pudiéramos considerar eróticas, aunque de un erotismo de depurados sentimientos, que muy bien pudiéramos considerar platónicos. La paternidad del olivo, ahora que celebramos la Fiesta de la Aceituna, árbol de nuestros paisajes, como igualmente de nuestros sueños laborales y, por qué no decirlo, de nuestros anhelos materialistas. Los parados, deambulando por nuestra Plaza antes de que comenzaran a emigrar en diáspora multitudinaria; parados, sí, pero entretenidos con la música de los conciertos domingueros que entonces se daban en dicha Plaza. El joven que, lamentablemente, cae en la trampa de la droga y se da cuenta del error cometido. Y, en fin, otras composiciones poéticas cuyos temas también cuelgan en mi iconografía interior, como vengo diciendo.

Como cuelgan las historias de los dos relatos cortos que hay en el libro. Uno, “El periquito y la rosa amarilla”. El periquito, una avecilla, criatura de Dios -que diría el pobrecillo de Asís-, que realmente existió y que yo mismo enterré junto a un rosal. ¡Qué vivencia, Señor! ¡Qué vivencia! A lo mejor hay quien considera estas cosas infantiloides; pero ¡qué necesitado está nuestro mundo del sentir de los niños! ¡Oh qué necesitado está de ello! Aunque lo bueno, lo realmente positivo es que este relato de “El periquito…” termina con un canto a la esperanza.

Y con un canto también a la esperanza, esperanza llena de sublimidad, termina el otro trabajo en prosa, “Viaje a la eternidad”. El cual está dedicado a la estación de Martos. Y, aparte de referir de pasada el abandono de la misma -abandono que será motivo de nostalgia aún en el presente para muchos-, cuenta una historia de unas personas mayores de los años 80. Una situación que, de algún modo, puede darse todavía hoy en bastantes personas de la tercera edad, aunque con problemáticas diferentes, pero de idéntico dramatismo.

La historia de los protagonistas de la obra, Marcelo y Remedios, finaliza en las ruinas de la estación marteña, aunque no cito la localidad. Terminando el relato con una escena tremenda; mas mitigado el dramatismo con unos rasgos de esperanza sublime, como referí antes, por estar sostenidas tales personas una gran confianza en la eternidad junto a Dios Padre.



Presentación del Libro -Isabel de Solís: Soraya. Un cuento de amor en la Alhambra-

Ayto. Martos | El próximo viernes día 15 de junio, a las siete y media de la tarde, en el Salón de Actos de la Casa Municipal de Cultura Francisco Delicado, la periodista granadina Brígida Gallego-Coín presentará su primera novela” Isabel de Solís, Soraya. Un cuento de amor en la Alhambra”.

La novela, de corte histórico, narra la vida de la marteña Isabel de Solís. En ella, Brígida nos cuenta la historia de amor que vivió la joven cristiana Isabel de Solís, que fue hecha prisionera por los nazaríes y acabó convertida en sultana del reino de Granada, bajo el nombre de Soraya, por su relación con Mulay Hacen, padre de Boabdil.

La novela, alcanza ya su tercera edición, la autora firmará ejemplares tras la presentación a todos los asistentes al acto.



Ayudas para la adquisición de Libros Escolares para el Curso 2012-2013

Ayto. Martos | El Ayuntamiento de Martos, Caritas y algunas Cofradías de la localidad, ponen en marcha la nueva convocatoria de Ayuda para la adquisición de los Libros Escolares para el curso 2012/2013.

El objeto de la presente convocatoria es regular la concesión de ayudas para libros escolares, destinadas a familias residentes en Martos y Anejos con hijos/as que cursen durante el próximo curso escolar estudios de Educación Infantil en los Centros Escolares de la localidad y cuyos ingresos familiares no superen dos veces el IPREM correspondiente al año 2011.

Las solicitudes para acogerse al programa, así como la documentación necesaria, podrán recogerse en el Centro de Servicios Sociales, sitio en la C/ Príncipe Felipe, s/n.

El plazo de presentación de solicitudes comenzó el 1 de junio, finalizando el 15 de Junio, en horario de 10,00h a 13,00h y de lunes a viernes.

Estas ayudas serán incompatibles con ayudas de otros organismos o empresas destinadas para este mismo fin.

– Solicitud para ayuda de libros



Angelique Pfitzner presenta en Martos su libro «Compulsiva obsesión»

La escritora Angelique Pfitzner, de origen alemán y afincada en Barcelona, llega a Martos para presentar su primera novela, Compulsiva obsesión.

Su afición por la literatura y el teatro y su gusto por la novela de género negro, le llevaron a escribir esta interesante obra, que transcurre en la ciudad de Richmond, Estados Unidos, y que narra la historia de un asesino en serie que se ha cobrado la vida de diecisiete mujeres, violadas y asesinadas en mitad de la noche.

En Compulsiva obsesión, el lector queda atrapado por el duelo psicológico entre un inspector de policía, atormentado por los fantasmas del pasado, y su psicoanalista, una persona oscura, cuyos métodos agresivos y muy poco ortodoxos complicarán la resolución de un caso atroz que tiene conmovida a toda la ciudad.

El éxito de esta novela, que ya alcanza su tercera edición, ha traído a su autora hasta Martos.

Vamos a poder asistir a la presentación de su libro y a la firma de ejemplares el próximo 4 de abril, a las siete de la tarde, en el Salón de Actos de la Casa Municipal de Cultura Francisco Delicado.