Noticias acerca de ‘ Lara de Tucci ’

ANÁLISIS SIN CLARIDAD… Lara de Tucci

Lara de Tucci | Tan enrarecido está el tema de los bancos, con Bankia liderando el desastre, que uno tendría que estar dotado de una considerable capacidad de análisis para poder comprender el verdadero alcance del problema con claridad. Y la cosa se complica cuando los diferentes medios de comunicación no cesan de arrojar datos y más datos, cuestiones y más cuestiones sobre la opinión pública. Por otra parte, hay que reflejar que los ciudadanos se “enganchan” con interés a la complicada situación cuando las tertulias radiofónicas y televisivas, y también las diferentes crónicas de diarios y revistas, agitan el panorama financiero y bursátil con comentarios para todos los gustos.

Pero el análisis en su conjunto quizá sea de mayor complicación y más deprimente cuando queremos explicarlo mediante las reformas del Gobierno de Rajoy. Pues ¡cuánto es lo que hay que hilvanar en el recorrido que la política nos está ofreciendo desde que comenzó la crisis, con las dos legislaturas de Zapatero, tan torpe y desacertadamente llevadas! Recorrido político pleno de confusiones para todos los españoles y con unos resultados que nadie hubiera querido para esta Patria nuestra; nombre y adjetivo que muchos de los contertulios y articulistas traducen habitualmente por “este país”.

Sobre las reformas gubernativas, el panorama arroja alguna esperanza, aunque también es verdad que aliñada de dificultades en opinión de muchos. Tanto es así, que uno se atreve a citar la célebre frase que Winston S. Churchill -pocos saben de este político que fue Premio Nobel de Literatura en 1953- lanzara a los ingleses como compromiso de su gestión como Primer Ministro: “Sangre, sudor y lágrimas”. La cito en términos que pudiéramos considerar metafóricos para el propio compromiso político de Rajoy; ya que los problemas presidenciales de éste no son tan tremendos como los que tuvo el citado estadista inglés en la Segunda Guerra Mundial.

Cabe añadir, por mi parte, que los ingleses supieron después reponerse de tanta adversidad. Nosotros, los españoles, seguramente saldremos también airosos de nuestros males -que son menores que los que tuvieron los británicos de aquel tiempo, quién lo duda-. A pesar de que en determinados sectores políticos, si hablamos de España, no fomenten una unidad nacional como la que caracteriza al espíritu inglés. Y ahí puede estar el mayor de los obstáculos que nos impida salir cuanto antes del atolladero de los números rojos.

Según observadores políticos y colaboradores suyos, a Rajoy no le temblará el pulso, por más que las reformas que su equipo tenga que abordar todavía sean duras. Pero ¿qué puede hacer aún el Ejecutivo en una situación como la que vive España? Podríamos preguntarnos al considerar ese préstamo de 100.000 millones de euros (cifra casi tan mareante como las que miden las distancias de los espacios siderales) que el Gobierno ha logrado del Eurogrupo para sostener la banca y que los entendidos consideran como un premio a los recortes gubernamentales realizados hasta el momento.

Comentar igualmente que la situación a la que hemos llegado aquí se debe también a las erróneas actuaciones de políticos de todos los colores en estos años de atrás; algunas de las cuales requieren todavía al día de hoy decenas de millones de euros para que sus resultados, que son prácticamente innecesarios, permanezcan operativos. Despilfarros que nos pueden explicar, en cierto modo, la política de recortes que estamos sufriendo, con mayor perjuicio para las capas sociales más vulnerables de la sociedad. Porque despilfarros han sido, por ejemplo, la construcción de aeropuertos que apenas se utilizan; los modelos sanitarios que son un paraíso para enfermos de la UE e, incluso, para Marruecos en Ceuta y Melilla; los trenes de Alta Velocidad que hacen sus correspondientes trayectos semivacíos; los campus universitarios inaugurados, hasta situarnos en el doble de los que posee Alemania, país que nos duplica en población, y con un tercio de nuestros estudiantes abandonando los estudios sin acabar la carrera; etc. etc.

Como el avisado lector de Martos al Día entenderá, estos temas -muchos de los mismos nos convierten en incapaces analistas para llegar a lógicas conclusiones-, no pueden ser, sin embargo, más interesantes para comentarios de profesionales de las finanzas; pero igualmente también muy preocupantes si los miramos desde el punto de vista de unos ciudadanos intranquilos por el porvenir económico de España; con esa insaciable “parienta” que nos han dado a conocer ahora: la prima de riesgo, que nos pone los pelos de punta.



VIRGEN DE LA VILLA, DE MADRID… Lara de Tucci

Lara de Tucci | Hermanos cofrades de la Virgen de la Villa de este barrio de Entrevías-El Pozo del distrito de Vallecas: repito que éste no es un pregón de La Labradora al uso. Un pregón con la lógica exposición de nuestras devociones por la Virgen; de los recuerdos de la plantación de olivos que nos vio nacer, y de las imágenes más emblemáticas de nuestra localidad: el Baluarte, la Fuente Nueva. Y… la Peña -siempre la Peña en las retinas de los marteños que no habitamos allí-; la Peña, con las ruinas del castillo en su cima, dominando todo el casco urbano, cuales vigías del amplio océano de olivos que la circunda.”

Dado eso que apunto y dado también que nuestra Cofradía necesita savia nueva, me parece a mí, pues la crisis de fe nos afecta a todos, tenemos la obligación de ceder buena parte de la representación que ostentamos de Nuestra Señora La Labradora y ofrecérsela con espíritu cristiano, espíritu de hermanos animados por una misma religiosidad, a algunas de las personas que vemos por aquí en las misas de los domingos. Y ofrecerles cierta responsabilidad también tras ir captándolos, como cofrades de la Virgen, en este distrito municipal de Vallecas, en una labor conjunta con nuestro consiliario, don Luis Miguel.”

“Abramos las puertas de la Parroquia de San José de Calasanz y de nuestra sala de reuniones cofradieras e invitemos con suma insistencia (`A tiempo y a destiempo´, como dijo San Pablo en su epístola segunda a Timoteo) a personas bolivianas, colombianas, ecuatorianas, etc. Pero igualmente a otros creyentes del distrito aunque no sean hispanos. Invitémosles y que, los que así lo deseen, vayan cogiendo el testigo de algunas de nuestras manos, ya cansadas para proseguir sin desfallecimiento en aquella entrega que posibilitó en Madrid una devoción mariana venida de Andalucía y con siglos de antigüedad. Ya que de ese modo, según mi particular criterio, tendrá una segura continuidad el fervor por la Virgen de la Villa en Vallecas.

Los párrafos precedentes son transcritos de mi segundo Pregón de la Fiesta de la Virgen de la Villa en Madrid, año 2010. Que como el lector habrá captado pertenecen a un discurso si no de preocupación, sí de cierta inquietud por el futuro que la Cofradía de nuestra Imagen vallecana pueda tener por los aludidos motivos de falta de fe y, también, por desarraigos de unas nuevas generaciones que van perdiendo las referencias de las devociones y tradiciones marteñas que sus antepasados tuvieron el acierto de implantar en Madrid. Valores que fueron lo único que se trajeron de Martos porque era lo único que se podía transportar en los corazones dolidos por la emigración y el abandono de la tierra en la que vieron la primera luz.

Desde luego, en todos los núcleos urbanos de España ocurre cosa parecida. Algo de esto refiero en mi libro `La Virgen de la Villa´, que tuvo la gentileza de patrocinar Manuel Pulido Melero; seguramente, quien más se ha comprometido desde siempre con la entidad madrileña de La Labradora. En la parroquia de Santa Cruz, escribí, de la calle de Atocha, donde cuelga un gran cuadro pintado al óleo de nuestra Virgen, encargado por el mencionado cofrade, tenían antes su sede canónica treinta cofradías (véase pág. 67 del citado libro, que está a la venta en la Casa de la Cultura en beneficio de la Capilla de Jesús) coincidiendo en plena actividad. Hoy solo son catorce y los cofrades de éstas, mayoritariamente, pertenecientes a la tercera edad. Por lo tanto, mi referido Pregón tenía visos de atención por lo que pudiera suceder con la Cofradía de la Virgen de la Villa en Madrid.

Y la propia concejala presidenta del Distrito de Puente de Vallecas, Eva Durán, la persona de la política que más se ha comprometido con nuestra Cofradía y que incluso llegó a ir a Martos en tiempos del alcalde Fernando García Pulido, expresa en el programa de Fiestas de este año su agradecimiento por anticipado a los anderos del Cristo de El Pozo -una cofradía de Semana Santa- por cuanto colaborarán en la procesión de la Virgen; pues se viene haciendo difícil en los últimos años encontrar voluntarios para sacar a la sagrada Imagen a la calle.

Pero, en última instancia, confiemos en la ayuda de Ella para seguir avanzando y que su culto en la Ciudad del Oso y el Madroño continúe manteniéndose para bien de los creyentes católicos en general, como recuerdo de Martos y en homenaje secular a aquellos tuccitanos que se preocuparon de tenerla consigo lejos de sus raíces.

Termino con unos datos que infunden esperanza en este aspecto: llevamos tres años, que yo recuerde, en los que los hermanos mayores ya han nacido en Madrid. Pertenecen, pues, a la generación posterior a la de aquellos artífices comprometidos en la capital con la Virgen de su pueblo. Ellos son, por este orden, los hermanos Manuel y Miguel Ocaña Caballero y, este año, Antonio Luis Montes Pérez. Además, el pregonero de 2012, Amador Álvarez Cózar, aunque nacido en Martos, reside en Madrid y también ha recibido de sus padres el apego a la devoción mariana de la Villa. Por eso hay que decir que si continúan ejemplos como los de estos jóvenes, el porvenir de la Cofradía de Nuestra Señora La Labradora madrileña no puede ser tan gris como en algunos momentos lo intuimos.



NOTICIAS DE CINE… Lara de Tucci

Lara de Tucci | Doctor en Humanidades por la Universidad San Pablo CEU entre otras titulaciones, Juan Orellana Gutiérrez de Terán no podía decepcionar a un concurrido auditorio que había reunido en una determinada sala de Madrid donde se desarrollan a lo largo del año ciclos de conferencias sobre los más variados temas; siendo uno de ellos el cine; que en Martos tienen en la actualidad sus referencias por las películas que se proyectan en el teatro Álvarez Alonso.

“Temas recurrentes del cine contemporáneo” fue el título de su disertación. Que tengo que decir que fue de un gran interés para los amantes del cine en particular; pero igualmente para los amantes de la sociología en general, pues todos consideramos el Séptimo Arte, y no nos faltan motivaciones para ello, algo así como una retransmisión fidedigna de lo que se vive en la sociedad y de lo que mueve a las gentes del mundo de hoy. Y como Juan Orellana sabe lo que se trae entre manos en esto del celuloide (él es director del Departamento de Cine de la Conferencia Episcopal y crítico de la misma materia en la revista Alfa Y Omega), supo exponer extraordinariamente bien en su conferencia muchos de los rasgos e, incluso, de las situaciones que en la gran pantalla se reflejan de las relaciones humanas de cualquier naturaleza.

Puso especial énfasis en resaltar que, en los argumentos cinematográficos, los guionistas se dejan llevar con frecuencia por uno de los contravalores que se detectan hoy en día en el mundo occidental, inmerso en una dinámica materialista: el narcisismo, tan recurrente en muchas personas de una generación carente de ideales reparadores que valgan para que los individuos desestimen tales contravalores y se dejen llevar por otras formas de conducta absolutamente positivas para la convivencia humana.

Pero no, del narcisismo -todo para mí y sólo valgo yo-, como él mismo puso en claro con las explicaciones de algunas escenas cinematográficas, las personas suelen pasar al nihilismo -nada importa, nada merece la pena-, otro rasgo humano muy de moda en las sociedades del momento; un fenómeno en el que el ser humano se desentiende, afectado de despreocupaciones, de cualquier responsabilidad que habilite razones esenciales para ennoblecer conductas que se hallan a la deriva por carecer de compromisos afectos a la recta moral. Aunque el conferenciante reconoció que en el cine actual se está produciendo (debido quizá al hastío de los espectadores por tanta bastardía, generalmente hablando, como hay en el cine y que en España está subvencionada) una tímida pero positiva reacción que pretende contrarrestar estilos de vida sin ética que los cineastas se empeñan en eternizar en sus obras. Reacciones que llegan gracias a películas ambientadas en la religiosidad.

El conferenciante, como crítico en la materia, defendió de alguna manera el cine de hoy. Y, citando películas y directores que sería prolijo repetir en este artículo, no dudó en reconocer que el cine, por ser espejo de la sociedad, también proyecta escenas, aunque escasas -él las contó con facilidad de palabra-, que nos pueden ayudar a comprender bastantes de las formas de vida que nos escandalizan, y no poco; como asimismo muchos de los defectos que apreciamos en nuestro entorno y que censuramos abiertamente, pero que, interpretados en el cine, nos cuestionan y nos hacen reflexionar.

Tuvo palabras para justificar algunas películas y ciertas escenas no aptas para gentes sensibles. Pero hay que añadir que a Orellana se le puso en algún aprieto -así lo entendí yo- cuando en el coloquio con los asistentes al acto se le hicieron preguntas acerca de si el cine contemporáneo acertaba con ser principalmente un reflejo de las formas menos edificantes de los seres humanos y si acertaba igualmente con aliñar los guiones casi sin excepción con escenas de suma violencia y con el sexo como elemento de atracción para hacer taquilla.

Y por ese aprieto que refiero, sí explicó, por ejemplo, que el cine, al formar parte de la Cultura, siempre estará influenciado por impositoras corrientes de determinadas tendencias para que, a río revuelto, ganen siempre los mismos pescadores. Lo cual ilustró con un par de anécdotas que escandalizaron al auditorio: Una de las películas de las más taquilleras del año que acudió a un gran certamen de fama mundial -lamento no acordarme ahora del nombre del certamen- no fue admitida a concurso porque su argumento hacía referencia a la vida ejemplar de un sacerdote. Pero sí me quedé con el nombre del Festival de Cine de San Sebastián, donde se consumó el otro escándalo; éste, por parte del director del mismo. En dicho Festival tampoco fue admitida una película sobre la vida de Beethoven, ya que el argumento estaba tratado bajo el prisma de la religiosidad.



LA CRISIS IMPONE RECORTES… Lara de Tucci

Lara de Tucci | Los avisos un tanto alarmantes de reducir el gasto público fuera de donde fuera no son, precisamente, de esta Legislatura; aunque haya sido el Gobierno de Rajoy el que haya cogido el toro por los cuernos -ya veremos por dónde le salen las medidas tan impopulares, y no es un juego de palabras- con decisiones que están provocando bastantes críticas; muy adversas la mayoría de ellas, pero igualmente también de signo favorable.

Tales avisos, como digo, ya venían lanzándose, con el objeto de tantear las posturas de la opinión pública, desde los dos últimos años del Ejecutivo de Zapatero. Pero claro, con unas elecciones que se avecinaban, la decisión de recortar gastos, con perjuicio de perder cantidades de votos, era conveniente no ponerla en práctica; no obstante no faltar dentro de aquel equipo gubernamental voces que, repito, ya estaban lanzando globos sonda por si acaso las elecciones del 20-N les eran favorables a los socialistas. Y en este sentido Carlos Ocaña, el entonces secretario de estado de Hacienda y Presupuestos, era de la opinión de que las prioridades que el Gobierno tenía al respecto eran las de unas reformas idóneas para volver cuanto antes al crecimiento económico.

Una de las reformas que el anterior Gobierno tenía previstas realizar, según palabras de Ocaña en diciembre de 2010, era referente a las autonomías: los territorios autonómicos tenían que hacer ajustes importantes con el fin de abordar el recorte del gasto público de una manera gradual; política, en este sentido, que los ciudadanos tenían que entender -fueron palabras de Carlos Ocaña- que sería la más correcta. Siendo de lamentar que ahora, con el PSOE en la oposición, los ajustes no sean nada entendibles por parte de la sociedad. Iba más lejos Ocaña y añadía que era partidario de que a las autonomías se les obligara presentar un plan de saneamiento para reconducir la adversa situación de la crisis, entonces como ahora muy preocupante.

Y en esas estamos, con el Gobierno del PP sin otra alternativa, al parecer, que la de ir estableciendo planes presupuestarios muy ajustados que nos puedan servir a los españoles como avales ante nuestros socios de Europa de que las políticas de control de la economía son una apuesta gubernamental sin marcha atrás, y que a la larga tienen que dar sus frutos.

Como apuntaba más arriba, el equipo del Gobierno de Rajoy está teniendo que vérselas con este asunto complicadísimo de recortar gastos y, a la misma vez, de buscar fuentes de ingresos para que la Hacienda pública se vaya saneando y España deje de ser blanco de unas críticas que, en este sentido, no dejan muy bien parado al anterior Ejecutivo, el de ZP; cuando incluso Sarkozy lo pone de mal ejemplo para que los votantes socialistas franceses le den votos a él en las elecciones del país hexagonal. Y el caso es que Europa apoya a España en las medidas que Rajoy aborda para ir saliendo del mare mágnum de la crisis y el desempleo. La apoya Europa, pero poniendo el centro de sus apoyos, en las exigencias a las diferentes autonomías para que los controles de los gastos públicos se observen con escrupulosidad. Pues en las autonomías, lideradas en este sentido por Cataluña y Andalucía, está la madre del cúmulo de gastos caprichosos que la mayoría de sus votantes no querían o no sabían ver, creyéndose vivir en paraísos del Rey Midas.

Pero las rebajas presupuestarias pueden convertirse en armas de doble filo: la reducción de las plantillas de trabajadores públicos puede ocasionar -¿quién lo duda?- un recorte del consumo; que se traduciría indefectiblemente también en nuevos despidos o en contratos basura en el sector privado. Un problema añadido que el obispo de Ciudad Real, Mons. Algora ha expuesto en una carta pastoral para advertir que “se olvida con frecuencia que el empleado es, ante todo y sobre todo, persona a la que otros han dado la vida, la han educado, tiene necesidades básicas, familiares y sociales, y no debe ser una mera fuerza de trabajo que se admite o despide por períodos de tiempo”.



ARTISTA PARA PROYECCIÓN LOCAL…Lara de Tucci

Lara de Tucci | Cuando se publicó en este medio mi artículo sobre el Pregón de Semana Santa que iba a pronunciar Miguel Ángel Cruz, el director de MARTOS AL DÍA me dio una grata sorpresa; pues el trabajo lo ilustró acertadamente con sendos cuadros de José Domínguez, un pintor marteño al que admiro profundamente y no sólo por su arte, sino, de la misma manera, por su constancia, por el desarrollo de su aprendizaje artístico y, sobre todo, por su permanente búsqueda de idóneos espacios que le ofrezcan especiales motivos de belleza para `retratarlos´ con sus pinceles.

Digo que admiro a José Domínguez por su arte -ya he comentado esta admiración en algún otro artículo- porque su estilo no deja lugar a dudas para dar con la autoría de quién es el que saca de su paleta y plasma después en los lienzos toda una policromía encendida de luz, de claridad meridional; como si la misma luminosidad que el pintor capta en su entorno andaluz la trasladara a los cuadros aliñada adecuadamente con matizaciones de esa policromía que he apuntado antes.

Los cuadros de José Domínguez (y en un artículo sólo se puede escribir de una manera generalizada acerca de su obra, ya muy extensa) impresionan de tal manera, que uno no necesita ser muy entendido en arte para quedar prendado por la combinación de los claroscuros, de las luces, de los sombreados y de los colores en general; elementos todos colocados con precisión en cada cuadro de los que salen de su taller: espacios donde los jardines, las macetas y las flores dan la sensación de ser reales; rincones campestres y urbanos donde la cal y las sombras que hace el fuerte sol juegan un papel esencial, hasta recrearle al espectador la sensación de estar metido en tales ambientes para disponerse a dar apacibles paseos dentro de los mismos.

Pero como decía, igualmente admiro a este pintor marteño, entre otras cosas, por el desarrollo de su aprendizaje. Cómo él a partir de cero, podríamos decir, paleta en ristre, tubos de pintura a mano, que seguramente le sugerían la dominación de sus colores, y un manojo de pinceles a su lado, ha venido pasito a pasito situándose en la trayectoria de reconocidos pintores hasta el punto de ser distinguido y galardonado como ellos. Con unos premios que José Domínguez ya atesora en sus vitrinas y paredes, para satisfacción de los suyos y de él mismo, por supuesto.

Y como el siguiente apartado nos llevaría mucho espacio para contarlo punto por punto, bástenos decir que el pintor es miembro de la Sociedad Nacional de Bellas Artes de París desde 2006; académico superior de la Academia de Arte italiana “Grecci-Marino”, y miembro de la Asociación Artística y Cultural “Tucci”, Asociación muy nuestra. En cuanto a sus galardones, hay que citar los primeros Premios de “Ciudad de Martos” y de la “Real Sociedad Económica Amigos del País”, de Jaén; el segundo Premio “Santa María delle Arti 2006”, de Turín; Gran Premio “Elite 2005 de la Academia Italiana “Gli Etruschi”; Mención de Honor en Florencia y en el “II Salón Internacional St. Jaume de Lierca”, Barcelona; así como un segundo Premio Internacional del Museo “Claudio León Sempere”, de Buenos Aires.

Como el avisado lector habrá adivinado, sólo indico los reconocimientos que ha tenido en nuestra localidad, con uno de Jaén capital y algunos extranjeros. Estos últimos los cito, precisamente, para expresar una idea que no sé si habrá algunos habitantes de Martos que coincidan con la misma; incluso estoy por decir que tampoco los responsables de Cultura, contando con los políticos competentes de esa área de las diferentes legislaturas, han caído en ello. Me explico: los galardones y reconocimientos recogidos por José Domínguez no le han llovido de las nubes; pues se los ha ganado a pulso, transportando su arte por muchos lugares de España; importantes ciudades de Europa, como París, Florencia y Copenhague, y, también, por otras partes del mundo adonde envía sus cuadros para ser expuestos: Méjico, Nueva York, etc.

Puntos varios de nuestro país y del extranjero donde el nombre de Martos viene sonando con fuerza gracias a este pintor de incansable actividad, de este artista de significativa referencia en el panorama de las salas de exposiciones. Lugares donde luego esa misma referencia suya queda como testimonio impreso en catálogos que lo están consagrando por sus trabajos al tiempo que nuestra ciudad se beneficia igualmente, adquiriendo renombre gracias al artista. Lo cual quiere decir que la importancia y el mérito de José Domínguez en este sentido tendrían que ser bastante más valorados que los de aquellos que también promueven nuestra cultura, nuestra historia y nuestras tradiciones marteñas en general; pero sin salir del casco antiguo de la localidad o no yendo más allá de los límites del Santo Reino con actividades siempre respaldadas por las instituciones públicas.



«SUCEDÁNEOS DE LA FE»…Lara de Tucci

Lara de Tucci | Forzosamente hay que empezar este artículo preguntándonos si es verdad que hay crisis de fe. Y la respuesta es afirmativa, aunque por Semana Santa no lo parezca. Pues es un fenómeno de gran actualidad que cualquiera puede constatar con sólo observar de pasada el panorama donde se desenvuelven las nuevas generaciones y las generaciones no tan nuevas. Un panorama en el que los intereses y los gustos que persiguen las personas se enmarcan, generalmente hablando, en formas de vida dictadas por el materialismo, el hedonismo y otras referencias por el estilo, todas de hueco contenido edificante y nulo valor ejemplar. Pero que son las que priman y las que provocan esa crisis de fe, que únicamente parece afectar de lleno a la religiosidad cristiana y a los postulados evangélicos.

Refiero esto porque cada año se celebra en Madrid -ciudad desde la que escribo- un denominado “Foro Internacional de las Ciencias Ocultas y Espirituales”. Y ya van casi treinta ediciones de un recorrido que se inició precisamente cuando la fe cristiana, antes mencionada, continúo, con mayor o menor profundidad, el declive que comenzaría -y esto es así, sin ningún género de dudas- con nuestra Transición política; que, por otra parte, fue una transición digna de elogio. Aunque siempre existen algunos -léase los nacionalistas- que, tirando las patas por alto, la tienen en entredicho.

Pero el tema de este artículo es el de la crisis de fe; un concepto que atañe al espíritu, y el espíritu no puede estar vacío de contenidos -niéguese o no, el hombre está dotado de valores eternos-, y la tendencia del mismo es tratar de rellenar su propio vacío, si lo experimenta, con argumentos que podríamos llamar, no sé yo si con acierto o no, “sucedáneos de la fe”.

Tales sucedáneos son los que suplantan en el mismo espíritu, con desviadas ilusiones, las creencias más elevadas y trascendentes; sobre todo aquellas que provienen del cristianismo. En este sentido, las prácticas espiritistas y las ciencias ocultas, que nadie sabe explicarlas muy bien, son las más utilizadas por los supuestos entendidos para exponérselas a una clientela de confiados a través de fórmulas y teorías inventadas con más o menos capacidad para presentarlas como absolutas. Aunque, al final, siempre se detectará que están habilitadas sin base ni fundamento para ser creídas.

El caso es que, en dicho “Foro Internacional”, a los inclinados a sumarse a esos movimientos se les ofrecen (repito que hay que llenar el vacío que en al alma se produce cuando no está Dios omnipotente) muchas posibilidades compensatorias de la fe aparcada: talleres para conjurar la negatividad, para abrir cauces de bienestar, para vencer miedos y sufrimientos, para establecer comunicación con otros espíritus, para recibir mensajes del más allá… y un largo etcétera de talleres así.

Como también existen otras ofertas en esta dinámica de terapias y curas espirituales. Las que se refieren a las artes adivinatorias, como la quiromancia o el tarot de la buena suerte. Donde los médium que intervienen, dadas las facultades parasicológicas y de sortilegio que confiesan tener, siempre atraen a un público ávido de hallar remedios para sus males o, al menos, para conocer esos males de antemano y poder afrontarlos con éxito, llegado el momento. Para ello los médium ofrecen limpiezas espirituales (no suena esto a Sacramento de Confesión, hoy llamado de Reconciliación) y de energías negativas; como igualmente poner al cliente en contacto con su propio interior. Sin que falten, por supuesto, y para quien lo desee, las posibilidades de conocer, en el plano de lo material, lo que pueda depararle el futuro próximo y lejano: juegos de azar, caprichos que se anhelan, el puesto de trabajo asegurado, éxito en las posibilidades profesionales y en los estudios… y -pásmese el lector por esta paradoja- prosperidad en la crisis.

Toda una maraña de fantasías espirituales y cognoscitivas, como digo, desarrollada por los muy entendidos (?) en la materia y los avispados; los cuales se las arreglan para ambientar con triquiñuelas los vacíos de sublimidad que haya en los espíritus de hombres y mujeres que necesitan estar satisfechos en su interior. Pero que, al no encontrar los estímulos concretos que depara la fe en Dios, tienen que recurrir a esas consignas que otros ingenian para una errónea solución del problema. El problema de los extravíos de la fe.



«AGUARDANDO OTRO PREGÓN»…Lara de Tucci

Lara de Tucci | El verano pasado escribí en este mismo medio acerca de la proximidad del Pregón de San Bartolomé que mi amigo Paco Teva iba a pronunciar; por cuanto él está muy informado de las tradiciones marteñas y su intervención sería meritoria. Como, en efecto, así fue.

Hoy es otro pregón el que espero con entusiasmo; el Pregón de Semana Santa. Una intervención ante el público tuccitano de otra naturaleza muy distinta; pues se trata de un tema (aunque también se inserta en las tradiciones de nuestra localidad) que nada tiene en común con lo festivo y divertido y sí con el recogimiento y la seriedad que conllevan las celebraciones de la muerte y resurrección del Salvador de los hombres.

Dicho pregón, que, repito, espero con ilusión de creyente, y me consta que muchísimos marteños también, lo va a pronunciar alguien con quien estoy emparentado, Miguel Ángel Cruz Villalobos; una persona bastante comprometida y de probadas inquietudes por el mundo cofrade. Siendo él, además, que no es poco en estos tiempos de secularización, un hombre de fe, de enraizadas creencias que le fueron inculcadas desde la cuna por sus padres.

No voy a detenerme en comentar cosas de nuestro pregonero de este año que tengan que ver con la práctica religiosa para hacerme eco a priori de la resonancia que intuyo va a tener su Pregón de Semana Santa. Y eso que sus muchos años como cooperante de Cáritas Parroquiales -formaba equipo con mi sobrino Paco Muñoz (Q.e.p.d.)- bastarían para dejar en buen lugar a quienes le nombraran pregonero de este año 2012. Por el contrario, sí quiero dejar patente el brillante currículum semanasantero que atesora; pues casi toda su vida -¿o acaso está siendo toda?- ha estado atento al servicio que la Semana Santa de la localidad haya necesitado de él. Y constantemente se desvive por aportar lo que más convenga para la brillantez que a todos nos gusta apreciar en las procesiones.

Y como para confirmar lo que apunto, baste reseñar sus aportaciones personales a la Agrupación de Cofradías; sobre todo en los tiempos en los que en el seno de la misma todo eran divisiones, todo desavenencias, todo enfrentamientos de unos miembros con otros; que ocasionaban debates internos estériles y evitaban adecuados acuerdos constructivos. Pero las funciones de Miguel Ángel Cruz en la mencionada Agrupación, donde en ocasiones no fue comprendido, van a suponer, desde luego, una base fundamental de lo que seguramente ha de ser su intervención como pregonero.

El de Miguel Ángel será un Pregón que irá repleto de connotaciones anímicas y de valores del sentimiento, sobre todo, religiosos. Labrados todos ellos con fuerza en su espíritu a causa de sus creencias y sus apegos a unas Imágenes por las que siente devoción a ultranza. Imágenes que no estarían en los altares de nuestras iglesias ni desfilarían en procesión si no hubiera marteños cofrades como este pregonero.

Un pregonero con ensoñaciones tan hondas sobre el tema de la Semana Santa, tan hondas y edificantes, que le han llevado a desestimar, me consta a mí, pronunciar el Pregón las veces que se lo han propuesto anteriormente; temeroso, creo yo, con la posibilidad de malograr con sus palabras la pasión de su corazón en tan importante responsabilidad pregonera. Algo que ya le ocurriría con su brillante Pregón de la Soledad y que solamente les pasa a aquellos que poseen razonadas inquietudes por lo que en verdad sienten.

Pero también le habrá valido a Miguel Ángel para escribir su discurso (lo que todos los marteños amantes de la Semana Santa tendríamos que agradecerle) la experiencia acumulada en años en que formaba parte del Consejo de Redacción de la revista Nazareno -no sé si aún sigue- con desinteresado empeño. Estupenda y extraordinaria revista, ahora que viene al caso comentarlo, que hoy goza de un merecido prestigio gracias, precisamente, a la siembra editorial que Miguel Ángel y los que formaban equipo con él hicieron con los primeros números de dicha publicación; la cual se fue expansionando hasta alcanzar la impresa prestancia que podemos comprobar cada año por Cuaresma.

Miguel Ángel Cruz forma parte de la Coral Tuccitana y fue galardonado, conjuntamente con Cándido Villar, con el Premio de Investigación Manuel Caballero Venzalá por su obra “Vocabulario marteño”. Y hoy puede estar seguro de que su intervención marcará, en mi modesta opinión, un antes y un después en los Pregones de Semana Santa. Lo cual será una suerte para los oyentes y de gran satisfacción para su madre, Concha; para su esposa, Mari, y para sus hijas. Un gozo que conservarán siempre con orgullo por todo cuanto el pregonero viene haciendo por nuestra Semana Santa.

Imágenes:  Óleos de José Domínguez (2010)



«JUAN MORA PULIDO»… Lara de Tucci

Lee mi nombre con respeto.
Yo también tuve salud
y viví tan satisfecho
como estás viviendo tú;
pero aquí vine derecho
como también vendrás tú.
¡Todo el mundo es deshecho!

Lara de Tucci | Este pequeño poema, titulado “Los muertos hablan”, como casi todos los marteños sabrán, se encuentra escrito en calidad de epitafio en una de las tumbas de nuestro cementerio; concretamente, en la de su autor, cuyo nombre da título a este trabajo, Juan Mora Pulido.

Son unos versos que a nadie dejan indiferente. Pues hay quienes los toman por una ocurrencia que tuvo el nombrado Mora Pulido para advertirles filosóficamente a los que los leyeran de la brevedad de las favorables situaciones que se viven, así como de la brevedad de la propia existencia humana. Pero otros de los que los leen, lo sé a ciencia cierta, piensan, y así lo comentan siempre, que el autor del epitafio tuvo que ser una persona que se regocijó con su poema porque con él fustigaría a mentalidades de esas que se creen seguras en este mundo y que, por lo mismo, maldicen a quienquiera que les ponga al tanto de la finitud de sus seguridades y de los días que les toca vivir.

El objeto de este artículo no es el de comentar dicho epitafio, sino el de poner al corriente a los lectores de MARTOS AL DÍA de que sus versos forman parte de la obra poética MIS PENSAMIENTOS; pequeño volumen que Juan Mora publicó en Jaén capital hacia el año 60. Eran tiempos difíciles, y más para la Cultura; eran tiempos en los que sólo una o dos personas escribían en Martos, y si escribían, no publicaban sus escritos.

El libro esta dividido en seis capítulos, que Juan denominó “Trabajos patrióticos” (I), “Trabajos religiosos” (II), “Trabajos humorísticos (III), “Trabajos de enseñanza mortal” -al que pertenece el comentado epitafio- (IV), “Trabajos románticos” (V) y “Temas varios” (VI). Libro donde se aprecia el talante patriótico, religioso y romántico, entre otros valores, que ennoblecían el espíritu del autor. Él mismo lo dice en el prólogo, destacando ese conjunto de valores personales que tuvo a bien plasmar en unos poemas, que por milagro han pasado a la posteridad.

Digo por milagro porque no sé si alguien de nuestra localidad tiene constancia de esta publicación; en cuya portada aparece una vista panorámica de la Martos de entonces. Yo, al menos, desconocía su edición, y ni siquiera por parte de los cronistas oficiales (habiendo alguno que se dedicó más bien a cronicar sólo acerca de sus trabajos) tuve noticia del mismo. Y por suerte, lo digo como amante de la cultura marteña, me llegó un ejemplar gracias al matrimonio formado por Fidel Cuesta y Encarnita López -sobrina ésta del autor-; ambos, componentes de la Coral Tuccitana.

Juan Mora Pulido, que murió a los 84 años en Martos en diciembre del 72, siendo teniente de Infantería en la Reserva, supo dejarnos con su pluma muchos de los conceptos didácticos -eso son la mayoría de las estrofas de su libro- que él creía como rasgos esenciales para una convivencia ajustada a la nobleza que tendríamos que abrigar todos los seres humanos. Por eso dice en el poema “La Calumnia”

¿Obtienes ventaja alguna
con acusar falsamente?
Pues si no obtienes ninguna,
obra como hombre decente;
que ser decente es fortuna.

Por lo mismo, es de gran mérito la siguiente estrofa del poema “Ingratitud”.

Si el que recibe un favor
no lo sabe agradecer,
ni ha conocido el honor
ni sabe lo que éste es.

En sus poemas religiosos, siendo marteño, no podían faltar estrofas a la Virgen de la Villa; unas son de alabanza y alguna hay en la que le solicita perdón, yo creo que por la ofensa histórica a Nuestra Señora que todos conocemos.

Virgen de la Villa y Madre,
olvida al que te ofendió
y perdona todo aquello
porque aquello ya pasó.

Intuyo yo que el poema “Ninguna” de este librito se lo inspiró a Juan Mora la ya citada Encarnita López, su sobrina; por la cual, tengo entendido, sentía un tierno cariño al ser ella una niña con gracia y espontáneo apego hacia él.

Encarnita, tu viveza,
tu expresión y tu blancura
me hacen perder la cabeza.
Como tú no hay ninguna
de los pies a la cabeza.

Hay que resaltar el hecho de que la formación literaria de este autor marteño no era muy completa. Pero tenía habilidad para versificar e imaginación para crear temas que estuvieran construidos con sensibilidad poética; lo cual basta para reconocerle, como se merece, el mérito que tuvo. Y como su profesión militar y los tiempos de la postguerra, según mi particular punto de vista tras haber leído su libro, jugaron un papel preponderante en su mentalidad de poeta, a nadie le extrañará que la Patria e incluso Franco -¿por qué no decirlo?- estén presentes en sus trabajos poéticos.

Queremos que España sea
como Franco la desea:
Una sola, grande y libre;
con poder inextinguible
para que el mundo la vea
como nación invencible.



DELIRIOS NACIONALISTAS…Lara de Tucci

Lara de Tucci | Qué delirios, qué manía, qué manera de hacer política con los argumentos de la demagogia abusando de la mayoría de una parte de España, de ciudadanos a los que se les quiere hacer creer que forman parte de una nación distinta de la española.

No vamos a descubrir ahora quienes son los que así actúan, llevados ellos de un orgullo desmedido y una ambición escandalosa por permanecer en el vértice de un entramado político -en la Europa de las Naciones no se comprende esto en absoluto- que únicamente se sostiene, salvando el amplio tramo de siglos, en la idea del oppidum que les servía a los Íberos para hacerse fuertes e independientes de otras agrupaciones humanas aledañas.

A tales políticos los conocemos muy bien: son los que lideran el nacionalismo catalán; los que se rasgan las vestiduras y rechinan los dientes porque, en las pasadas Navidades, alguien dijo por ahí que brindaba con cava español. Acertado él al decirlo así, ya que Cataluña, lo quieran los nacionalistas o no lo quieran, es Hispania desde que España era Hispania. Una península donde se asentaban entre otros, lo mismo que en el presente, aunque con distintos nombres, los enclaves, en la actualidad ciudades, de Barcino, Emporion y Tarraco.

Resulta que estos políticos siguen erre que erre, porfiadamente, con sus “embajadas” en el exterior de España: delegaciones y oficinas de representación comercial, turística y política con el fin de ir reafirmando la identidad catalana lejos de las Ramblas con su idioma como punto principal, y con unos gastos que se acercan a los 30 millones de euros al año. Pero gastos que a los de CiU y a los de las otras formaciones separatistas les parecen insuficientes para ir alimentando en el exterior las disparatadas y alucinantes metas secesionistas que a largo plazo se proponen lograr.

Podríamos decir que el político, aunque no es el único, más empecinado y significativo en este delirio diplomático extranjerizante en los últimos años ha sido Carod-Rovira, que fue parte esencial en el nefasto y ya caduco tripartito; en el cual el PSC jugó un papel preponderante, pues José Montilla presidía el gobierno de la Generalitat.

En tal sentido, es preciso recordar ahora que Carmen Chacón, aunque no estaba en dicho tripartito, también es del PSC y, en el presente, la anterior ministra de Defensa se encuentra empeñada en liderar, como secretaria general, el grupo socialista. Para lo cual ha decidido que sea la tierra andaluza de sus ancestros el escenario ideal donde presentar sus credenciales como candidata a tan importante cargo en unas más que probables primarias del PSOE.

Tierra andaluza, predio histórico del socialismo donde los haya, donde la mayoría de los votantes de por allí ignoran más que probablemente que los del PSC de su paisana Carmen vienen propiciando incongruentemente, con sus apoyos políticos a los nacionalistas desde hace años, muchas de las torpezas de éstos. Como ignoran de la misma manera que en unas elecciones el voto de la Chacón, pongamos como ejemplo, por residir en Cataluña y por aquello de la Ley de Partidos, vale tres veces más que el de cualquiera de ellos.

Lo de las “embajadas” catalanas viene de largo, y los compadreos de los socialistas catalanes con CiU y ERC, en este sentido y en otros, están siendo de lo más contradictorio para conseguir una justa igualdad entre todos los españoles; en perjuicio de lo que proclama la Carta Magna del 78. Londres, Nueva York, Bruselas, Berlín y París son las ciudades donde se asientan las pseudo embajadas; existiendo por ahí otras 27 sedes para la expansión del catalanismo. Unas y otras se podrían integrar -como propone el ministro de Exteriores, García-Margallo- en la red diplomática de las embajadas de España. Con lo cual, la economía de la citada comunidad autónoma, aspirante a nación sin haberlo sido nunca -un condado del antiguo reino de Aragón fue en otros tiempos-, así como la economía española en general podrían ahorrarse al año una suma de millones que les vendría muy bien a las resentidas cuentas del Estado.

Pero para conseguir estos ahorros -que igualmente les servirían a los de la Generalitat para no abordar recortes sociales traumáticos- Artur Mas y los de su equipo tendrían que armarse de humildad y tendrían que convertirse en hombres y mujeres al servicio del bien general; al servicio de la ciudadanía que los vota para que administren con sensatez los recursos públicos. Que no los votan para que escriban la Historia de España a su manera y con desprecio no sólo para los historiadores sino, de la misma manera, para los sentimientos de millones de ciudadanos orgullosos y comprometidos con la unidad de España.



LA TEOLOGÍA DEL FRACASO…Lara de Tucci

Lara de Tucci | No creo que sea nada descabellado poner en duda los logros -si es que los ha habido alguna vez- alcanzados por la llamada Teología de la Liberación. Pues en Iberoamérica, donde nació esta corriente cristiana allá por 1972, hace ya cuarenta años, como, por desgracia, en otras partes del mundo, incluso en el mundo occidental, las desigualdades sociales y las injusticias no sólo han permanecido inalterables en su malévolo estancamiento, sino que, para mayores desgracias de los desheredados, se han agrandado con asombro o sin asombro de quienes todavía creen a pie juntillas en una teoría que, desde el principio, han dado en llamar la de “una Iglesia comprometida con los más oprimidos”.

Porque un fracaso así -poco se oye ya por ahí acerca de dicha Teología- puede crear asombro. Asombro e, incluso, rabia. Hasta el punto de que bastantes de los seguidores de la corriente, de fieles confiados en ella, han llegado a provocar enfrentamientos con Autoridades y sistemas de Gobierno que desde luego sí se han merecido las críticas por sus gestiones injustas y se han merecido igualmente las oposiciones más enérgicas por observar conductas de inhumano talante. Pero eso sí, tienen que ser críticas y oposiciones desde actitudes condicionadas por la rectitud y la moral evangélica.

Pues el fomento del mensaje de la Buena Nueva no tiene que crear divisiones ni promover desencuentros y desavenencias entre los hombres. Ya que entonces no se conseguirá precisamente lo pretendido por mucha buena voluntad que se ponga en el empeño. Empeño que es el de la implantación armónica de unos derechos humanos garantizados para todas las gentes. Como también lograr que quienes pisotean impunemente esos derechos terminen reconociéndolos y respetándolos en beneficio de una paz sin fisuras entre los pueblos.

Hay que hacer saber, no obstante, que la Teología de la Liberación incluso tiene sus mártires reconocidos por la Iglesia. Aunque los que han derramado su sangre en defensa de los derechos sociales de los pobres no fueron los que destacaron en esas luchas de clases cuyos éxitos, como digo al principio, aún están por ver.

Y es que la consecución de las igualdades sociales, como igualmente la Liberación -así, con mayúscula- de los que se hallan oprimidos en cualquier país por las “garras” inmisericordes de los opresores no pasan necesariamente por los caminos que se recorren suscitando conflictos; sino por las sendas donde la marcha conjunta de los hombres se aborde con la idea de conseguir que los ojos de los mismos tiranos sean capaces de captar la Luz del Evangelio y pongan en práctica todas las virtudes que esa Luz descubre para que sean directrices concretas que animen los nobles comportamientos que toda persona ha de tener para alcanzar la meta -tarea que ya se hace apremiante- de un mundo mejor; de un mundo más humano.

En mi opinión, los compromisos puestos en práctica por la Teología de la Liberación en favor de los más vulnerables socialmente hablando no han impedido que, en los países donde actúa esta corriente, se multipliquen los traficantes de armas, los narcotraficantes y los latifundistas sin escrúpulos, y que cada vez saquen más pecho los que se lucran con el trabajo de los niños y con la trata de blancas… y de negras.

Y no sólo ha ido increscendo el número de estas gentes desalmadas. Pues además, otras nuevas formas de depravación moral están anidando en los corazones de piedra de algunos para desgracia de los más humildes e indefensos. Como son, por citar un par de ellas, la pederastia y la habilitación de paraísos del sexo en países del Tercer Mundo; de cuyos abusos, los afectados son también los más indefensos, al constituir éstos los objetivos principales de los malvados.

Se me dirá que tampoco la fiel predicación evangélica, dejando ahora a un lado la teoría de la Teología de la Liberación, ha conseguido las finalidades soñadas en más de dos mil años de tarea apostólica. Es verdad: no lo ha conseguido plenamente aún. Pero a esto contesto yo que el éxito (que desde luego será un éxito al final: “las puertas del infierno no prevalecerán sobre Ella”) o los fracasos temporales de la doctrina de la Iglesia depende de todos los cristianos. Aunque sin que nadie interfiera sus postulados de fraternidad con mensajes que los adulteran de alguna manera.



Cuentame como pasó… Lara de Tucci

Lara de Tucci | Tras las campanadas de Fin de Año las diferentes cadenas de televisión siempre nos emiten largos programas de lo más variado y caprichoso para amenizarnos la noche una vez tomadas las doce uvas. Y, en ocasiones, incluso nos “regalan” con espacios ya emitidos en otras ocasiones. Pero, por lo general, unos y otros son programas con poca o nula trascendencia informativa, cultural o divulgativa, y es que en tales horas de excesos festivos las mentes y el entendimiento están para pocas cosas más o menos serias.

Viene esto a cuento porque a lo largo de esta temporada, y ya van para trece o así, estamos viendo la famosa serie televisiva “Cuéntame como paso”. Serie que merece, cuanto menos, un comentario. Pues la misma nos sitúa mentalmente -excepto a las personas que se hallan en la treintena- a aquellos tiempos no tan lejanos de los primeros atisbos de la movida madrileña que dieron paso a la Constitución del 78, por la que ahora nos regimos. Los diferentes guiones de la serie nos sirven para despertar de sueños de neblinas políticas, y una vez abiertos los ojos, los hechos argumentados nos dan la sensación de que de nuevo vamos a experimentar las posibilidades de una libertad que tenemos que ir consiguiendo de continuo con nuestros votos en las sucesivas elecciones.

Son ya más de doscientos capítulos, y creo que tiene otros tres años asegurados, los que “Cuéntame” viene desarrollando, por medio de guiones muy adecuados -aunque los hay también que se salen algo de la realidad-, las vivencias y el cotidiano latir de la sociedad española a lo largo de estos casi cuarenta años de democracia. Y a través de los diferentes argumentos de ficción de la familia Alcántara no hemos dejado de ponernos al día de unos acontecimientos que los españoles todos hemos protagonizado; cada uno, dentro del puesto que ocupa en la sociedad; cada uno, también, en el nivel de participación que le haya correspondido.

Bien lo dio a entender esto la anterior ministra de Cultura, Gonzáles-Sinde, acertada ella a medias, hace un par de años, cuando la entrega a “Cuéntame” del Premio Nacional de Televisión 2009, dotado con 30.000 euros: “`Cuéntame cómo pasó´ -dijo la hoy exministra- reconstruye visualmente, como un retrato, nuestra memoria más reciente… y a través de la serie se les está transmitiendo a las generaciones presentes y futuras los valores del diálogo; que es el mejor legado de la Transición”.

Por supuesto que con “Cuéntame” venimos captando los positivos pasos andados en nuestras libertades públicas; así como otros valores consubstanciales a esas libertades. Siendo el de mayor calado el referido a la igualdad de todos los ciudadanos independientemente de su sexo, sus creencias y su cultura. Pero, ¡ay!, en ese `retrato´ que “Cuéntame” realiza de la evolución social de España (evolución que, cuando una parte se ha alcanzado de la mano de la izquierda, ellos la llaman con rimbombancia progresismo) no se aprecian en absoluto otros planos -por emplear términos propios de la fotografía- que yo no sé decir si corresponderán a la naturaleza de ese mismo progresismo que con tanto entusiasmo se nos presenta a veces.

Y así las cosas, echamos de menos en dicha serie que, ya con la Transición, en España tuvimos que crear -hoy son ya más de 100.000- la figura del vigilante jurado; que antes no existía. En la actualidad podemos ver que estos vigilantes se hallan en los diferentes centros públicos y privados, y en cualquier sitio donde concurren los ciudadanos con más o menos afluencia; sobre todo, en estaciones y aeropuertos. A pesar de lo cual, por la megafonía de tales lugares no cesan de advertir a los usuarios que, por su propio interés, mantengan sus pertenencias controladas en todo momento.

De la misma manera (dejando a un lado el avance del consumo de la droga, de la prostitución y de la trata de blancas en España, con las mafias explotando a pobres e indefensas mujeres), a partir del estreno de las libertades públicas, la ciudadanía empezó a colocar sistemas antirrobo en los coches y a poner puertas blindadas y cierres de seguridad en pisos y viviendas. Los comerciantes se vieron obligados a instalar cierres metálicos en sus establecimientos. Las administraciones de Lotería, las farmacias y los bancos, mamparas de seguridad, y en estas últimas entidades, así como en los trenes, museos y otros centros de diferentes actividades sistemas de vídeo-vigilancia. En fin, todo un conjunto de métodos de control para garantizar la seguridad de los ciudadanos; como negativo exponente de un deterioro de la moral que eluden los diferentes capítulos de “Cuéntame”. Con lo cual la serie está quedando, en mi particular opinión, bastante incompleta; aspecto que pasaría desapercibido para los televidentes si se la proyectaran cuando están bebiendo y cantando recibiendo el Año Nuevo.



Pensadores y Farsantes… Lara de Tucci

Lara de Tucci | Pensadores y farsantes es el título de una obra de Giovanni Papini, en la cual plasma, a modo de crítica y análisis, una serie de valores, de maniqueos y de presunciones también de una veintena o así de filósofos, literatos e intelectuales en general que el autor italiano conoció más bien mediante las obras que escribieron. Obras de las que Papini capta el talento y la agilidad mental de todos ellos para proyectarles a sus lectores todo un conjunto de ideas y pensamientos que muestran hasta qué punto pueden los pensadores y sesudos individuos abrigar razonamientos que se encumbrar sobre todos los de los demás mortales. Pero la mayoría de las veces, sin que tales razonamientos sirvan para la consecución de un mundo mejor; un mundo donde reine la justicia, la paz y la solidaridad practicada por todos.

Papini fue uno de esos intelectuales, semejante a los que critica y analiza en la citada obra. Y además, el autor de Florencia, que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX, era polemista y escéptico. O sea: que de sus reflexiones y de sus trabajos, la humanidad tampoco podía sacar prácticos consejos en el transito por la vida: consejos que le facilitara el camino y le sirviera para sacudirse el polvo que se acumula al caminar. Pero Papini se convirtió al catolicismo y de su pluma salieron desde entonces recomendaciones y avisos que sí sirven para enderezar el rumbo que todo hombre necesita corregir por lo menos en algún momento de su existencia.

Todo este preámbulo acerca de lo que el autor de Un hombre acabado me sugiere a mí viene determinado por AUDITORIO. Un espacio que la Fundación Mapfre organiza periódicamente en Madrid con fines culturales y que, en esta ocasión, finales del pasado noviembre, se titulaba Los intelectuales tras el siglo de los intelectuales (siglo XX). Fueron seis actuaciones a sesión por día; cada una protagonizada por un conocido intelectual, que conversaba con un interlocutor en presencia del público invitado. Y en la propaganda de los actos aparecía entre otras preguntas una que quizá Papini ya se haría en sus más lúcidos tiempos y que seguramente le valdría para escribir la obra de la que hago mención al principio: ¿Qué función, si es que alguna tienen, deben desempeñar los intelectuales a principios del siglo XXI?

Desde luego no todo el mundo tiene preparación y capacidad suficientes para entender a los que sobresalen por su talento y asimilar así, convenientemente, lo que expresan. Pero los intelectuales, dado el nivel de idoneidad que también abrigan para funciones didácticas, deberían hacerse cargo de que la preparación formativa de las mayorías, generalmente hablando, está necesitada de esfuerzos y compromisos por parte de quienes se encuentran más relacionados con el saber por su condición de personas con mentes aventajadas: poetas, ensayistas, historiadores, dramaturgos, filósofos, etc.

Por lo mismo, me atrevo a decir, respondiendo a la pregunta que lanza Mapfre, que el papel esencial -que sí lo tienen moralmente- que los intelectuales han de desempeñar, en este siglo y siempre, es el de comunicar, a través de sus dotes, los múltiples razonamientos que les ayudarían a los hombres a entenderse mejor y, en consecuencia, a ser menos divergentes entre sí cuando se trata de desarrollar una recta conciencia colectiva. Y si no es así, las funciones a desempeñar por los talentosos personajes se quedarán, como muy bien lo estamos comprobando, en semillas de las que no germinarán sanos productos para una concordia de alcance universal.

Entre los intelectuales que participaron en la Fundación Mapfre, me inclino por citar a Juan Manuel de Prada; un escritor (él es además columnista del diario ABC y allá por los años ochenta fue galardonado en nuestra localidad con el premio literario “Ciudad de Martos) del que se escribe que ha seguido la estela de Chesterton, el autor inglés que pasó de ser agnóstico a abrazar la fe. Un caso bastante similar al de Papini. Por lo tanto, como este escritor italiano, Juan Manuel de Prada, ha tomado la senda del positivismo ilustrado; pues, al ir adentrándose en la práctica de la fe católica, los talentos intelectuales que le asisten los emplea en el presente en la proyección de unos valores encaminados a procurar unas enseñanzas de noble estilo humano.

Y algo así desempeñó Papini tras hacerse católico y comprender que los hombres cultos que se empeñan en ser únicamente pensadores o farsantes malgastan sus aptitudes, al no emplearlas generosamente al servicio de las masas. Quedando así infructíferas, inapropiadas para inculcarles a las mayorías los hábitos adecuados para conducirse principalmente por las coordenadas del bien con una óptima disponibilidad para procurar los beneficio de una sensata convivencia en paz.



La Domótica que viene…Lara de Tucci

Lara de Tucci | No hace mucho se celebró en Madrid el Salón Inmobiliario; una feria que presenta, entre otras cosas, los últimos avances de lo que los técnicos han dado en llamar la domótica; la tecnología punta para dotar la vivienda de una inteligencia programada al gusto y necesidades de los usuarios. Una vivienda donde todo esté imaginado y realizado para facilitarle a los moradores de la misma la labor doméstica y que tengan un escape, tras las horas de trabajo fuera del hogar, hacia actividades de ocio, de expansión o, simplemente, de descanso más prolongado.

De la misma manera, amigo lector, que puede tener la información general de última hora con sólo enchufar el ordenador y acceder a Internet, sin tener que molestarse en ir al kiosco de Prensa; de la misma y fácil manera, digo, podrá dentro de poco accionar, por ejemplo, el microondas por medio del móvil desde su puesto de trabajo y darle a la comida que antes haya dejado dentro del artilugio la cocción deseada. Y quien dice el microondas, dice igualmente el lavavajillas y la lavadora, u ordenar que un pequeño robot se pasee, con unos movimientos como de juguete teledirigido, por todos los rincones del piso aspirando el polvo del suelo y dándole lustre al pavimento.

Pero dentro de todas estas ventajas y facilidades que tendrá el hogar de un futuro ya a la vuelta de la esquina -tan a la vuelta de la esquina, que ya hay quien las disfruta por ahí-, también contará con otras conveniencias incluso de mayor estimación. Sobre todo si los usuarios, viviendo solos, tienen alguna incapacidad que los haga dependientes de los demás; los de la tercera edad, y los que tienen especiales necesidades de ayuda para desenvolverse. Pues a su alcance y para facilitarle la existencia, la domótica ha ideado sistemas que, entre otras cosas, detectan escapes de agua, fugas de gas o el más insignificante conato de incendio; poniendo al instante las averías y las emergencias en conocimiento no sólo de los habitantes de la vivienda, sino, también, de los técnicos encargados de subsanarlas. Sistemas que incluso están capacitados para avisar de la eventualidad de algún intruso dentro del perímetro de la casa.

En estas viviendas, toda actividad casera estará programada por medio de livianos aunque sofisticados aparatos que se instalan en los lugares más idóneos. Como es el caso del ligero brazo articulado que le alcanza desde la mesita de noche a la cama, a quien tenga necesidad de ello, la bandejita con el vaso de agua y las pastillas a la hora estipulada para la medicación.

Claro que no se detienen ahí los avances de esta técnica de la domótica. Pues así como se puede leer MARTOS AL DÍA aunque estemos de vacaciones a mil kilómetros; también desde nuestros lugares de descanso vacacional lejos de casa, con el teléfono móvil se puede lograr que se rieguen las plantas del jardín o de la terraza; que se abra el agua de la cisterna para que el inodoro esté limpio e higienizado, y que se levanten las persianas y se corran las cortinas para ventilar convenientemente las habitaciones. O ver, a través de la pantallita del mismo móvil y para mayor tranquilidad de los desplazados, cualquier dependencia de la vivienda y comprobar que todo está en el orden en el que se dejó.

Ni mucho menos es aventurado decir, en estos tiempos en los que muchos valores se están perdiendo, que sería una domótica perfecta si, entre tanto adelanto, la técnica y la inventiva electrónica tuvieran también la ventaja de intervenir, ahora que las conductas correctas flaquean a fuerza de no practicarse, en el seno de los matrimonios que van a la deriva, para enmendar el declive de la familia y, sobre todo, para eliminar la violencia doméstica, que tampoco hay quien la pare. Pero eso no es asunto de los ingenieros electrónicos; eso es cosa de los textos de Humanidades, principalmente de la Religión, cuyos estudios desestiman cada vez más nuestra sociedad y buena parte de los representantes políticos que tenemos.



Mejor que no crispen los Políticos…Lara de Tucci

Lara de Tucci | Entre los ciudadanos existe la creencia casi general de que, por parte de los políticos, todo vale en campaña electoral. Y, desde luego, muchos de éstos -sálvense quienes puedan- no se hacen valer con prudencia para desdecir, siquiera en parte, la adversa opinión que fomentan entre los votantes. Más bien actúan aviesamente, llevados por la astucia y la demagogia a la hora de captar votos.

Hartos estamos de comprobar a través de los medios de comunicación o directamente in situ, en los mismos mítines que se organizan cuando llegan unas elecciones, cómo incluso hay aspirantes a algún puesto político en los diferentes ámbitos territoriales que dejan bastante que desear con sus palabras poco creíbles, nada congruentes, y, además, de talante difamatorio para con los adversarios; para con los que se esfuerzan por optar al mismo puesto desde otra formación. Unos defectos que tienen bastantes de los que pretenden gobernarnos y administrar nuestros patrimonios locales, comunitarios o nacionales; crónicos defectos, en fin, a los que estamos acostumbrados. Ante los cuales los electores se comportan, generalmente hablando, de diferentes maneras, según sean las tendencias que se observen y según las simpatías que se tengan por los políticos del momento. Hay electores que, ante las argucias electoralistas de los políticos, se dejan llevar por el entusiasmo y aplauden sin reservas a quienes les mienten descaradamente.

Por otra parte están los que de alguna manera se sienten decepcionados con las frases llenas de bulos y así van perdiendo paulatinamente la confianza puesta de antemano en sus representantes. Otros, en cambio, por tener inclinaciones políticas diferentes, no soportan los engaños y, en sus crispaciones más o menos disimuladas, se constituyen abiertamente en detractores de los que pretenden cambiar las intenciones de voto manipulando datos y referencias.

El grupo de los primeros “traga”, por decirlo de alguna manera, con el aluvión de promesas que sus candidatos lanzan con habilidades muy estudiadas desde el seno del partido y no exentas de dialécticas poco o nada recomendables. Pues esos candidatos saben muy bien que a veces prometen proyectos y realizaciones que, con harta frecuencia, no aparecerán por ninguna parte después, al final de las legislaturas. Y están al tanto de la misma manera, y eso les vale a ellos, de que aunque los simpatizantes y seguidores escuchen sus discursos repletos de compromisos electorales difíciles de lograr, éstos introducirán los votos con sus nombres en las urnas con la esperanza de que, al menos en parte, las papeletas sirvan para ningunear o zaherir a los miembros de los partidos rivales.

Pero, por suerte, no todos los políticos están cortados con el mismo patrón; pues los hay que centran sus mensajes únicamente en las posibilidades que creen que les van a ofrecer las circunstancias si llegan al Poder. Éstos son los políticos, por lo demás, que no se ensañan con los de las otras formaciones y trabajan con desinterés personal, sólo llevados por la tarea de elevar el bienestar de los ciudadanos en todos los terrenos donde transcurre la vida de los mismos.

Y podemos asegurar también que son los políticos o aspirantes a serlo que con honestidad engrandecen el ejercicio de la política y ennoblecen la actividad pública; siempre necesitada de gobernantes comprometidos que estén al servicio de la ciudadanía. Ellos, fuera de los grupos de inconformistas de siempre, los partidarios de la descalificación “porque sí”, no crean divisiones en la población; rebajan considerablemente las dosis de crispación que otros por desgracia fomentan, y, por consiguiente, logran del pueblo que la confianza en los parlamentos y en los ayuntamientos se mantenga en unos niveles, por lo menos, aceptables. De ahí que cuenten finalmente con el respeto y las simpatías de todas aquellas personas que, en general, no soportan las falsedades de quienes las gobiernan o pretendan gobernarlas.



El «Más Allá»…Lara de Tucci

A Manuel Higueras Ávila, in memoriam.

Lara de Tucci | Es verdad que la cuestión del “más allá” nos la planteamos todos los humanos más o menos seriamente muchas veces a lo largo de nuestra existencia; bien en privado, bien con familiares y amigos cuando alguien del entorno destapa el tarro de ese misterio insondable para nuestro cerebro. Pero es por la fiesta de Todos los Santos cuando las gentes de nuestra cultura profundizamos a cerca del tema con mayores indicios de racionalidad.

Y eso que con la moda de las incineraciones, no muy asumidas todavía por las mayorías, hay quienes apuestan por correr un tupido velo -nunca se va a conseguir eso ni siquiera incinerando los cuerpos- entre las realidades de este mundo y el “más allá”, con objeto de que sus mentes se ocupen sólo de las facetas de esta vida; las facetas terrenales.

Terrenales sí. Pero, si no son las efímeras realidades de todo lo que nos rodea y que están delante de nuestros ojos, ¿cuáles son las realidades que nos hacen pensar en el otro mundo? ¿No está nuestro pensamiento inmerso en el “más allá” cuando ponemos un lindo ramo de flores sobre una tumba o delante de un nicho? ¿No pensamos en la vida de ultratumba cuando estamos aturdidos porque no conseguimos llenar el abstracto hueco que un ser querido ha dejado entre nosotros? Y eso que en dicho hueco muchas veces son los dolientes quienes intentan introducirse para hacerlo, de ese modo, más soportable si eso es posible.

Con los enterramientos tradicionales o con las incineraciones de moda, el “más allá” nos acompañará mientras vivamos en aquello que aquí nos anima, y así, hasta que lo experimentemos cada uno de una forma particular y personal. Además no deja de sorprendernos su compleja realidad de fenómeno tan colectivo y universal como colectivo y universal es el antro -hablando en sentido metafórico y profano- donde se incluye edificado de insustancial eternidad.

Pero para nosotros los cristianos, también para los judíos y mahometanos, y también para los de todas las otras religiones que no están influenciadas por la reencarnación, el “más allá” es una meta situada al final de este estadio olímpico en el que corremos masivamente sin poder eludir los obstáculos que cada uno encuentra al correr la distancia que le es propia. Y tan masificada está la carrera, que son olas de mareas humanas las que compiten en pos del fin de la prueba.

Los obstáculos de tal carrera son ciertos, y muchos, de envergadura (guerras, hambrunas, injusticias, desajustes sociales, odios, rencores…Eso, sin contar con las enfermedades y los desastres naturales); con esa configuración de tremendismo que la maldad del hombre es capaz de imprimir a los acontecimientos del día a día por el ancho mundo. Así, hasta el final; hasta que los músculos de la condición física y, sobre todo, moral pierdan la energía de proseguir, aunque sea andando, y la energía de levantar escollos donde los semejantes tropiezan y caen una y mil veces.

Decía antes que aquí, en esta carrera global que suponen nuestras vidas en acción, es donde recreamos el “más allá”; que nos recogerá a todos y en el cual pensamos porque quisiéramos que fuera inalcanzable. Craso error si estuviera en nuestras manos conseguir tal propósito. Pues sería una descomunal desventura dar mil rodeos en la misma pista para alcanzar la meta; ya que en tales rodeos nos toparíamos una y otra vez con las penalidades ya antes experimentadas, y entonces los contratiempos nos sacudirían con machacona repetición en cuantas vueltas diéramos.

El “más allá” -sus incógnitas nos deben estimular a los creyentes a través del mensaje evangélico- está ahí. Es una meta llena de ventura eterna; que espera a quienes, principalmente, corren en el estadio de la vida a la misma vez que, con esfuerzo superior, van reduciendo los obstáculos de la prueba para que los que van junto a ellos y los que les sigan detrás encuentren la pista expedita de las dificultades que constantemente nos vienen entorpeciendo la marcha inexorable. Que, por otra parte, también son dificultades que nos avisan de que Dios nos está esperando al traspasar la línea de llegada.