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CARNAVAL DE IDA Y VUELTA… Lara de Tucci

Lara de Tucci | En el inicio de la Cuaresma, de nuevo nos encontramos inmersos en otro “carnaval”; distinto, eso sí, del que hemos dejado atrás hace tres días escasos, camuflados durante setenta y dos horas en apariencias inusuales y camufladas las maneras de pensar y los mismos caracteres bajo los más variados disfraces.

Todo, como queriendo decir, al tiempo que la diversión se alargaba hasta el cansancio, que otras formas de vida pueden tener lugar en los individuales modos de entender la existencia humana. Sirviendo los disfraces para engañar y confundir a los demás con identidades extrañas, y que son, en ocasiones, menos carnavalescas que aquellas que identifican realmente a los que hacen uso de la mascara e, incluso, identifican a cuantos se entusiasman con ver los desfiles por calles y plazas.

Apariencias inusuales que se adoptan reagrupados en pasacalles, murgas y charangas, y que, armados de burla los intervinientes, hasta se someten a dictámenes de jurados que calificarán los diferentes aspectos festivos y aliñados de argucias que se montan para no caer en la cuenta de que la mayoría de los miembros de la sociedad se desenvuelven, durante los trescientos sesenta y cinco días del año, en un continuo torbellino de acondicionamiento artificial; alimentado y sostenido por caprichos y vanidades, y tal vez propiciado por líderes figurones; por unos personajes bien conocidos de todos y que a casi todos embaucan, muchas veces con una facilidad que ni ellos mismos, en el ejercicio de sus habilidades instrumentalizadoras, se proponen.

Todas las capitales españolas, aunque con diferenciación de modos y costumbres, han vibrado en sus respectivas vías urbanas con la puesta en escena de populares y polifacéticas parodias interpretadas por máscaras; cuyas representaciones, como ocurre siempre en estos casos, los públicos han hecho suyas con sumo placer. Y eso que siempre hay parodias que son imitaciones burlescas que se escenifican para ridiculizar, llegando a veces al escarnio, a colectivos enteros y, por ende, a personajes con más o menos representatividad en el pueblo y en las instituciones.

Y aunque se dan casos de actuaciones con estilosas maneras de delicadeza y respeto para con los personajes imitados; en ocasiones, las mofas, críticas y “denuncias” figurativas son actuaciones habilitadas con actitudes de chabacanería que, tras ser vistas por los públicos, dejan en las mayorías de las gentes cierto regusto por servirse de las mismas con el fin de zaherir también sin ningún respeto a quienes las máscaras han mostrado con estudiado sarcasmo.

Pero toda la crítica y la burla, pasadas las fiestas, bien puede decirse que se las merecen igualmente las máscaras y los mismos espectadores -léase la sociedad de hoy- cuando, al guardar las indumentarias carnavalescas, aparecen precisamente esas figuras que durante la mayor parte del año se desenvuelven en una existencia llena de despropósitos, y que, en las sinrazones, hallan el caldo de cultivo para las extravagancias, las desidias, la carencia de edificantes compromisos y, por consiguiente, el abandono de observancias de una positiva conducta. En definitiva, de esas honrosas maneras que el mundo tanto necesita para mejorar la convivencia humana.

Así las cosas, el esperpento de un “carnaval” fuera de su tiempo, casi nos es familiar por tratarse de la condición del hombre, siempre imperfecta y, en ocasiones, carente de sentido común. Aunque tales defectos los identificamos erróneamente en la práctica cotidiana como juiciosos y sensatos razonamientos.

Todo lo cual forma el fenómeno que se critica camuflados tras las caretas y arropados en el estruendo y el jolgorio festivo. Es como si, en el plano individual, cada máscara pretendiera durante tres días dejar de interpretarse así misma en los escenarios nada correctos, que también los hay, de la existencia real. Puesto que, una vez celebrado el Carnaval, se encuentra incapacitada para ello a causa de la cotidiana dinámica que, imparable, todo lo envuelve. La dinámica que imponen muchas formas de vida absurdas y desordenadas, y poco menos que generalizadas.

Como si los progresos de toda índole de los tiempos actuales manipularan y desfiguraran la personalidad de quienes se sirven de ellos. Atentos los individuos, generalmente hablando, solo a las banalidades que alimentan las apariencias; las que se escenifican con amañado arte y se presencian con placer durante los tres días de Carnaval, creyéndolas banalidades que únicamente aquejan al prójimo.



El Rincón de Paco Teva… INVIERNO FRÍO Y HELADERO

Estamos en invierno, una de las cuatro estaciones de clima templado y se caracteriza por días cortos, noches largas y temperaturas bajas a medida que nos alejamos del Ecuador (círculo máximo, que pasa por el centro y divide a la esfera terrestre en dos mitades, dos hemisferios: norte y sur). El solsticio de invierno y el solsticio de verano, así llamados los días en que ambos entran, marcan las mayores diferencias entre el día y la noche. En el de invierno, el día es el más corto y la noche más larga y en el de verano, al contrario. El invierno, para 2012-2013, entró el 21 de diciembre de 2012 a las 12h, 12m hora oficial peninsular, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional.

Es notorio y casi normal que, en estas latitudes, nos quejemos del frío invernal, acostumbrados a disfrutar de suaves temperaturas; sin embargo el frío en invierno tiene su magia, pues salimos de la monotonía de un tiempo casi sin cambios, prácticamente plano. En un día de frío, es maravilloso el fuego en la chimenea, al amor de las llamas, que dibujan figuras inciertas y exóticas. Antiguamente en todas las casas había chimenea, generalmente en la cocina, que era una pieza grande y, por supuesto, el centro de reunión de la familia y los amigos. Hoy, como se vive en pisos, por lo general, sólo el que tiene una gran casa puede disfrutar de una buena chimenea para solaz de los indicados: familia y amigos. En esa atmósfera tibia y confortable, es una gozada leer, conversar, soñar, comer los churrasquitos preparados con cariño, las exquisitas «migas», que casi todos sabemos hacer, beber unos buenos vasos de vino y no sé cuántas cosas más. En Martos, en esos pocos días crudos, que hay a lo largo del invierno, es muy corriente que aparezcan las fuertes heladas, que dejan el campo y los tejados con ese color blanco característico, como si los hubieran pintado y que nos hacen exclamar: «vaya paloma que ha caído», una penalidad más para los sufridos aceituneros. También, es algo especial ver nevar en nuestro pueblo, hacer fotos de sus calles, plazas, parque etc., jugar con la nieve como algo insólito y extraordinario, pensando que es un regalo de la naturaleza, que, quizá, no volvamos a ver en algunos años. Sin embargo, la cuestión es que en nuestro pueblo, aunque nieve poco, nieva a lo largo de todo el invierno, en varias ocasiones, por supuesto los inviernos, que vienen buenos. Yo, he visto nevar en fechas muy próximas a la primavera, el día de San Juan de Dios, que si no recuerdo mal es el día 7 de marzo. En las fechas, que estoy escribiendo el artículo, la fiesta de LA CANDELARIA, SAN BLAS …..ha nevado algunos años, hasta el punto de tener que ir a bendecir las roscas, tradición en nuestro pueblo, con gran cuidado, pues el peligro de tener un accidente era muy alto.

Una de estas nevadas, cada vez más escasas, inspiró estos versos, que pongo a continuación. Y como creo en el refrán AÑO DE NIEVES, AÑO DE BIENES, pido para que las nevadas en los inviernos marteños no falten.

AÑO DE NIEVES

Los árboles de mi calle,
ateridos, hacen guardia,
despojados de sus trajes
tejidos con esmeraldas.

El frío es seco, agudo
como pinchazo de faca,
que acelera nuestro pulso
enrojeciendo la cara.

Nubes de color incierto
han cubierto la mañana,
del cielo bajan brillando
cristales de luna blanca.

Los copos son más espesos,
un manto están dibujando
de luminosos reflejos
de armiño, jazmín y nardos.

No son verdes, ya, los árboles,
ni muestran peladas ramas,
que lucen camisas blancas,
cual desfile de fantasmas.

Sigue nevando, no para,
espesa alfombra, sin huellas,
veo desde mi atalaya
en azoteas lejanas.

Terrones blancos de azúcar
son los coches aparcados,
rebozados de merengue
y corazón congelado.

Nuestros campos de olivar
con sus soldaditos blancos,
gota a gota beberán
los hilillos de su manto.

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



Desde las Llanuras… A como sale el Apendicitis

¿Absurdo título verdad? Más si cabe, cuando estas líneas se escriben desde el país, que lleva muchos años siendo referente en sanidad de calidad y pública.

El otro día, leyendo una de las millones de cartas, que las compañías de seguros médicos americanas envían a sus clientes cada año, comunicándoles los cambios en sus pólizas, imaginaba como se deben de sentir, cada vez que vean, que les han suspendido la cobertura de quimioterapia, la de diálisis o las patologías del órgano reproductor (por poner un ejemplo). ¿Que pueden hacer?

Pierden su tiempo buscando otras ofertas en el mercado, se arriesgan a pasar un año sin esa cobertura o simplemente hacen cálculos para saber si llegado el caso se lo podrían permitir. Que paranormal es todo en el ombligo del mundo. Tan poderoso y desarrollado, como inmoral, hasta el punto de que cualquiera lleve una recortada bajo la gabardina, que un autónomo o empleado en una pequeña empresa no tengan derecho a constiparse, que puedan electrocutar a una persona en algunos Estados o dejar morir a 72 al año por no disponer de asistencia médica. Que quieren que les diga, a veces me siento orgulloso de la vieja Europa.

Estas cartas llegan cada día. Es algo habitual. Y pasa por la sencilla razón, del exceso de burocracia. Todo funciona con papeles, y como estos papeles tan técnicos el común de los mortales no los entendemos, firmamos tratamientos médicos que no nos han hecho, facturas abultadas, pruebas innecesarias y caras. Lógicamente el hospital saca beneficio y la aseguradora lo repercute al cliente. Un latrocinio en toda regla, para llenar los bolsillos de unos pocos.

Otro daño colateral de la civilización que se guía por teorías ideológicas. Teorías, como esa que algunos llamamos libre mercado, otros hemos acordado ponerle el mote de capitalismo salvaje y así a bote pronto, bien podríamos llamar desnaturalización evolutiva. Hemos evolucionado tanto, que nos privamos de lo que un día disfrutaron nuestros ancestros. El pensamiento interno y profundo, más allá de ideologías preconcebidas. Hemos pasado de luchar por la felicidad con esfuerzo y dedicación (aquella que cada ser humano anhele, da igual) a conformarnos con ráfagas de satisfacción, generalmente conseguidas a través del dinero. Nos compramos unos zapatos, el coche que nos gusta, el teléfono con el que fardar, y al poco tiempo, esa felicidad se pasa y necesitamos sustituirla. Eso es normal, el ser humano necesita de sueños para vivir. El problema es que cuando estos se consiguen gracias al dinero, normalmente duran poco. Escasean las personas que buscan sus sueños con esfuerzo, con dedicación, disciplina. Es más fácil soñar con algo que se puede comprar con dinero.

Después de leer la dichosa carta, continué con mi ronda de información, esta vez de actualidad. De nuevo la misma cantinela. La herencia del Gobierno anterior, (como si no supiéramos a estas alturas, que por norma general las herencias traen problemas), el déficit, chorizos con corbata, desempleo, un señor con gafas y barba al lado de Rajoy que dicen que es su doble, (todavía estoy aturdido de la impresión que causa ver como se pierde el tiempo periodístico en este tipo de cosas, como si no hubiera otras más importantes) y urgencias cerradas en Castilla- La Mancha, porque no son rentables. ¿¿Como?? Si ya empezamos a ponerle precio a la salud en España mal vamos.

Sigo con la actualidad. Uno que firma como duque em… Palma….do, columnistas de oro, más desempleo y el personal sanitario de Madrid, en pie de guerra para que no se privatice la sanidad. ¿¿Como?? No habíamos quedado que nuestro sistema de salud era envidiable. La OCDE lo califica, como uno de los sistemas sanitarios más económicos del mundo »desarrollado». Con un coste de 1.400 € al año por persona, un dato muy por debajo de la media de la Unión Europea, e infinitamente inferior a la de EEUU, no es lógico pensar que incluso está por debajo de nuestras posibilidades. Que incluso lo podemos mejorar, aunque en el camino haya que hacerlo más eficiente.

¿Que más da quien lo gestione, entonces? Si es un sistema asequible, público, universal y gratuito, para que dejarlo en manos de la codicia. No hemos aprendido que la avaricia de la gran empresa privada cuando se mete a negociar con lo esencial del ser humano, destroza el alma de las personas y causa dolor. Que me dicen del drama de los desahucios. O del silencioso drama de la alimentación. Ese que sucede en el contenedor de su calle, y que organizaciones como Cáritas y Cruz Roja con todo el esfuerzo humano posible ayudan a paliar en la medida de lo posible, mientras que los agricultores de España tiran a la basura sus cosechas porque el mercado lo monopolizan dos o tres empresas con las que no pueden negociar. Y ahora se nos ocurre también negociar con la salud, el único activo junto con la educación que nos queda como sociedad, alejado de la rapiña empresarial (la poca que hay sin escrúpulos, por favor que no se generalice porque necesitamos a los buenos empresarios).

Privatizar la sanidad, no es la solución, solo parte de un problema que se agravará cuando entren en juego intereses comerciales, y que en un escenario catastrofista puede derivar a una sanidad paralela a través de ONG’s, que con los medios de los que disponen, solo es posible compararla con las casas de beneficencia de la Edad Media, y además habrá que estarles agradecidos por su labor desinteresada pero flagrantemente insuficiente.

¿Por qué no nos hablan claro? Si la Seguridad Social está a punto del colapso, no es por el coste de sus servicios sanitarios, es porque no han conseguido incentivar el empleo. Es el fracaso más rotundo de la política en este país. Si la Seguridad Social está en situación deficitaria es porque tiene un problema que aún ningún partido político se ha atrevido a abordar. Haciendo un sencillo ejercicio de razonamiento, si cada vez vivimos más años y por lo tanto somos cada vez más pensionistas, tenemos menos hijos, y los inmigrantes que necesitamos (los que vienen a trabajar y a cotizar) se van porque no encuentran trabajo, es imposible mantener el nivel adquisitivo de las pensiones, tal y como las conocemos. Sin cortapisas, si hoy la pensión de jubilación en España, cubierta por el Estado, es mala e ineficaz, ¿Como será dentro de 30 años? Creo que todos tenemos claro, que de existir, no será más que una simple compensación de subsistencia. Entonces porque no nos incentivan para buscar formulas privadas complementarias a esa jubilación. Activos financieros, inmobiliarios, rústicos….cualquier forma de prevención ante la disminución de ingresos que supone la jubilación y abordan en serio un problema que si se posterga en el tiempo se volverá traumático. Tal vez, la primera medida, sería enseñar esos sistemas complementarios de jubilación desde los colegios e institutos y hacer campañas para informar y formar a toda la sociedad sobre la importancia del ahorro.

Obviamente, estoy haciendo políticas de taberna. Esa que suele darse entre amigos que intentan cambiar el mundo en un momento, pero en mi opinión no es ninguna locura separar cuando opinamos sobre la Seguridad Social española, lo que es asistencia sanitaria y pensiones, ya que entonces nos volvemos más objetivos y realistas. Puede ser que si nuestros profesionales políticos, escucharan los tabernarios debates, trabajarían mucho más cerca de la realidad que tanto esquivan.



BAÑOS ÁRABES DE JAÉN… Lara de Tucci

Lara de Tucci | Haciéndome eco de la Feria del Turismo (FITUR), que estos días se celebra en Madrid, me complace publicar en MARTOS AL DÍA un comentario acerca de uno de los muchos atractivos turísticos que hay en la provincia del Santo Reino. Se trata de los Baños Árabes de la ciudad de Jaén; cuya singularidad cabe de lleno en la faceta del Turismo Cultural, que se promociona desde hace años como alternativa a la de Sol y Playa.

En lo de ofrecerle atractivos culturales a los visitantes, Jaén capital, desde luego, no sólo no se queda a la zaga de otras partes de Andalucía, sino que incluso las sobrepasa en ciertas referencias. Tales son los casos de la Catedral renacentista, el Castillo de Santa Catalina y los Baños Árabes, amén del propio Museo Provincial.

Pero yo resalto aquí, por ser una construcción que recuerda y promociona el estilo andalusí, los Baños Árabes, como he escrito más arriba. Que están situados en el palacio de Villardompardo, un edificio que se construiría sobre ellos, como tratando -sin proponérselo los constructores del mismo- de salvaguardar para nuestra admiración y para admiración también de las generaciones que habrán de seguirnos, la obra más importante de este género existente en España y tal vez en toda Europa. Obra justamente ganadora, tras ser redescubierta y restaurada, con el Premio “Europa Nostra” en 1984.

Son los Baños Árabes jiennenses un lugar mágico en la capital del Santo Reino y son, sin duda, depositarios de enigmáticas historias de los siglos, IX al XIII, los del apogeo y el declive de su uso. Pues el edificio en cuestión era un lugar de encuentro de lo más selecto de la sociedad árabe de Jaén en aquel período de la Edad Media. De gentes que se reunían en sus salas para relacionarse, impulsadas por el prestigio que los baños públicos tenían para los musulmanes cultos.

Al respecto, téngase en cuenta además que los Baños Árabes era una edificación civil de bastante renombre en la época, estando equidistantes de las dos principales mezquitas (aljamas) que había en Jaén: que se localizaban donde hoy se hallan la Catedral y la iglesia de la Magdalena.

Nótese, de la misma manera, que los encuentros de aquellos antiguos moradores de Jaén en los Baños Árabes se realizaban, principalmente, siguiendo las nobles recomendaciones del profeta Mahoma: “limpieza para el alma y para el cuerpo”. Y hay que suponer que las conversaciones mantenidas por los usuarios girarían en torno a aspectos referentes a las conquistas y reconquistas de aquellos años; a las batallas que las propiciaban, y, también, sobre los hábitos, las costumbres y la cultura popular de una sociedad que estaba dotada de rasgos refinados, y que dejó en nosotros un considerable cúmulo de manifestaciones y de particularidades en casi todas las facetas del saber.

Por eso incluso es fácil imaginar dentro de los baños, entre sus columnas de liso fuste y bajo los arcos de herradura que realzan su arquitectura, a cadíes, alfaquíes y almocríes, así como a otros personajes influyentes de la ciudad, discerniendo y debatiendo igualmente, con la fina cortesía que les exigía su fe, acerca, por ejemplo, de los pasajes del Corán, de la doctrina expuesta en ese su libro sagrado y, también, sobre otros temas y asuntos de moda del tiempo aquel.

Y con ese alarde imaginativo, estimulado sobre todo por la edificación, captar y hacerse eco, siquiera profanamente, de las explicaciones y aclaraciones que se dieran mutuamente los contertulios que aparecerían envueltos en los tenues rayos de sol penetrantes con dificultad por las lucernas en forma de estrella allí existentes y que hoy todavía nos seducen. Orificios, por otra parte, que dejarían escapar, también con dificultad, el vapor de agua caliente empleada en las abluciones.

Pero al margen de todo eso, los Baños Árabes son, en sí mismos, una permanente muestra cultural de la Jaén de hoy, muy apropiados para ser reclamo turístico de primer orden. Compruébelo el lector, si no, y acérquese a ellos con el mismo interés con que lo hacen los que vienen de fuera de nuestra provincia e, incluso, del extranjero. Y ya en el apoditerium o vestíbulo de los mismos podrá quedar satisfecho con las imágenes, siempre recreadas en el pensamiento, de marlotas y almalafas, de aljubas y de chilabas allí colgadas o puestas sobre alhamíes. Prendas pertenecientes a unos usuarios que estarían relajándose en el tepidarium o sala de agua templada. Estancia que era también espacio para transmisiones orales de historias y leyendas que, para nuestra mentalidad, tienen el encanto de lo hermético o escasamente aclaratorio, con el aderezo de sus creencias mahometanas y sanas costumbres, entre las que el reposo y el sosiego del alma constituían el fundamento de otros valores sociales y espirituales. Pero hay que imaginarse todo esto haciendo excepción del fundamentalismo integrista de ciertos sectores mahometanos de nuestro tiempo.



El Rincón de Paco Teva… SOLDADITO ESPAÑOL

Los que me conocen y, quizá, muchos de los lectores, por haberlo indicado en algún artículo, saben que me gusta la música militar, las marchas militares. Es algo que llevo dentro y que me enerva y emociona sin poderlo remediar. Cuando estoy tranquilo y descansando en mi casa y si puede ser con una copita de vino delante, pongo algunas marchas militares y disfruto muchísimo y me transformo en un militar y recuerdo cosas de cuando hice el Servicio. Posiblemente sean los flecos de una frustración, que en el fondo de mi espíritu subyacen como testigos de una época pasada, que de haberse materializado hubieran dado un cambio en mi vida, no sé si para bien o para mal.

Una de las melodías que, seguramente, más me gustan es SOLDADITO ESPAÑOL, el nombre de una marcha (pasodoble) militar (1927), adoptada por Las Fuerzas Armadas como himno militar. Su autor es Jacinto Guerrero compositor de zarzuelas como Los Gavilanes, El Huésped del Sevillano, La Rosa del Azafrán…..Esta bonita y pegadiza marcha, como todas ellas, fue incluida en la revista musical «La orgía dorada», 1928, de Pedro Muñoz Seca. Su letra es significativa y sugerente. La primera estrofa dice: al sonar de los tambores/ y al compás de tararí/ no hay un hombre que se precie/ que no sienta un algo aquí. Y, naturalmente, hace que tu corazón, por la emoción, vaya latiendo cada vez más deprisa y que todas tus fibras sensibles se conmuevan en un alarde, yo diría que de patriotismo, patriotismo bien entendido. Entonces se me arremolinan todos los recuerdo de mi vida militar (mi Servicio Militar): la Jura de Bandera en una perfecta formación, el momento en que mi mano cogió la bandera para besarla, el desfile de nueve en fondo al compás de «Los Voluntarios», el paso por debajo de la bandera roja y gualda…….

Por eso, al hilo de todo esto, quiero contar algo que oí en un medio de comunicación y que me dejó, cuando menos, preocupado, si no frustrado después de todo lo que antecede. Dicho medio decía que, con motivo de la huelga de los empleados de la empresa de recogida de basura de Granada (la huelga lleva 11 días en el momento de escribir este artículo y la hermosa ciudad de Granada es un puro basurero), el Alcalde de la ciudad, señor Torres Hurtado si no recuerdo mal, había pedido al Ministerio de Defensa que enviara un contingente militar para poner remedio a esta situación de caos, suciedad, malos olores y desprestigio para la ciudad de la Alhambra, centro de atracción de miles de turistas.
Yo, particularmente, y muchas personas más con un grado mínimo de estética nacional y con no menos orgullo de nuestras F. A., consideramos que eso, ya, es pasarse unos cuantos pueblos en la apreciación de la labor de nuestros ejércitos (tierra, mar y aire).

Como demócrata constitucional, quiero traer para su recuerdo lo que dice el Artículo 8 de nuestra vigente Constitución de 1978:

» 1.-Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional
2.-Una ley orgánica regulará las bases de la organización militar conforme a los principios de la presente Constitución. «

Lo pretendido por el Alcalde de Granada, seguramente por un agobio más que evidente, parece una mala interpretación de lo prevenido en nuestra C. E. y un querer solucionar su problema sin más miramientos. Si, es verdad que hay una UNIDAD MILITAR DE EMERGENCIAS (U. M. E.), para ayudar en caso de calamidades importantes, que afecten a la población civil: incendios, inundaciones, terremotos ….. y, yo, entiendo que está muy bien dispuesto que un contingente, preparado para esas misiones, con el material necesario, con una dedicación exclusiva, exista para esos casos muy tasados y previstos. Lo que no me vale, y es mi opinión, que nuestros ejércitos sirvan de basureros, como esquiroles, en una huelga de recogida de basura, porque los trabajadores y la empresa no se pongan de acuerdo. Sean controladores aéreos en determinadas ocasiones. Sean conductores de trenes o del Metro, en otras o, qué se yo, tengan recoger la aceituna en Martos, pues una huelga salvaje pueda poner en peligro la recogida de esos pequeños odres, preludio de nuestro oro líquido, nuestro aceite reconocido mundialmente.

Para terminar, decir, simplemente, que soy un español, a caballo entre dos siglos, con el corazón tierno y las lágrimas fáciles, que ha «disfrutado» de dos regímenes políticos, muy distintos, que ambos me han curtido y han grabado mi piel. Por eso es difícil, que a estas alturas, no me emocione y tiemble, y creo que con eso no hago daño a nadie, cuando oigo esta letra al compás de la música: «Soldadito español/ soldadito valiente/ el orgullo del sol/ es besarte la frente.»

19-01-2013 (Es posible que cuando aparezca el artículo publicado, no exista el problema de la basura por haber llegado a un acuerdo. Ojala sea así para bien de Granada y sus habitantes. No obstante he querido dejar clara mi opinión , al respecto.)

21-01-2013 (La huelga ha concluido tras 13 días de paros que han acumulado en las calles de Granada más de 2.300 toneladas de basura.)

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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



Desde las Llanuras… Incomprendido Republicano

Y de repente, tal vez cosas del destino o tal vez por desatender mucho tiempo a los viejos amigos, me encontré en la sede de las juventudes comunistas de una ciudad no muy lejana, con una copa de whisky en la mano, por cierto no precisamente barato, y rodeado de banderas revolucionarias, que he de reconocer me agradaban, porque en cierto modo contribuyeron en el siglo pasado a construir el mundo que hoy conocemos, viejos posters de líderes políticos como algunos dirían, y otros de sanguinarios asesinos, me digan lo que me digan y banderas asequibles a mi humilde raciocinio mezcladas con otras cargadas de condescendencia e imprecisión histórica.

No sé si por efecto del buen whisky, que cuando es de gorra tiene efectos milagrosos, o por el carácter asertivo que a veces me ilumina, metiéndome en fregaos de los que luego me arrepiento, volví al siglo XXI, dejando el siglo anterior solamente en manos del envoltorio de aquel despacho de pan, que recordando mi niñez era aquella sala en la que me encontraba.

La verdad es que cuando me hablan de ideologías de manual, esas que se aprenden sus conceptos como el Padrenuestro, y se predican a bombo y platillo, sea quien sea el interlocutor, no puedo más que reprimir una sonrisa. Lo siento, no me creo nada. Son antiguallas de otro tiempo, como en su día dijo el deslucido Rajoy.

El comunismo, es una teoría tan magnífica, que nunca ha funcionado por ser pura utopía más propia de seres perfectos, lo que afortunadamente no somos. El socialismo está agotado, yo diría fundido. El capitalismo salvaje, promovido por los sectores liberales, o como dirían otros simplificándolo todo, la derecha, además de injusto, es inhumano, mezquino y ha acabado con la mayor situación de emergencia social, desde que nos consideramos modernos y democráticos.

Todo pura teoría, para predicadores que aún viven en el siglo pasado.

¿Acaso no está claro que en pleno siglo XXI, la política se debe concebir de manera distinta?. La información fluye por las redes, la historia nos demuestra el fracaso y colapso de toda ideología y la sociedad demanda políticas concretas en momentos concretos y por personas honestas, que solo busquen el bien común. Los partidos políticos solo son la estructura legal, y su carga ideológica, sin dejar de ser importante, solo está en segundo plano y la sacan a relucir o la esconden según convenga, a la temida frase «intereses de partido». Creo que no hay frase que me asuste más.

Pero en ese momento, rodeado de símbolos de otro siglo y mi copa en la mano, la verdad es que no tenía muchas ganas de crear conflicto. Por lo que desde el principio rechacé amablemente, las invitaciones a afiliarme al partido, con la excusa de que yo no residía en la ciudad y a base de esfuerzos para fingir que no me interesaba la política. Todo discurría tranquilo, salvo algún pesado dándome clases de historia, mientras me llevaba de una pared a otra explicándome con más fe que razón aquellos símbolos y banderas. El problema es que nadie sabía, que soy un republicano convencido. Un republicano que no busca venganza por nada (y por mi historia familiar bien podría buscarla, de un lado u otro), que solo considera que tarde o temprano España dará un paso más allá en su construcción, para dejar paso a la lógica. Y por lógica algún día la sociedad por mayoría absoluta y aplastante, reclamará que en un país estable (y considero a este país como estable, más allá de algún político iluminado, que se cree el mesías de sus súbditos), un país civilizado y con la suficiente madurez democrática no necesita mantener a una familia, llámese Real.

Sin prisas. Sin revoluciones ni discordia. Todo a su tiempo. De momento Juan Carlos I, no me molesta para nada, aunque a veces parezca que quiere vivir de las rentas del 23-F. Algunos miembros de su familia, si que escuecen mucho más.

Con mí, YO REPUBLICANO, encendido, (era la única manera de integrarme en aquel ambiente), el cansino historiador, me plantó enfrente de una bandera tricolor, de la II República. La majestuosidad de sus palabras me sacaron de aquella ensoñación en la que me encontraba, no sé si por la media copa de whisky que llevaba o por la carga de propaganda que me rodeaba, haciendo que aquel erudito, que se me estaba haciendo demasiado cargante, se enfadara conmigo.

-¡Algún día volveremos a ver esa bandera en las instituciones, y que se jodan los fachas!- Me dijo.

-Ese día emigraré a Camerún- Contesté casi sin pensar. Estoy seguro que viviré más tranquilo. Esa bandera, por mucho que hondeé en manifestaciones pacíficas a manos de gente honesta, solo es un símbolo de revancha. ¿Cómo vamos a pasar página si no solo buscamos justicia y reconocimiento a las víctimas? Buscamos cambiar una bandera asentada en nuestro país, aunque el escudo haya cambiado algunas veces, (y recuerdo tanto en dictaduras o reinados, como democracia, o como también en la I República) por otra sin rigor histórico inventada por la envidia, el odio y la ignorancia.

La envidia, de querer parecernos a la Francia de la libertad, igualdad y fraternidad, cuando nada tenemos que ver, con otra bandera tricolor.
El odio acumulado durante siglos a los Borbones, y a su representante más frágil, que reinaba en aquel momento y como revancha a una dictadura militar.
Y la ignorancia interesada. El color morado dicen que representa a los comuneros de Castilla. Como si aquel movimiento, en vez de buscar un rey castellano, fuera precursor del republicanismo y olvidando que esa bandera nada tiene que ver con ellos, solo es la que utilizan los movimientos castellanistas.

Pienso que si queremos pasar página a la historia trágica de España, no nos podemos perder en el ansia de revancha e imponer símbolos que puedan crear discordia. Aquello pasó, y está bien que se recupera la memoria de los olvidados durante décadas, que se luche porque nunca más se vuelva a repetir, pero con el espíritu constructivo que nuestro mundo demanda. La Monarquía caerá por su propio peso, como lo hizo en 1873, y lo más esperanzador es que entonces tendremos una sociedad, que solo conoce la democracia como forma de administrar un país, por lo que todo estará mejor organizado y planificado que en aquel conato de progreso administrativo. Mientras tanto, me seguirá irritando ver la bandera tricolor, porque solo refleja rencor.
El rencor con el que se proclamó el 14 de abril de 1931, después de una dictadura militar y los sucesos de Jaca y que no se supo reprimir hasta que otro militar usurpó el poder a base de sangre y fuego. Menos mal que de eso si aprendimos, y ahora los militares están muy bien donde están, sirviendo a su país y sin meterse en política.

Aún no había terminado mi copa, cuando me sentí como un ratón en una fiesta de serpientes. Parece que no gustó mucho, que un republicano no acepte una bandera tricolor. Pero lo que ese republicano no acepta, es perder el tiempo en banalidades y símbolos que solo incitan dolor. República sí, pero no a cualquier precio. Que ya somos mayores, en esto de la civilización.

Me despido, como en aquella reunión, donde me empecé a sentir observado e incomodo, dando el último trago al vaso (esta vez es café calentito) y afirmando

–No era mi intención molestar a nadie, solo daba mi opinión-

Emilio Almodóvar



MAREAR LA PERDIZ… Lara de Tucci

Lara de Tucci |No sé si se acordará el lector de que, estando Mariano Rajoy en la oposición, no había debate en el Congreso en el que no le lanzara a Zapatero la frase que da título este artículo: “marear la perdiz”. “Para salir del atolladero en el que nos encontramos, señor Presidente -le dijo desde el estrado en una ocasión-, usted no hace nada positivo; usted no hace más que marear la perdiz, y así no vamos a ninguna parte; así estaremos los españoles en crisis permanente”.

¡Claro que Zapatero mareaba la perdiz en el tema de la economía, esperando, pero sin creérselo, que los problemas se irían resolviendo por sí solos y volverían a crearse puestos de trabajo! Cómo no iba a marear la perdiz, había que haberle dicho al señor Rajoy, si coger el toro por los cuernos (léase aplicar recortes donde hubiera sido necesario, con otras medidas por el estilo) habría sido para él y para todo el equipo de Gobierno que presidía una vergüenza política, un descrédito mayúsculo, dadas las alarmas sociales que habría creado.

Alarmas que estamos viviendo desde que el actual jefe del Ejecutivo tomara las riendas de la gobernabilidad del país hace ya más de un año y se arremangara para abordar cuanto desde el Gobierno creen necesario para dejar atrás, aunque sea a pasos de tortuga, esta crisis antes de que se haga crónica y acabe definitivamente con el llamado “estado del bienestar”.

Porque se pueden llamar alarmas, y de considerable magnitud, las que están provocando infinidad de huelgas, numerosas manifestaciones y protestas -unas diez diarias solo en Madrid-, con sabotajes en el Metro incluidos e, incluso, concentraciones en torno al edificio de las Cortes, y amenazas de tomarlo. En lo que cabe añadir que todo esto se magnifica, principalmente, por ser el PP el que ostenta la mayoría en el Congreso y ser un Gobierno de dicho grupo el que está actuando, quizá con bastante precipitación, eso sí, y no se sabe sin con acierto, de acuerdo con las exigencias que le imponen la cruda realidad de las cuentas públicas y el déficit que arrastramos.

El Gobierno de Zapatero aguantó algo tales efectos alarmantes de las inquietudes sociales. Pero ni mucho menos en las proporciones que están desgastando a Rajoy. Y ahí puede estar la “prudencia” del anterior Presidente en su postura de solo “marear la perdiz”. Pues él, tras iniciar su segunda legislatura, ya había tomado la decisión de no volver a presentarse a unas elecciones. Y, en ese sentido, pensaría que era mejor para su propia imagen política dejarle el marrón de las duras medidas a tomar a quien le sucediera; ya fuera alguien de su mismo partido si el PSOE volvía a tener el Poder -tuvieron la suerte de que no fue así- o a Rajoy si el PP lograba la mayoría.

Bien sabía Zapatero -vuelvo a recalcar- lo que había que hacer para contrarrestar los estragos de la crisis económica. Pero las medidas a tomar, ya lo estamos comprobando, eran muy complicadas; tan complicadas, que, pensaría él, era mejor salir de la situación parcheando -mareando la perdiz- y que la impopularidad recayera sobre el que viniere detrás. Por esa posición suya, según todos los indicios, tuvo que salir Solbes del Gobierno.

Así es que Rajoy y su equipo están teniendo que poner en práctica, para intentar crecer y que el empleo comience a despegar en la medida en que todos los españoles deseamos, una serie de ajustes que nos tienen soliviantados a los ciudadanos. Ajustes en Sanidad; en Educación; en infraestructura varias; en las prebendas de los cargos públicos, y prescindiendo de algunos de esos cargos; en el control de las horas de trabajo de los funcionarios, con la eliminación de la paga extra de Navidad y el despido de muchos, sin renovación de los contratos laborales; etc. etc.

Ajustes y recortes que vienen provocados muy especialmente, todo hay que decirlo, por los exagerados déficits de las autonomías; cuyos gobernantes, generalmente hablando, han estado despilfarrando sin control hasta salirse alegremente de los presupuestos. Pero también, los errores en las administraciones de ciertos bancos y de las cajas de ahorro, beneficiándose después con rescates, han sido culpables de que las cuentas del Estado se hallen bajo mínimos. De ahí, todo ese conjunto de medidas de enorme calado impopular, que, para llevarlas a la práctica hay que estar muy seguro de que son las más idóneas para salir de la crisis. Y aun así, tener el pulso firme y no pensar en la pérdida de popularidad para el que las ejecuta, como presidente del Gobierno, ni para todo el grupo político que lidera.

Que esto último fue lo que le impidió a Zapatero, que nadie lo dude, actuar adecuadamente en su segunda legislatura (en la primera se encontró con unas cuentas saneadas por la gestión de Aznar), cuando las constructoras empezaban a dar avisos de insolvencia y una tras otra caían en el pozo de la recesión arrastrando consigo a otros sectores de la productividad y acumulando trabajadores en las oficinas del INEM.

Por otra parte hay que convenir que si Zapatero hubiera actuado a su tiempo con la crisis económica, dando los pasos adecuados progresivamente, las medidas que está tomando Rajoy no tendrían que ser tan dramáticas, al venir solucionándose los problemas paso a paso, conforme los pésimos índices económicos estaban reclamando.



Desde las Llanuras…Emilio Almodóvar se incorpora como columnista a Martos al Día

Redacción | A la actual pareja de columnistas de lujo, habituales de Martos al Día, Paco Teva y Lara de Tucci, se incorpora el manchego «medio marteño» Emilio Almodóvar. Tuve la ocasión de conocer en persona a Emilio hace un par de años y es de esos tipos que no te dejan indiferente a la hora de opinar. Cuando lean ustedes sus columnas y relatos entenderán por qué.  Bienvenido Emilio y gracias por sumarte a este equipo, siéntete como en tu casa. Destacar que recientemente ha ganado el  Concurso Literario del Instituto Andaluz de Educación a Distancia, aprovechamos para darle la enhorabuena. Os dejamos con su presentación ante sus, espero, próximos lectores.

Me llamo Emilio Almodóvar, Emilio viene de tradición familiar (José es mi segundo nombre, aunque me lo suelo quitar, porque mi madre me lo puso solo por un cantante que estaba de moda en la época en la que nací, y no me gusta) y como mi apellido indica bien podría tener raíces árabes de las tierras castellanas.

Tomé el ejemplo de mis padres y aprendí a echar raíces en todos los lugares a donde la vida me llevaba. Y así como sin querer, llegue a Martos en 2003 por cuestiones sentimentales. Más tarde, cuestiones laborales me llevaron a Madrid, donde me quedó un grato recuerdo y unas ganas de no volver, al no ser que fuera de vacaciones. Lo siento, no me gustó la experiencia, que sí la ciudad. Considero un privilegio, al que no todo el mundo tiene acceso, el ser de pueblo, que le vamos a hacer.

Mis estudios se encaminaron hacía la administración y las finanzas, y aunque algún titulillo cuelga en mi pared, también de mis padres tomé la idea de que no hay trabajos más dignos que otros, solo oportunidades y experiencias que vivir. Por lo que he trabajado aprovechando todas las oportunidades que han llegado a mis manos.

Hace cuatro años cuando la situación económica empeoró y las oportunidades brillaban por su ausencia, comprendí que el ocio más barato, era el de escribir. Plasmar las ilusiones, las esperanzas, también las frustraciones o descargar la rabia en un papel, me relajaba y más tarde me empezó a hacer feliz. Primero lo hacía a escondidas, pero tras presentar mi primer trabajo (un cuento para niños que ahora leo y me sonrojo) a un grupo de amigos y comprobar su buena acogida, dí el siguiente paso, crear mi propio blog, para escribir lo que me apeteciera cuando me apeteciera y compartirlo con la gente que se tomaba la molestia de leerlo.

Hace dos años, presenté mi primer trabajo a un concurso literario y cuando salieron los ganadores, y leí los relatos entendí que esto era una carrera de fondo. Que tenía mucho que aprender. Por lo que entre relato y relato, artículo y artículo, fui adquiriendo mi propio estilo, y después de dos años, uno de mis trabajos resultó el pasado mes de diciembre ganador del I Concurso Literario del Instituto Andaluz de Educación a Distancia. No solo fue la alegría de ganar, no solo fue el premio, lo más emocionante fue comprobar que después del esfuerzo, siempre llega el reconocimiento, y que ahora objetivos y metas, que parecían inalcanzables no hace mucho tiempo, están un poquito más cerca.

La invitación de Martos al Día, para formar parte de esta gran familia, que somos todos los lectores, administradores, columnistas, foreros es a la vez un reto, otro paso más, y una forma de seguir aprendiendo, pues en realidad es lo que más me ilusiona, seguir cada día siendo un poquito mejor, aprendiendo de los fallos, y dando la importancia que tienen los ciertos en tiempo y forma.



El Rincón de Paco Teva… 2013 ha llegado

Un nuevo año va a comenzar. Las campanadas del «RELOJ», más veloces de lo que quisiéramos, han sido la pauta para comer las tradicionales uvas, las uvas de la suerte (los supersticiosos creen que si no se comen las uvas no se cumplirán nuestros deseos) y han anunciado que el año nuevo, 2013, acaba de empezar. Felicitaciones, besos, abrazos, brindis, deseos y peticiones de lo mejor para uno mismo y para los demás. Esa noche se derrochan buenos augurios y todos pedimos que nuestras expectativas se cumplan de la mejor forma.

La verdad es que son momentos entrañables, sobre todo si estás acompañado de las personas que quieres, y los brindis y los vivas al año que se estrena se repiten y se repiten poniéndonos un poco pesados, seguramente porque las tasas de alcohol se van elevando irremisiblemente. Los disfraces, las serpentinas, las trompetitas, los papelillos, todo invita a divertirse, pues no podemos recibir al nuevo año, centro de todas nuestras esperanzas, con la tristeza que provocan no pocas situaciones, cuando menos no deseadas.

Con la perspectiva de muy pocos días, aún, parece que «EL NUEVO», sigue con el mismo estilo del que acabó: escándalos y desmanes de determinados personajes, que son la vergüenza de una clase política (hay que salvar honrosas excepciones) preocupada más de su interés personal, que del interés general para el que fue elegido. Unos sindicatos que no funcionan (alguna central sindical está en el Tribunal Supremo, porque las subvenciones para cursos de formación han servido para captar afiliaciones). Siguen sin arreglarse los problemas, pero siguen los recortes: ahora nuevo impuesto para la Lotería, el «eurazo» en las recetas, en algunas Comunidades. Descontrol en la «extra» de los funcionarios, pues en algunas Comunidades las adelantan y en otras no…dando la impresión de que estamos en unos «reinos de taifas». Descontrol en los gastos y recortes de las Autonomías, cada una por su sitio. La Casa Real haciendo verdaderos esfuerzos para lavar su imagen. Las podas de muchas cosas, que tenía que hacer el Gobierno, esperando el sueño de los justos. Los bancos sin dar créditos, pero eso sí recibiendo muchos miles de millones de euros para su saneamiento. El paro aumentando cada día sin que ningún agorero de los que han hablado de «brotes verdes» haya acertado en lo más mínimo. En fin, un panorama que no se corresponde con los brindis de hace unos días, pero que nuestra voluntad de superación y nuestro espíritu de denuncia tiene que superar y, efectivamente, esperar que esa mejora, que algunos anuncian, sea tan cierta como las uvas que nos tomamos al compás de las campanadas. ÁNIMO Y ADELANTE.

Para acabar y borrar un poco el malestar de lo anterior, os invito a leer el poema que le escribí al 2013 el mismo 01-01-2013, aún con los efluvios del alcohol, deseando una serie de cosas, que me parecen fundamentales.

V I V A 2 0 1 3

Sana costumbre, y muy nuestra,
tomarnos las doce uvas
al compás de las campanas, que las sientes
como tuyas.

Su sonido familiar nos va marcando
el camino
para devorar con prisa las uvitas
del destino.

Como esculpidas en cera, uvas del Vinalopó,
sin semillas y sin piel,
para seguir sin problemas el ritmo
del carillón.

Un año que se nos va con inexorable
fuerza,
un nuevo año, que viene, cargado con mil
promesas,
muy lleno de expectativas, con propósitos
de enmienda.

Los consejos, que nos damos, forman
una larga lista;
luego, cayéndose van arrumbados, sin ejercicio,
sin vida.

Hemos empezado el año con ideas
renovadas,
con ganas de desterrar las costumbres
anticuadas
y dejar de preocuparse por cosas,
que valen nada.

La comprensión y el cariño, como valores
en alza,
el materialismo duro, que no pese en la
balanza,
el perdón y la disculpa, las monedas
cotidianas.

.

Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



ICONOS DE INTIMIDAD… Lara de Tucci

Lara de Tucci | No hay cultura sin lectura, ni nadie podemos desarrollar la poca o mucha cultura que tengamos si dejamos los libros aparcados lejos del alcance de nuestra vista y desconsideramos los mensajes, las ideas, los datos y las historias que atesoran. Bien entendido esto que digo cuando se trate de libros que sean portadores de positivos valores.

Con estas palabras inicié la presentación de mi libro ICONOS DE INTIMIDAD el pasado día 2 de diciembre en la Casa de la Cultura de nuestra localidad. Presentación en la que me precedió, con su gran estilo, Ramón López, nuestro locutor, y presentación que cerró Juan Moreno Miranda en representación de las respectivas Juntas de Gobierno de las cuatro cofradías que hay en las Trinitarias.

Pero como han sido muchas las personas que se han disculpado por no asistir al acto argumentando que no habían tenido noticias del mismo (cosa algo extraña, pues desde la referida Casa de la Cultura hacen pública la propaganda de todos los eventos que organizan), me permito ahora escribir a modo de artículo en “Martos al día” lo que dije en tal ocasión; que rezaba así:

He venido a presentar este libro a Martos con la ilusión que me produce el hecho de que el importe que se recaude con su venta sea para restaurar la puerta de la iglesia de las Trinitarias; cuyo santo recinto me es tan entrañable y querido desde la temprana niñez.

El libro recoge diferentes poemas, habiéndome sido un ramillete de ellos inspirado por imágenes sagradas de Martos; imágenes que los cofrades de las distintas Hermandades (hay que reconocerles a ellos esa labor llena de inquietudes, más que sociales y culturas, auténticamente religiosas); repito, imágenes que los cofrades tienen en perfecto estado de revista, y que nos sirven como estímulos para reavivar la llama de nuestra fe; que duerme o, cuanto menos, se adormece con frecuencia encandilada por otros motivos que no viene al caso citar ahora aquí.

Pero aparte de los poemas religiosos hay también otros que están inspirados por diferentes temas instalados igualmente en la galería de mi iconografía interior; en los registros de mi forma de pensar y en mi manera de entender los episodios de esta vida nuestra, tan complicada a veces. Episodios que, aunque quisiéramos que todos fueran de agradable componenda social y humana, por circunstancias varias nos encontramos con otros que se presentan revueltos de sinsabores, desengaños, frustraciones y desvelos. Produciendo entonces en nuestra existencia vivencias nada placenteras; las cuales, en mi caso particular, me llevan a plasmarlas con tristeza en el papel; aunque, desde luego, también plasmo las de sintonía agradable; éstas, por cierto, con animosa satisfacción.

Tales poemas, que yo recojo en el apartado de “Iconos de otra naturaleza” y que espero y deseo que sean, como todos los del volumen, del agrado de los lectores; refieren, respectivamente, las llagas de fe en el alma de Santa Teresa. Los terribles atentados del 11-M en Madrid, con el desconcertante y sobrecogedor ruido de la profusión de sirenas llenando los espacios ambientales de la Capital. Las campanas de la Virgen de la Villa, que cuando suenan al unísono ponen en la atmósfera marteña ecos de musicalidad, muy agradables para mí, que se pierden cadenciosamente entre los extensos olivares. La joven que va creciendo con el abandono, lógicamente, de las vivencias de niña, llega a contraer matrimonio y después se separa, dejando un hijo sin el amparo de una familia estable. El canto gregoriano, que suena entre ojivas, bóvedas y capiteles, y que recrea el alma hasta que ésta se siente inundada de sublimidad. Los sonetos a los hijos de SS. MM. los Reyes, en agradecimiento a la monarquía por su enorme apoyo a las libertades públicas; estos sonetos ya los publicó la desaparecida y recordada revistita “Día a día”. Los perfumes del jazmín y de la dama de noche, que despiertan pasiones que pudiéramos considerar eróticas, aunque de un erotismo de depurados sentimientos, que muy bien pudiéramos considerar platónicos. La paternidad del olivo, ahora que celebramos la Fiesta de la Aceituna, árbol de nuestros paisajes, como igualmente de nuestros sueños laborales y, por qué no decirlo, de nuestros anhelos materialistas. Los parados, deambulando por nuestra Plaza antes de que comenzaran a emigrar en diáspora multitudinaria; parados, sí, pero entretenidos con la música de los conciertos domingueros que entonces se daban en dicha Plaza. El joven que, lamentablemente, cae en la trampa de la droga y se da cuenta del error cometido. Y, en fin, otras composiciones poéticas cuyos temas también cuelgan en mi iconografía interior, como vengo diciendo.

Como cuelgan las historias de los dos relatos cortos que hay en el libro. Uno, “El periquito y la rosa amarilla”. El periquito, una avecilla, criatura de Dios -que diría el pobrecillo de Asís-, que realmente existió y que yo mismo enterré junto a un rosal. ¡Qué vivencia, Señor! ¡Qué vivencia! A lo mejor hay quien considera estas cosas infantiloides; pero ¡qué necesitado está nuestro mundo del sentir de los niños! ¡Oh qué necesitado está de ello! Aunque lo bueno, lo realmente positivo es que este relato de “El periquito…” termina con un canto a la esperanza.

Y con un canto también a la esperanza, esperanza llena de sublimidad, termina el otro trabajo en prosa, “Viaje a la eternidad”. El cual está dedicado a la estación de Martos. Y, aparte de referir de pasada el abandono de la misma -abandono que será motivo de nostalgia aún en el presente para muchos-, cuenta una historia de unas personas mayores de los años 80. Una situación que, de algún modo, puede darse todavía hoy en bastantes personas de la tercera edad, aunque con problemáticas diferentes, pero de idéntico dramatismo.

La historia de los protagonistas de la obra, Marcelo y Remedios, finaliza en las ruinas de la estación marteña, aunque no cito la localidad. Terminando el relato con una escena tremenda; mas mitigado el dramatismo con unos rasgos de esperanza sublime, como referí antes, por estar sostenidas tales personas una gran confianza en la eternidad junto a Dios Padre.



El Rincón de Paco Teva… P A Z Y B I E N

Dos palabras, que encierran un sinfín de deseos y que en estas fiestas, que se avecinan, solemos decirnos con más o menos sincera intención. A mí, particularmente, me gustan mucho y, aunque su uso está reservado a estas fechas, mágicas fechas, deberíamos desearnos su más genuino contenido en todos los tiempos, deberían ser extemporáneas, sin paliativos: mucha paz y muchos bienes. Porque, insisto, parece que cuando tenemos que estar muy saludables, tener mucha felicidad, vivir pacíficamente, tener un lucrativo trabajo y, qué sé yo cuántas cosas más, es ahora, en Navidad y en las vísperas de un nuevo año tan sutilmente incierto como tantos otros anteriores. En fin, todo esto que digo, no quisiera que empañara algo que tiene mucho significado para tantas y tantas personas que hacen de la NAVIDAD, como yo mismo, el banderín donde engancharnos a una felicidad, a veces, tan efímera, pero tan bonita y prometedora en tiempos infelices y llenos de sacrificios y penalidades, que no podemos retraernos a dar rienda suelta a nuestros mas libres pensamientos. Es un deseo, al menos en mi caso, que nos transporta al calor familiar; a las reuniones con amigos íntimos, a veces, un poco olvidados durante el resto del año; a vivir la ilusión de la Lotería, quizá, el único medio, para una mayoría, de poder cambiar en las materialidades de su existencia; a soñar, como en esos cuentos infantiles, idealizando los momentos sencillos de una existencia normal, pero que el bonito ambiente, la música, el valor de los deseos y la metáfora de una mente abierta a los intentos de ser felices, a la ternura y a la pausa para todo mal, pues en estos días hay que desterrar todo lo que sea venganza, indignidad, hipocresía…, hace que la vida sea como en esa bonita canción «LA VIE EN ROSE».

Hay motivos, efectivamente, para buscar todos los momentos de felicidad a nuestro alcance y aferrarnos a ellos con la misma fuerza, que otros ponen en teñir de oscuro y llenar de amarga hiel nuestras, generalmente, simples y sencillas existencias. No obstante, siempre tendremos que mirar con espíritu constructivo y elevación de miras lo que la vida nos ofrece. Es posible que nosotros nos quejemos y otros envidien nuestra vida. Suele ocurrir con frecuencia que, lo que a nosotros nos parece vulgar, pobretón y anodino, para otros resulte ser realmente interesante, superior y satisfactorio. Son cosas que suelen estar íntimamente unidas con nuestra forma de ser, nuestra personalidad y nuestro umbral de agradecimiento a la vida.

Bien, después de esta sencilla reflexión, quiero, como último saludo del año que se nos muere irremediablemente, no sé si para bien o para mal, desearos lo más bonito, tierno, afectuoso, imaginativo, poético……y qué mejores palabras para expresarlo que con este poema que quiere hacerlo extensivo a todos y que se titula » PAZ Y BIEN».

P A Z Y B I E N

Paz y Bien a mi querida familia,
que me ayuda y me conforta
en las quiebras de mi vida.

Paz y Bien a mis amigos del alma
por mantener la llama viva
de mi amistad, ya, tan larga.

Paz y Bien a tantas buenas personas,
que pululan por el mundo,
ayudando a los demás sin valorarse sus obras.

Paz y Bien a los que sufren el mal
de enfermedades malignas
sin que se puedan curar.

Paz y Bien a los parados, desahuciados,
marginados y tantos otros….,
que luchan por verse hartos
de una justicia social, tan difícil de alcanzar.

Paz y bien a todos los mandatarios,
que el mundo quieren cambiar
con honradez, justicia, paz y valores solidarios.

.

Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho



El Castillo de la Peña de Martos en la Lista Roja del Patrimonio Español

José Antonio Ortega |  Hace unos días estaba navegando por internet, cuando encontré una noticia gravísima, o al menos es muy grave para mi, que quiero a mi pueblo y me preocupa mucho la conservación de nuestro patrimonio. La noticia decía : El castillo de la Peña de Martos (Jaén) en la Lista Roja del Patrimonio. Puesto que no me esperaba nada bueno,me interese por la noticia y por conocer que era exactamente la Lista Roja del Patrimonio que les dejo aquí:

«La Lista roja de Patrimonio español en peligro es un listado creado por la asociación española sin ánimo de lucro Hispania Nostra en 2006. Dicha lista aspira a recoger aquellos elementos del Patrimonio Histórico español que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.

La asociación es de carácter no lucrativo y está declarada de utilidad pública. Su finalidad es la defensa, salvaguarda y puesta en valor del Patrimonio Cultural Español y su entorno. La Reina Sofía aceptó la Presidencia de Honor, apoyando el trabajo de la entidad y honrando con su presencia los actos de entrega de las medallas obtenidas por trabajos llevados a cabo en España. «

Sobre el Castillo de la Peña y su Catalogación en la Lista Roja, dicen:

Época: S. XIV
Grado de protección: Monumento Histórico en 1985.
Estado: Ruinas en total abandono. Desprendimientos constantes. Hundimientos.
Carácter del riesgo: Grave deterioro progresivo que puede llevar a su total desaparición. Sufre vandalismo.
Restauración: Los vecinos de Martos han pedido en reiteradas ocasiones a las autoridades competentes su consolidación, sin éxito alguno.
Localización geográfica: Martos

http://www.hispanianostra.org/lista-roja/Castillo_de_la_Pe%C3%B1a_de_Martos

Lo que significa a mi corto entender, que el Castillo de la Peña de Martos ha pasado de preocupar a los marteños, a preocupar a personas de fuera de Jaén e incluso de nuestra comunidad.

¿Y que se ha dicho de esto? NADA. Si se sabe no se dice o igual nuestras autoridades no se enteran ni de las cosas que afectan a nuestro pueblo…

La Peña de Martos es una preocupación para muchos vecinos de Martos, para muchas generaciones que vemos como pasan los años y nadie hace nada por el Castillo, por que deje de menguar y de arruinarse.

Hace pocos años, miles de marteños, más de 4.000 si no me equivoco, firmamos para que se hiciera algo por el Castillo, que es el símbolo de nuestra ciudad. Llegaron las elecciones y a todos los partidos les dio por incluir la restauración del Castillo en sus programas electorales. Pues bien vamos ya camino de los dos años desde aquellas elecciones, que iban a cambiar tanto (a peor, humildemente lo digo) ¿y que pasa con El Castillo ? Nadie ha vuelto a decir ni a hacer nada por éste. Pero es que en el presupuesto de 2013 no se ha puesto ni un solo céntimo para la prometida restauración del castillo, lo que significa que si realmente los señores que nos gobiernan piensan hacer algo, tendremos que esperar al 2014 cuando la legislatura camine hacia su fin…

¿ Para eso votamos ? ¿ Para eso recogemos firmas ? ¿ Para que las promesas queden en saco roto ?

Perdónenme pero yo no estoy dispuesto a quedarme de brazos cruzados, y que nadie se crea que estoy pidiendo millonarias reconstrucciones. Nada de eso, soy consciente de como esta el país. Pero también soy consciente de que en esta Democracia= Pueblo con Poder o Pueblo soberano, lo que pedimos los ciudadanos se tiene que escuchar. Y puesto que las cosas que hace este Ayuntamiento se hacen CON NUESTRO DINERO, ¿Por qué no realizan esta obra reivindicada por los vecinos de Martos, pagada con su dinero, para beneficio de los Marteños que incluso podrían echar algún jornal en el Castillo ? ¿Se comprometieron a ello, VERDAD SEÑORES Y SEÑORAS DEL EQUIPO DE GOBIERNO ?

La verdad es que estoy muy harto, de saber que a 6 kilómetros de aquí tenemos en Torredonjimeno un castillo en proceso de restauración, que tiene en su interior un museo y un centro de interpretación. De saber que Alcaudete, un pueblo con menos de la mitad de los habitantes de Martos, tenga su tremendo castillo restaurado y estén trabajando por convertir al pueblo en una villa turística (de Alcalá la Real mejor ni hablar) y estoy muy harto de que en Martos nos vengan prometiendo el oro y el moro en materia de turismo o de protección del patrimonio y luego no hagan nada.

Por eso les pido a todos los vecinos, a todos los marteños que pidamos lo que es nuestro, que pidamos porque Martos tenga un castillo que sea algo mas que un montón de piedras, broza y basura.

Que pidamos por que los políticos apechuguen con lo que prometieron.

¿ YO CREO QUE NOS LO MERECEMOS NO?

Y que nadie lo olvide: El Castillo de la Peña de Martos ha sido incluido en La Lista Roja del Patrimonio Amenazado Español.

O nos movemos o algún día muy pronto lamentaremos de que paso de la Lista Roja a la Lista Negra.



UN “MAELLA” PARA ESTA NAVIDAD… Lara de Tucci

Lara de Tucci | En el trascoro de la Catedral jiennense, que proyectó José Gallego, el cual realizó otras obras en el mismo recinto sagrado, y flanqueado por las figuras de Santo Toribio y San Lorenzo, se encuentra un magnifico cuadro de Mariano Salvador de Maella (1739-1819); un pintor cuyo nacimiento hay quien lo sitúa en Madrid y otros en Valencia.

Dicho cuadro, que está realizado con un correcto academicismo y con suaves tonalidades cromáticas, rasgos propios de este pintor, heredados, al parecer, del artista neoclásico alemán Mengs, es, quizá, la obra de arte que más atrae a los fieles y a cuantos, sin serlo, visitan el sacro monumento de Vandelvira. Los simples visitantes expresan así su reconocimiento por esta obra de Maella y la piedad popular de los creyentes manifiesta sus devociones de tal manera por las sagradas personas protagonistas de aquel misterioso acontecimiento ocurrido en Belén hace más de dos mil años.

La escena -el Niño, de pocos meses; la expresión de la Virgen; el Bautista, tierno infante también; etc.- se puede considerar como una prolongación en nuestros días del acontecimiento ocurrido en Judea que inició la era Cristiana. Constituyéndose también, por el mismo motivo, en estas fechas entrañables y para los que así acierten a verlo, en impronta acertada de la Navidad.

Pintor de cámara de Carlos III hacia 1774, con obras suyas en la Casita del Labrador (Aranjuez), en la Casita del Príncipe (El Escorial) y en el Palacio Real de Madrid, y con esa obra maestra igualmente suya, “Ánimas del purgatorio”, que se puede contemplar en la Academia de San Fernando; Maella tiene en Jaén su pintura recreadora de las mismas gratas vivencias que la mayoría de los hombres nos deseamos mutuamente por estos días, aunque las sintamos de otra manera: la serenidad que reflejan los personajes, el ambiente recogido y ordenado de la estancia y el espacio todo del cuadro henchido de esa armonía celestial que tendríamos que procurar los humanos para nuestro propio bien. Lástima que nuestros oídos no puedan escuchar los villancicos de los ángeles; que seguramente tendría Maella en su imaginación cuando se empleaba en el lienzo con exquisita maestría por medio de sus pinceles.

Desde el barrio de la Magdalena a Marroquíes Bajos, desde el Castillo de Santa Catalina a la Alameda, y aun desde toda la provincia jiennense se pueden captar apropiadas referencias para nuestra Navidad de la “Sagrada Familia”; cuadro muy apropiado para recreo de los que gustan del arte y muy particularmente para los creyentes durante todo el año. Pero que, en fechas tan significativas como éstas, se sitúa como colofón figurativo del sublime acontecimiento que recordamos y que los profetas del Antiguo Testamento ya venían anunciando muchos siglos antes de que aconteciera.

Precisamente, desde bastantes lugares de la provincia e impulsados por una fe simplista o por arraigadas supersticiones, las gentes que acuden a la Catedral de Jaén, antes de profundizar en lo sustancioso de la referida pintura -léase su destacado arte y su mensaje evangélico-, se ocupan en hallar las tijeras existentes en la canastilla de la Virgen en un intento de ser favorecidos por la tornadiza fortuna.

Pues bien. ¡Ojalá encontremos todos esas tijeras! y ¡Ojalá podamos tomarlas, siquiera un momento en estos días, para cortar con ellas las inútiles ligaduras que nos maniatan, nos entorpecen las nobles acciones que podemos tener e, incluso, nos incapacitan para fraternales compromisos de servicio a los demás porque no somos capaces de abordarlos ni medianamente siquiera por razones caprichosas y de vida acomodada en lo material!

¡Ojalá! Y así, libres de impedimentos intrascendentes, alegrar nuestros sentidos en la “Navidad” del cuadro de Maella; aunque lo contemplemos en un folleto turístico y lejos de su suntuoso emplazamiento. O, mejor todavía, alegrarnos en otra “Navidad; ésta, reproducida por los buenos propósitos. Entonces se harán realidad esos parabienes que nos deseamos entre sí y que se sostienen con rasgos de adecuada convivencia en época tan llamativa del calendario que, en el subconsciente, muchas gentes quisieran alargar para siempre.



¡CAVA ESPAÑOL!… Lara de Tucci

Lara de Tucci | Desde días antes del fracaso de CiU y del propio Artur Mas en las elecciones catalanas del 25-N y algo mosqueados por la actitud del citado candidato, así como por la de otros políticos de su equipo y de los de ERC, hay quienes vienen lanzando la idea de que el cava y otros productos catalanes dejen de comprarse y de que en las consumiciones hogareñas del resto de España prescindan, en las ya próximas Navidades, de los alimentos provenientes de aquellas cuatro provincias.

Repito que las personas que se pronuncian así están, por emplear un término vulgar, mosqueadas, pero también bastante decepcionadas con los políticos de tres al cuarto, hasta el punto de que la decepción, sin reflexionar mucho lo que proponen, les hace arremeter contra todos los habitantes de aquella bendita tierra. Puesto que eso es lo que sería no consumir productos de Cataluña: arremeter con la entera sociedad de allí. Pero lo más curioso del caso no es que abominen de los catalanes en general o del cava y la butifarra, pongamos por ejemplo, en particular. Lo que les ocurre en el fondo es que el aprecio que sienten por aquella comunidad autónoma y por las cosas autóctonas de la misma les hace perder el norte al considerar que Cataluña pueda dejar de ser parte, llegada la consumación del desatino, de la gran familia hispana. Y, por tal motivo, les molesta el hecho evidente de que haya líderes que tan solo tratan a los ciudadanos con el engaño y las patrañas de la separación; obteniendo ellos particulares beneficios de líderes a costa de los ciudadanos así manipulados.

En opuesto sentido y por el mismo motivo político, otras propuestas han abordado el tema de los productos catalanes desde otro punto de vista y aconsejan que, en celebraciones y acontecimientos de resonancia, como pueden ser las fiestas navideñas, se brinde con cava español (¡”Cava español”!, levantando la copa, lo cual indignaría a los separatistas); ya que siendo Cataluña parte de España, todo lo que se produzca allí es genuinamente español; como españoles son todos los ciudadanos catalanes.

Es una opinión esta que tiene que enorgullecer a las grandes firmas, así como a las muchas familias que viven por y del cava; sobre todo en San Sadurní de Noya y Villafranca del Panadés; lugares donde hay grandes empresas que se han labrado un significativo prestigio en todo el mundo y no solo en España, con dedicación por generaciones a base de esfuerzos, de estudios e investigaciones enológicas, con los que han logrado unos productos de elevada calidad, cuyos extraordinarios resultados se pueden constatar con la facturación que consiguen: ¡140 millones de botellas al año! Y todo, gracias a gentes emprendedoras, cuyo único compromiso en el presente, lejos de opciones políticas que entorpezcan sus labores, es el del mantenimiento, el desarrollo y la transmisión en el futuro del prestigio de sus cavas, tan hábilmente elaborados.

Transmitiéndoles a los elaboradores del cava un mensaje de tranquilidad, las opiniones de que se brinde “¡Con cava español!” vienen a decirles que pueden estar seguros de que sus burbujas van seguir en los mercados de todo el territorio nacional y van a estar en las celebraciones más importantes que celebren la inmensa mayoría de los españoles; españoles que, por serlo, aman, elogian y disfrutan con todo lo que les da su tierra; ya sea la tierra catalana, la leonesa o la melillense, pongamos como ejemplos.

Como aman, elogian y disfrutan también con todas las cosas nacionales los que se han dejado llevar por irritaciones coyunturales y, a causa de las mismas, como refería antes, han propagado por ahí, incluso en algunos medios de comunicación, a modo de venganza infantiloide, que por Navidades no consumamos cava catalán. Y esto es, en mi opinión, un aviso que hay quienes lo comprenden, aunque por fortuna no sigan la recomendación. Un aviso que les puede valer para rectificar a los de CiU y a los de ERC; personajes ellos calcados a los de Bildu y del PNV en este sentido. Pues todos están cortados por el mismo patrón. A saber: tienen un espíritu raquítico, contrahecho, enfermizo y reduccionista.

Lo cual les lleva a soñar en mundos aislados y constreñidos en parámetros de escaso alcance, mundos donde es imposible la expansión de ninguna sociedad. Y lo curioso de este fenómeno es que, en los reducidos núcleos en los que pretenden dominar hay quienes creen que cercados en sus posiciones liliputienses pueden aspirar a las ventajas de la globalización en todos los sentidos y disfrutar de las mismas con el amplio margen con que las disfrutan los ciudadanos que apuestan por la plena y progresiva realización humana en el ámbito de la universalidad como único concepto que enriquecerá a los hombres si éstos no se anquilosan en el reduccionismo como aves de corral y despliegan las alas para percibir como águilas, desde lo más alto posible, el panorama de posibilidades que se les ofrece desde los distintos horizontes.



ASTUCIAS MANIPULADORAS… Lara de Tucci

Lara de Tucci | Ya es archisabido, ya se sabe por activa y por pasiva que los astutos encuentran abonado el terreno para sus ardidosos engaños cuando quienes confían en ellos son unos necios cuya estulticia les tiene imposibilitados para discernir y sopesar los amañados mensajes que reciben sin cesar. En este sentido, bien podemos entender los proyectos secesionistas que sacuden a los ciudadanos de dos comunidades muy queridas de nuestra España; de dos comunidades de cuya españolidad nadie medianamente instruido en Historia duda. Pues España sería menos Hispania si le faltaran Cataluña o la Comunidad Vasca.

Pero claro, existen los astutos, los que pretenden situarse en el vértice de la representación popular para que sus imágenes sobresalgan por encima del resto de la ciudadanía. Astutos que, en política y en dichas comunidades sobre todo, acampan a sus anchas y a sabiendas de que sus mensajes no caen en saco roto cuando hay sectores de la población, como digo, que no se detienen a pensar -por falta de formación tal vez- en los retorcidos “recados” de quienes les hablan y hablan desde las tribunas o a través de ciertos medios de comunicación; medios de comunicación, en algunos casos, que se hacen ecos muy gustosamente, pues adolecen de las mismas tendencias demagógicas, de las instrumentadas astucias de los lideres separatistas, convirtiéndose así en heraldos de ellos, y sin cuyas colaboraciones quizá no serían tan hirientes para el resto de los españoles las campañas de ruptura que proliferan por ahí. Dándose el despropósito de que proliferan hoy en día -los astutos se aprovechan de lo que sea para maquinar a su antojo- asistidas por la crisis económica, por el paro denigrante y por la tremenda incertidumbre y la psicosis qua tales coyunturas provocan en la ciudadanía.

Claro que si los receptores de los mensajes de autodeterminación sopesaran los descalabros de toda naturaleza que tendríamos que soportar llegado el caso de la secesión, los astutos políticos, anclados en tal disparate terminarían por aparcar las sinrazones separatistas y dedicarse a trabajar honestamente para resolver lo que a vascos y catalanes en particular y al resto de los españoles en general nos interesa de veras: el mantenimiento del Estado de Derecho en unas condiciones esenciales para proyectarse en el futuro con garantías de solvencia ideal; a saber: la seguridad de los puestos de trabajo para todos los ciudadanos; una adecuada sanidad, donde la investigación esté continuamente apoyada por las instituciones, y una enseñanza idónea para procurar que las gentes de las próximas generaciones sepan desenvolverse mejor en libertad por haber alcanzado un grado de cultura necesario, que, en mi particular opinión, hoy deja bastante que desear.

Y en esto de un positivo grado de cultura necesario para todos tiene un papel esencial, como es lógico, el más esencial junto con el de la familia, la enseñanza en los centros educativos. Pero una enseñanza impartida con uniformidad de criterios en todas las comunidades autónomas; pues se están dando casos de que hay puntos muy concretos en nuestra geografía hispana, y no hace falta citarlos aquí, ya que están en la mente de todos, en los que la lengua española -¡qué filosofía la de este desconcierto!- está mucho menos valorada que la inglesa.

De tales desfases de la Cultura, pues, del menosprecio a una enseñanza unificada -¿están ambas cosas convenientemente estudiadas por los separatistas?- se valen los políticos de corte astuto para manipular a ciudadanos cuya estulticia o incapacidad para pensar no les deja entrever que hay quienes llegan a elevados puestos en la política con la única y ambiciosa intención de permanecer en ellos a costa de lo que sea. En este caso particular -y eso es lo que pretendo denunciar en este artículo- a costa de la voluntad manipulada de unos votantes poco reflexivos, y de otros sectores de la sociedad cuyos miembros creen tontamente que las divisiones internas garantizan los intereses, sobre todo los materialistas, de los ciudadanos. Cuando la realidad ya constatada nos dice que es en la suma de todos los nobles proyectos e intenciones donde se encuentra la solvencia para el porvenir de cualquier sociedad; aunque ésta, como es el caso de la española, se base en diferencias de variada naturaleza; pero que convergen perfectamente en el sentido de hacer de nuestra Patria un conjunto armónico de ilimitadas posibilidades en beneficio del bien común de los españoles.